domingo, 31 de enero de 2021

La vida es un libro de dharma.

 


Dijo: 
"El dharma no lo ha inventado nadie,
es simplemente como funciona la vida cotidiana".

Le parecía recordar que le habían contado que fue Milarepa quien dijo:
"Yo no leo libros de dharma, ni sutras, ni escrituras ni nada de nada.
Para mí, la vida es un libro de dharma".
Que iba por la calle y se cruzó con dos amas de casa que venían del mercado, charlando.
"¿Tú qué práctica crees que es la más profunda?", preguntó una de ellas,
que decía que no tenía tiempo para perder.
"Sin lugar a dudas, la vacuidad", respondió la otra.
Así encontraba Milarepa las respuestas a sus preguntas más urgentes.

Para ella, este relato no era una metáfora.
Así funciona la vida, pensó.
Nadie ha inventado el budismo,
como nadie ha inventado el despertar o el dormir.
Dormir y despertar forman parte de la vida diaria.

Bajas al metro y te encuentras uno de esos anuncios,
la cara de un niño, o una niña, su mirada fija en la tuya, y el mensaje:
"Tú respiras sin pensar, yo solo pienso en respirar".
Y te sacude como la más profunda enseñanza sobre la meditación en la respiración.
Así que ya ves, hasta la publicidad puede zarandearte para despertar.




Como Alicia en el País de las Maravillas,
caminas este sueño y a cada paso brota una señal, una oportunidad 
para comprender. Para despertar.

En la película de Cassavetes, el niño en el apartamento de Gloria escucha una explosión en el piso vecino y sabe que toda su familia ha muerto.
Lo sabe, que lo ha perdido todo, de golpe, a todos los seres que ama.
"Es un sueño", dice Gloria.
Pero la aventura continúa en el sueño y tenemos que seguir adelante.

"Es un sueño".
Recuerda cuando lo leyó por primera vez, en la adolescencia,
en el Bardo Thödol, en el acompañamiento en la muerte.
Acompañamos al "alma" en el bardo para recordarle que cualquier apariencia,
forma, imagen, situación que surja en el camino,
monstruosa, amenazadora, infiernos, mundos inferiores
o superiores
es solo un sueño, una proyección de tu mente. No es real.

Ella cerró el libro entonces y pensó:
Qué maravilloso sería contar con alguien en esta vida (esa voz interior, esa presencia)
que te recuerde que es un sueño,
una proyección de la mente,
cualquier amenaza en el camino,
cualquier miedo.
Cualquier éxito también.

Y ahí estaba Gloria, una asesina de la mafia
(podría verse así),
como un Buda,
la mejor maestra,
recordándote que "no es más que un sueño"
y hay que continuar la aventura,
con dolor o sin él.

Porque el sueño continúa.




lunes, 25 de enero de 2021

Sobre la noche oscura.


Sobre la noche oscura,
no puedes hacer otra cosa que atravesarla.
Como si fuera una noche clara.
O un día radiante.
No puedes hacer otra cosa que atravesarla.

En esta travesía, a veces el mar está calmado
y a veces agitado,
y a veces el viento parece a punto de volcarte.
Y podría ser.
Y la travesía continúa en el naufragio.
O en el cuerpo sin vida.

Así que a veces aparece la noche oscura.
Cuando parece que la "Presencia" se ha disuelto.
Y en su lugar queda un vacío.
Como una orfandad.
La desconexión.
Y puedes quejarte
o maldecir
(Padre, por qué me has abandonado?),
o recurrir a los estimulantes
como una puerta abierta al vacío, como una oración.
O puedes orar.
O no hacer nada de eso.
Simplemente, atravesarla, con confianza.

A solas,
cuando parece que la Madre está ocupada en otras faenas,
no te queda otra que madurar,
ensayar un poco la vida adulta.
Una parte de ti (confesémoslo)
como la niña sentada a la puerta, esperando su regreso.
Pero solo una parte, ese pequeño yo.




Identificar el origen de esa tristeza,
esa soledad,
a veces resulta el principio del final de esa noche oscura.
Identificar la ausencia
es como identificar la hipnosis (me atrapó).
Identificar la desconexión es identificar el error
de percepción,
cuando sabes que no hay forma de estar desconectada,
tan parte de Dios,
tan llena
de Dios.

Así que, al final, atraviesas la noche oscura
como atraviesas la noche clara
o el día radiante.
Con la profunda certeza de que la luna es siempre la luna,
completa como es,
aunque a veces aparezca menguante
o creciente
o no aparezca.

La noche oscura es sólo una parte de la travesía.