sábado, 31 de octubre de 2020

El mismo sabor.

 


Amanece un nuevo día, como otro asalto en el ring.
Pero en el campo de batalla hoy ha salido el sol.
El aire se percibe limpio y fresco
y la montaña a lo lejos
nítida y con detalles,
en su cuerpo verde.

Los sonidos del silencio cuando el día se despereza,
el viento en los cristales,
las gaviotas cantando al vuelo,
y las tórtolas en su contemplación.

El mundo echa a andar
de vuelta del sueño reparador.


Aún en el lecho, contemplaba las luces y colores de la aurora,
el día que se despereza, los sonidos del escenario que se despliega.
El sueño que aparece fuera
y el que aparece dentro.
Esta tristeza
que parece que anidó en su casa y se quedó por un tiempo.

Contempla la experiencia de esta tristeza,
como un combinado de excitación física
y alteración de la conciencia.
Como hacer el amor.

Así que al final la vivencia de la tristeza
es un deleite en sí misma,
como cualquier otra vivencia.

El mismo sabor.




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