lunes, 29 de mayo de 2023

Defender la alegría.

 


Defender la alegría.
Quizás el éxito está simplemente ahí.
En la alegría. La celebración.
La alegría sin causa ni objetivo.
La alegría de vivir lo que te gusta
y también lo que no te gusta
La vida tal como es,
tal como aparece.
La alegría de lo cotidiano.
Pero también la alegría de la tristeza,
la alegría del dolor.
La alegría de la pérdida (esa alucinación).
La alegría del miedo, de la preocupación.
La mera alegría.

Puede que te compares y te sientas como una criatura olvidada por la madre,
abandonada incluso.
Todos los logros de las personas a tu alrededor
(las demás hijas e hijos)
son grandes, importantes,
útiles, "aportan"
al mundo.
En comparación, tus manos aparecen vacías.
Y de repente,
la alegría, la libertad.
El agravio comparativo deja de doler
(no sabes hasta cuándo ni te importa,
en este instante eterno y definitivo).
Te alegras en la inmersión
en los logros de los diferentes miembros de tu cuerpo grande.
Esas ilusiones pasajeras, no importa, te alegras
por su alegría. Como un respiro.
Y en lo que respecta a tus manos vacías,
también te alegras.

De dónde surgió esa alegría? No lo sabes.
La preocupación por el momento duro de tu hija
o de tu amigo,
ya no te hace sucumbir. Te alegras.
Por su fortaleza, por tu dolor incluso.
Por no ser nadie, por tantos fracasos acumulados (a tus ojos).
Mera energía en movimiento.
Aún estás en esta dimensión.

Hace tiempo dejaste de ir detrás de ciertos logros.
Ya no aparecen aquellas "visiones" de futuro, el guion en construcción.
Qué te queda?, te preguntas a veces.
La alegría.
No importa no ser nadie, ser
tan poco importante (a tus ojos).
O quizás precisamente por eso.
Emergió una alegría sin objeto,
relativamente estable.
La libertad.


sábado, 6 de mayo de 2023

No hay nada que no sea el cuerpo de Dios.

 


Sin saber cómo ha sido, la primavera abre sus puertas.

Los designios de la Vida sin inescrutables.
Y este yo, tan poca cosa, con tan poco poder.
Esta es una certeza común a tantos caminos y tradiciones
("Inshallah", "Si Dios quiere").
La pequeñez del ser aparentemente separado.
Sólo las culturas/religiones que veneran la materia y el individualismo
se empeñan en "empoderar" lo que es inempoderable.

No sabes cómo, quizás kármicamente, por la costumbre,
aparece una ola de duermevela,
como un cielo cubierto, la bruma en el aire, las lentes desenfocadas.
Y de repente se levanta la niebla y aparece el paisaje extenso y colorido, tan nítido.
Y qué has hecho tú para que eso ocurra?
Probablemente nada.
Quizás la simple inmersión, sin resistencia, la entrega,
y la misma ola te lleva a otro lugar,
en este peregrinaje soñado.

Y de repente aquí está la primavera.
La misma de antes pero también otra.
El canto de las golondrinas de antes
pero ahora es otro, aunque suene igual.
El aire seco cargado de polen invisible
que en algún momento te produce alergias y rechazos,
de repente está cargado de Dios, el cuerpo de Dios
manifestado en el aire y sus aromas.
La certeza hecha vivencia:
Que no hay nada que no sea el cuerpo de Dios.