martes, 28 de diciembre de 2010

Propósitos de año nuevo.










Los ritos son tan valiosos, si aprovechamos la oportunidad.

Como todo, ya sé;
en el sueño
(ya sea onírico o de la vigilia) cualquier aparición, por pequeña que sea, cualquier circunstancia
tiene su oportunidad y su significado.
Pero los ritos de paso aparecen para recordártelo
porque es fácil olvidar en la inmersión, cuando la proyección en la pantalla te arrastra y te hace sentir parte del espectáculo.

Por suerte, periódicamente, aparece fin de año, como una convencional parada en el camino
-haz balance, ajusta cuentas, revisa acciones y prioridades,
continúa en esta dirección o corrige y reconduce el camino.
Y aparecen los propósitos de año nuevo, como aliados, a veces fuertes, a veces débiles,
a veces ya nacen muriendo.







Objetivos cumpl
idos.
Y qué?...


Generalmente, los propósitos de año nuevo tienen que ver con objetivos personales.
Lo que quiero conseguir en esta nueva etapa de mi vida, cuál será el próximo paso, hacia dónde voy.
A veces, como Yuki, miras atrás y te felicitas:
hecho,
objetivos cumplidos.


Ten cuidado con lo que deseas porque puede cumplirse.

Es entonces el momento de contemplar qué le han aportado a nuestra vida y a la de los demás
(a la vida)
toda la energía, tiempo, dinero, esfuerzo, lucha, emociones
que hemos invertido en ello,
demostrando, una vez más, que somos capaces,
que podemos conseguir lo que deseamos.

Qué cambios han supuesto en mi vida y en la de los demás?
Esos cambios, ¿los puedo considerar mejoras
o no?
Esas mejoras, ¿han sido puntuales
o tienen transcendencia a medio
y largo plazo?

¿Somos más felices? Más fuertes? ¿Nuestra sabiduría es mayor?
¿Tenemos más empatía, compasión, amor?
¿Nuestras relaciones son más fáciles y gratificantes?
¿Nuestros resentimientos se han reducido o desaparecido?
¿Tengo la impresión de que mi vida es más ligera y llena de significado?

¿Sufro por menos cosas
y ese sufrimiento me dura menos
y es menos intenso?
¿Tengo más motivos para ser feliz?

¿Me siento más conectada a todos los seres?

¿Me siento más útil y con muchas más habilidades
para servirme a mí misma
y a los demás?



Servir para algo
o no.


Rabjor dice: nos gusta poco la palabra "servicio",
como si nos hiciera pertenecer a una clase social inferior.
"Ser una criada" suena a insulto y
"que se aprovechen de mí", una desgracia,
señal de poca inteligencia.
Y sin embargo, cuando se dice de un objeto que "sirve para algo"
significa que tiene un sentido;
cuando se dice de algo o de alguien que "no sirve para nada", es como si careciera de razón de ser.

Yo creo que deberíamos reconsiderar
y redimensionar
el significado de la palabra "servicio"
y toda su familia semántica.
Porque "servir" significa que aún estamos vivos, que aún tenemos una función
o varias
-porque es inherente a la mera condición de estar vivo.
Y cuanto más "sirvamos", sin duda,
más sentido tendrá nuestra vida.


A dónde me conducen mis deseos.

Y así, reviso mis propósitos de año nuevo y me pregunto:
A qué o quién o quiénes sirven y para qué?
Cómo sirven o servirán al mundo,
en qué amplitud,
con qué transcendencia?
Qué quedará de ellos dentro de 10 años,
al final de mi vida,
cuando ni personaje ya no camine por aquí?
A qué cambios darán lugar y en qué dirección
hoy
y en el futuro?

Contempla abiertamente tu corazón
(sin miedo a lo que puedas encontrar en él,
con la misma compasión que dedicarías a tu mejor amiga)
y recuerda el dicho:
ten cuidado con lo que deseas
porque puede cumplirse.


sábado, 25 de diciembre de 2010

Todo es virtual.












Todo es virtual.
La lotería que has ganado -o no-, el trabajo que has perdido,
el trabajo que mantienes a duras penas y no te pagan,
los regalos acertados de Mamá Noel y los extraviados.
Lo que ganas y lo que pierdes.
Todo es virtual, aparece y desaparece.
Y mientras se mantiene, te secuestra la atención y la emoción.
O no. Y entonces se diluye.

Se alimenta de tu atención y de tus emociones
y si no le das de comer se debilita, se reduce y desaparece.

Las personas que amas y las que odias, virtuales.
Y por encima de todo, tú mism@. Virtual.

Lo construyes, lo perfilas, lo exageras en cualquier dirección;
creas monstruos y fantasmas, y algún hada buena, sin exagerar.
Todo virtual, proyecciones
de tu mente.




















Queda la experiencia.


De todo, lo único que queda, relativamente, es tu experiencia
interna,
tu dolor, alegría, tristeza, rabia, depresión, gratitud, amor, cuidados, frustración, amargura, compasión, bodichita...
Sólo la experiencia avivando el fuego de nuevas experiencias,
la experiencia como semilla
de nuevas experiencias,
la experiencia creando sueños
nuevos,
monstruos, fantasmas, temores y alegrías, libertad o cadenas
nuevas.

Sólo permanece la experiencia interna creando nuevas experiencias internas
para luego,
mañana,
la vida que viene.

La vida que viene.

Por eso es tan importante prestar atención a lo que creas,
a lo que crees,
a lo que sientes.
Porque, no lo sabes, pero estás escribiendo el guión del próximo capítulo,
los próximos,
de las próximas
vidas.

















(Tómalo metafóricamente
o no).

.

martes, 21 de diciembre de 2010

Yo ya no me enfado...







Como en un programa de discos dedicados,
esta entrada es por petición.
Regina me pide que le resuma la clase de ayer, sobre el enfado, y Natalia me sugiere que la comparta en el blog.
En especial, la lista de desventajas del enfado.

Quién quiere saber sobre el enfado? Nosotr@s ya no nos enfadamos, verdad?
Sabiendo lo que sabemos, a estas alturas, el enfado ya no ocupa espacio en nuestras vidas, verdad?
Santi dice que no. No soy una persona fácil para el enfado, y últimamente menos.
Natalia está de acuerdo. Yo ya no me enfado.
Y yo también. Eso me parecía. Hasta que hicimos la clase en el PG, con Rabjor, (yo ya esto lo tengo superado), y llegué a casa y apareció una explosión, como un mara explícito, detalladamente claro y visible, como una ilustración perfecta para la práctica de la clase reciente, una explosión descontrolada en la que podía ver con claridad todas las desventajas del enfado,
cómo me perjudica, a mí y a los demás.
La lista detallada, en toda su extensión y amplitud.
Fue una realización perfecta: sí, yo aún me enfado
y no hay motivo alguno para bajar la guardia.

Si a veces estás mal,
si no te gusta lo que "ves" y esto te causa alguna molestia,
es bastante probable que te estés enfadando.


El camino.





Si queremos saber cómo solucionarlo, lo primero que tenemos que hacer es
(1) aprender a identificarlo.
Muchas veces no sabemos que nos enfadamos, ni nos damos cuenta, y ahí está, haciendo estragos sin que sepamos cuál es la causa de nuestro malestar y de los problemas que estamos provocando
-hasta el punto de que incluso nos puede parecer que los provocan los demás.
Seguidamente (2), reconocer cómo nos perjudica. Ver con claridad las desventajas del enfado.
(3) Descubrir el antídoto: la paciencia. Cuáles son los beneficios de la paciencia.
y, por último (4) aplicar los métodos adecuados para reducir el enfado y para desarrollar la paciencia.
Al final del camino, será otra batalla ganada,
contra nuestros auténticos enemigos: los engaños. La confusión.
Esta vez sí, de verdad.

Una mirada distorsionada.

Para identificarlo (1), tenemos que saber en qué consiste exactamente el enfado.
Y no es tan difícil porque está contenido en su propia definición.
Según Geshe-la, el enfado es una mente perturbada (equivocada, que perturba la paz)
que observa un objeto animado o inanimado (una persona, una situación, una cosa)
piensa que es desagradable (se concentra en sus "defectos")
exagera sus malas cualidades (sus características negativas)
y desea perjudicarle (explícita o implícitamente).

Cuando observas algo que te desagrada (una persona o una situación que no es como te gustaría que fuera) y te concentras en sus aspectos negativos, pasando por alto lo demás, estás inventando, creando
una persona o situación nueva, que no existe.
Esa aversión te hace sentir mal y, automáticamente, te defiendes con el deseo (consciente o inconsciente) de hacer algo contra el objeto.
Pero el objeto que te hace sentir mal no existe.
No es más que una mera creación distorsionada,
inspirada en el objeto que aparece ante ti.
No deberías enfadarte con él
sino con tu mente creadora
que crea objetos que perturban tu paz.

Enfádate con el enfado.

Por qué con el enfado?
Porque no trae nada positivo a tu vida
ni a la de nadie.
Cuando pregunté en clase sobre las desventajas del enfado, todo el mundo sabía que tenía desventajas,
cuáles?
Pues no sé, ahora mismo...

Yo sí sé unas cuantas: toma nota.

Las desventajas del enfado.







- Altera tu paz interior.
La perturba.
Por eso es una perturbación mental.
Altera tu paz mental presente y no te deja disfrutar de nada: ni de la mejor compañía, ni de la mejor comida, diversiones, no te deja dormir, no te permite descansar...
- Te lleva a realizar acciones equivocadas que te complican la vida. Altera tu paz futura.
- Obstaculiza tu progreso personal y espiritual. Cuando te enfadas, parece que no te sirve de nada todo lo aprendido. Te sientes incapaz y sin herramientas.
- Destruye la energía positiva conseguida a lo largo de todo un día, o días, de acciones positivas y pensamientos amorosos. El enfado hace que en un instante todo tu bienestar (trabajado a pulso) desaparezca, se pierda.
- Es un estado mental doloroso. Lo pasas mal. Como querer tirarle a alguien una piedra ardiendo: tú eres la primera que se quema.
- No puedes controlar tus emociones. Te desbordan.
- Pierdes la libertad de elección; no eres dueñ@ de tus actos.
- Deseas vengarte y ese daño (tanto si lo consigues como si no) acaba volviéndose contra ti. Si respondes para hacer daño (aunque te digas que es sólo para que se entere, porque tú tienes razón), en un sencillo email, por ejemplo, recibirás otro "para que te enteres", que te hará más daño, y la bola se irá haciendo más y más grande.
- Bajo la influencia del enfado, haces y dices cosas que ponen en riesgo tus propios intereses: dinero, trabajo, relaciones, comodidad...
- Puedes hacer daño a tus seres más queridos.
- Pierdes el sentido común. No puedes ver con claridad el cuadro completo y comprender la situación o las razones de la otra persona.
- Bajo la influencia del enfado, distorsionas los hechos y transformas a las personas (a menudo las más queridas) en enemigas.

Y podría seguir...

Y lo peor de todo es que, en la vida diaria, con quienes más nos enfadamos es con las personas más cercanas y allegadas, las más queridas, con las que tenemos más confianza.
Por qué?
Cuando convivimos con una persona, a menudo nuestra personalidad, intereses, prioridades y costumbres entran en contradicción con los suyos.
"Puesto que pasamos la mayor parte del tiempo juntos -dice Gueshe-la-
y conocemos sus defectos, resulta fácil criticarla y enfadarse con la otra persona por el menor motivo
y culparla de hacer nuestra vida insoportable.
Si no nos esforzamos por controlar nuestro enfado en cuanto surja, nuestra relación se deteriorará".

Presta atención a tus pensamientos negativos
y frena el enfado cuando está surgiendo.


Cómo hacerlo?
Sé consciente de tu propia vida. Presta atención a tus pensamientos.
Y cuando observes que estás concentrándote (obsesiva y parcialmente) en los defectos de una persona o situación,
recuerda:
este camino me conduce a la distorsión de la realidad y al enfado.
Y revisa toda la lista de desventajas del enfado.
Concluye que es un enemigo que perturba tu paz.
Y decide no darle más cabida en tu vida.

Cómo?
Deja de concentrarte en lo "peor" de ¨él" (que, paradójicamente, sólo es un espejo de tu propia sombra)
y empieza a mirar las cualidades positivas.
Deja que surja el aprecio.
Y si te resulta difícil (debido a su enfado, por ejemplo),
recuerda (revisa la misma lista de las desventajas del enfado,
ahora
aplicada a él)
que no es libre
y que lo está pasando mal,
bajo la influencia del enfado.
Y deja que surja la compasión que desea ayudarle.





Resuelve el problema externo sin enfado.


Y es entonces cuando surge la pregunta inevitable:
¿No debemos esforzarnos entonces por cambiar las cosas que nos parecen "injustas"?
Claro que sí.
Haz lo que creas que debes hacer para resolver los problemas externos.

Lo que aquí hemos visto es cómo resolver
el problema interno
del enfado.

Haz lo que consideres que debes hacer
para resolver los problemas externos,
pero siempre te saldrá mejor si lo haces con una mente lúcida y clara,
libre de la obcecación distorsionada
del enfado
-que tiende a complicar las cosas
mucho más que a solucionarlas.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Queda inaugurado el KMC Barcelona.


Ha sido un día precioso, para el recuerdo.
12.12, el día de las puertas abiertas del KMC Barcelona.
Las primeras meditaciones, las primeras Oraciones para la paz mundial.
La primera comida colectiva.
Chocolatada, juegos, talleres infantiles, mercadillo...


Gracias.







Tenemos que darles las gracias a tantas cosas -incluidas las condiciones atmosféricas, que nos han regalado un día precioso de sol y aire limpio y fresco.
A tanta gente.

A todas esas personas que desde ayer se afanaban en limpiar, ordenar y habilitar el entorno
-como siempre, los incondicionales miembros de la comunidad:
Lochani, Jose, Gabby, Ramón, Olga, Cristina, Darío..., auténticos expertos en la perfección de la generosidad.











A todas aquéllas que hoy se dieron el madrugón para organizar el mercadillo, talleres, etc.
A Núria, a Maria Jesús, un nuevo hallazgo impagable, que no tiene precio.
Y a todas aquéllas que luego se sumaron para atender el mercadillo y todo lo demás.
Regina, Estefanía, Víctor, Doris, Dunia...













Santi y Joan, preparando los platos en la cocina para más de 150 personas
(gracias por todo vuestro apoyo, entusiasmo, eficacia y alegría, a la rama del Poble Sec).
A César, siempre dispuesto a echar una mano donde se le pida.
A Santos y Christian, unos auténticos artistas -que, entre otras cosas, dominan el arte del buen rollo.
Y, por supuesto, gracias al pequeño Gonzalo y a Dunia, los mejores ayudantes que he tenido nunca -al menos, entre los mejores.
Ya quedáis fichados y contamos con vosotros para próximos eventos.

Y, cómo no, a todas aquellas personas que acudieron a la llamada.
A las que colaboraron con sus generosas aportaciones para el mercadillo;
a las que compraron, todas aquéllas que comentaban felices las gangas adquiridas, auténticos expertos como Joaquin, enhorabuena.








A quienes aportaron los deliciosos bizcochos, tartas, empanadas de verduras, chocolate caliente...
-Santos, María Jesús, Carme, Santi, el padre de Marisa, que siempre nos agasaja con sus deliciosos boniatos y manzanas al horno para el tsog y a la menor circunstancia...

En fin, a tanta gente.
Gracias por haber ayudado tanto, por haberos divertido tanto, por tener ese corazón
más grande que la montaña de Montserrat.


150 personas acudieron a la cita.





La gran sorpresa del día fue la gran respuesta de los amigos y amigas del centro.
Contábamos con una asistencia aproximada de unas 50 personas.
A juzgar por las inscripciones (emails, llamadas telefónicas, avisos en el blog), calculamos que pasarían de las 70.
Y Lochani, que domina el arte de la improvisación (entre otros muchos),
como una emanación de Tara,
con ayuda de Cristina, consiguió darnos de comer a 150 personas.

Ha sido un día perfecto para recordar. Y para repetirlo.

Gracias Jorge y Darío, por vuestras fotos.

Un abrazo.






















miércoles, 8 de diciembre de 2010

Quítate de en medio.
















Cada retiro es una estancia en el paraíso.


Ya sé que me dirás:
el paraíso lo tienes que llevar contigo,
allá donde vayas, especialmente en tu vida cotidiana.
Ok, Ok,
completamente de acuerdo. Pero mientras que no es así, mientras que samsara siga siendo samsara
(mientras que sigamos percibiendo las apariencias de la vida cotidiana tras el filtro del egocentrismo y la ignorancia que inducen sufrimiento),
cada retiro puede ser una oportunidad para familiarizarnos con la Tierra Pura.

Y ya hemos dejado atrás el último, en el KMC de Málaga, donde hemos estudiado y meditado en la relación que hay entre "una vida con significado y una muerte gozosa".
Como lo oyes: nos hemos pasado el puente de la constitución meditando en la muerte
(y en la vida, porque no hay un pelo de separación entre ambas)
y ha sido una auténtica gozada.

Cómo resumirlo en pocas palabras?
No sería posible, porque las experiencias hay que degustarlas personalmente.
Pero sí podemos sacar algunas frases para el recuerdo:


Mantén siempre una mente feliz.

Éste parece ser uno de los mantras preferidos de Kelsang Chokga.
Mantén siempre una mente feliz, repite una y otra vez.
Y si en samsara no es posible mantener una mente feliz (dado que una mente dirigida por el apego, el odio y la ignorancia sólo puede vivir momentos de felicidad con trampa, o sea, que acaban doliendo
y mucho),
esto quiere decir que consigas una mente feliz manteniéndote fuera de los engaños y las apariencias equívocas
todo lo que puedas.
Conecta con el amor
porque es la única manera de acercarte a la Tierra Pura
(que tu vida sea un paraíso de paz)
y residir en ella.

Así que, pase lo que pase,
mantén siempre una mente feliz.


Quítate de en medio.

Lo dijo Kelsang Rigden. Fueron sus primeras palabras para abrir el retiro, concluidas las enseñanzas:
Ahora hay que poner en práctica todo lo que hemos aprendido y, en cierto sentido, nos tenemos que quitar de en medio nosotros.
Tenemos que poner en práctica estas enseñanzas sobre cómo ayudar los demás (en el momento de la muerte pero también en la vida)
de una manera definitiva, no temporal,
y para eso nos tenemos que quitar de en medio
-mi dolor, mi duelo, mis deseos...



No podrás ayudar a nadie eficaz, realmente, si no te quitas de en medio
(tu estimación propia, tu egoísmo, tus intereses personales del momento).
Ni tampoco a ti misma.
No podrás ser feliz ni hacer feliz a nadie si no te quitas de en medio.

Así que ya sé lo que hacer (lo que decirme) cada vez que lo esté pasando mal,
cada vez que sienta que no puedo ayudar a alguien como quisiera:
"Quítate de en medio".
Y todo será más fácil.


La bodichita en acción.

Y por si estas dos consignas te saben a poco, quédate con ésta:
La bodichita en acción.

Seguramente la escucharás a menudo a partir de ahora.
La bodichita
(la mente de compasión, movida por el amor,
que te mueve a mejorar, a cambiar, a ser mejor para ser más útil)
no puede quedarse en un mero deseo.
Hay que actuar.
Hay que hacer cosas.
Internas y externas.



Toma nota, porque la bodichita
nunca
deja de estar en acción.
O no es lo que dice ser.