domingo, 23 de diciembre de 2012

Qué mundo quieres crear?







Hemos pasado por la fecha prevista para el fin del mundo ("tal y como lo conocemos") sin prestarle atención.
Al menos yo.
Pasé por ahí organizando la inspiradora conferencia de Kelsang Chokga en la librería Excellence de Barcelona
y la misma tarde del 21 regocijada al ver cómo se llenaba la sala y las personas allí presentes (muchas de ellas la escuchaban por primera  vez) se sentían impregnar por ese movimiento interior que llaman "bendiciones".
Así que he pasado por esa fecha ocupada como en cualquier otra.
Y de repente, pasados los días y ante las bromas que corresponden, me doy cuenta de que tal vez estamos dejando pasar esta oportunidad. Este ritual que algun@s celebraron y para mí pasó inadvertido. Como tantas veces el día de la madre o del padre, la onomástica, el cumpleaños, el día de la mujer trabajadora...
Cada una de estas fechas es una oportunidad para la celebración, para el recuerdo, para la gratitud. Es una nueva oportunidad.

Decían l@s mayas, por lo visto, que el 21 de diciembre del 2012 se acabaría el mundo tal y como lo conocemos y que este acontecimiento iría precedido de una serie de desastres naturales...
¿Y si fuera así?
¿Y si hacemos que sea así?

Los "desastres", en cualquier caso, ya han tenido lugar.
Por qué no dejar que tenga lugar ahora el renacimiento?












¿No tenéis la sensación que desde hace algún tiempo está agonizando este mundo "tal y como lo conocemos"?

¿No hemos estado presenciando la muerte anunciada de este mundo, "precedida de una serie de desastres", naturales y artificiales, naturales todos desde la mente que los crea, desde el ser humano que los crea?
Quién nos dice que no se ha acabado este mundo?
Por qué no?

Este mundo está muerto.
Quizás no está enterrado
todavía;
si nos empeñamos en creer que aún funciona
quizás lo vamos a mantener con toda clase de tubos y transfusiones
(de capital a los bancos o de confianza a l@s polític@s y empresari@s, intelectuales y erudit@s que ya no nos sirven),
pero no por eso dejará de ser el cadáver que ya es.

Quizás l@s mayas tenían razón y previeron la muerte de este mundo.
Y ya se sabe que el tiempo no es tan lineal como parece
pero a veces hay que ponerle una fecha a las cosas, designar el momento
para la celebración,
para el ritual, el pasaje de cambio.
Y el 21 de diciembre de 2012 es un momento tan bueno como cualquier otro.

Así que por qué no creérnoslo,
que este mundo "tal como lo conocemos" se ha acabado
y ya está emergiendo otro.

Y ahora es nuestra oportunidad para hacerlo de nuevo.

Qué mundo quieres crear tú?



















Por qué no entras en este nuevo mundo
perdonando
todo lo que crees que tienes
que perdonar?


jueves, 20 de diciembre de 2012

Éste es el blog.











Éste es el blog.
Y ésta es la presentación que nunca hice
en este mismo blog.

Pepa Castro, directora y editora de yoga en red
me pide un artículo de presentación de reflexiones
para su revista de yoga.

Y esto es lo que le doy:




Para qué me sirve el budismo en el mundo actual? 



Para qué me sirve el budismo? Para aprender a conocer mi mente y a utilizarla, en mi propio beneficio y en el beneficio de los demás.
Y qué me enseña el budismo? Entre otras cosas, que fuera, buscando en las condiciones externas y cambiándolas una y otra vez, no voy a encontrar la felicidad estable y profunda que persigo. 
Y que el egocentrismo que dirige mi vida
 es la clave para la insatisfacción, la decepción y la frustración permanentes. 
En lugar de ello, aprender a estimar a los demás 
me conduce a la liberación de todo tipo de sufrimiento 
y me proporciona las herramientas para ser útil 
y vivir una vida con significado.


Qué vi en el budismo, cuando lo descubrí? Por qué me quedé ahí, explorándolo, investigándolo, practicándolo, integrándolo?

Cuando descubrí el budismo, automáticamente y casi desde el primer momento lo identifiqué, en mi experiencia personal, como "la mejor ciencia de comprensión de la mente que conozco".
Interesada en el conocimiento de la mente humana, desde mi adolescencia me había volcado de lleno en las lecturas sobre psicología (Freud, Jung, Alber Ellis...) y filosofía (clásica, contemporánea). De Occidente (la cultura propia) a Oriente (buscando ampliar horizontes) hay sólo un paso. Aunque para ser (más) exacta, lo que me hizo entrar de lleno de la filosofía oriental no fueron tanto las inquietudes intelectuales como las físicas. 




Aficionada y practicante de las artes marciales (kárate, aikido), el zen se presentaba como una herramienta interesante para transcender límites físicos y mentales.

Las artes marciales me abrieron las puertas a otro mundo y el zen me ayudaba, de alguna manera, a transcenderlos todos.


Y entonces apareció en mi vida otra forma diferente de meditación, que hablaba de sutra y tantra, que me ayudaba a observar, contemplar mi mente, identificar los pensamientos que gobiernan mi vida, sin juzgarlos, identificar los que me ayudan y los que sabotean mis objetivos.
Con la meditación budista (kadampa) empecé a conocer mi mente en profundidad y a aprender a usarla.
Más allá de mis juegos de transcendencia, de mis experiencias gozosas en la meditación de vuelo libre, entonces empecé a interesarme por la concentración, para aprender a tomar las riendas de mi propia mente. Y comencé a saborear pequeñas degustaciones de eso que llaman libertad -da igual las circunstancias, no importa las condiciones externas.

Para qué me sirve el budismo? Para aprender a conocer mi mente y a utilizarla, en mi propio beneficio y en el beneficio de los demás.
Y qué me enseña el budismo? Entre otras cosas, he podido ver con claridad cómo pasamos la vida cambiando las condiciones externas para estar mejor, para ser más felices. Aprendemos, estudiamos, trabajamos, cambiamos de trabajo, de pareja, de ciudad... Como corriendo detrás de una zanahoria que nunca llegas a alcanzar, porque es una mera alucinación. Nunca llegas a puerto donde encontrar una experiencia de paz estable, profunda y duradera. En lugar de eso, no hay que esperar mucho tiempo para que vuelva a aparecer la decepción, la insatisfacción y la frustración que te conducen a una nueva búsqueda externa, que tampoco acaba de funcionar. Y eso ha llevado a decir a much@s especialistas que “la felicidad no existe”. No más que meros instantes, meros relámpagos de paz.







Y sin embargo, much@s otr@s especialistas (budistas, entre otr@s) nos dicen que sí, que sí existe. Pero ahí no la vas a encontrar. No en ese cajón. 



Y no es que l@s psicólog@s y filósof@s al uso nos engañen, es que simplemente hablan de lo que conocen, y ese estado apacible profundo y duradero nadie lo va a encontrar en las condiciones externas.
Porque es un estado mental. O, si quieres, una experiencia interna, que sólo puedes generar dentro. Y si consigues hacerlo, y estabilizarlo, ahí estará. Como decía Kavafis, “allá donde vayas, la ciudad va contigo”. Y si la ciudad interna que has creado es un oasis de paz, da igual si llueve o hace sol, si te toca la lotería o te quedas sin trabajo; da igual incluso si enfermas o mueres.
No busques la felicidad fuera porque ahí no vas a encontrarla. Créala dentro, estabilízala, y reside en ella.

Ahora podrías plantearme: pero esto es muy fácil de decir y no tanto de conseguir. Cómo lo hago?
Ésta es la segunda cosa importante que descubrí en el budismo.
La primera (recuerda): que me he pasado la vida buscando la felicidad fuera y ahí no la voy a encontrar, sino que tengo que generarla dentro.
La segunda: que me he pasado la vida buscando satisfacer los deseos del “yo” que me gobierna, protegiendo sus intereses, luchando por ellos, compitiendo. Y de esta manera, nunca he (ha) tenido ni tendrá bastante. 




Desde la actitud y la mirada egocéntrica sólo consigo experiencias de segregación, competitividad, miedo, enfados, apegos que duelen y hacen sufrir a los demás. 

Por qué no probar otra manera de vivir? 
La alternativa es cambiar la mirada, conectarme, igualarme primero -todos los seres no son meros “él” o “ella” sino otros “yo” que también desean ser felices y quieren evitar el sufrimiento; y a veces se equivocan y sufren y hacen sufrir, exactamente igual que yo. Cambiarme después (prueba a ponerte en sus zapatos y desear su bienestar). Finalmente desaparecer. Le llaman la sabiduría de la vacuidad.
El budismo te enseña a estimar a los demás de una manera muy especial, sin apego. Y sin dolor. Porque si amas no sufres, y si sufres no amas. Científicamente probado.
Te enseña a ser libre, liberad@ de las cadenas del egocentrismo caprichoso y ruin.

En este blog, comparto con quienes quieran leerlo (y compartir) las experiencias de una estudiante budista; sus descubrimientos, conceptuales primero (de comprensión intelectual), y sus efectos en la práctica. Las dificultades a veces. Los milagros. 
Las conquistas. Los errores. Las transformaciones.
Éste es el blog.


lunes, 17 de diciembre de 2012

Fiestas familiares: Ponte tu armadura de amor.


(Una de repaso).






Qué peligro tienen las fiestas familiares.


Anoche tuvimos
la cena de navidad
en el Centro Budista Mahakaruna de Barcelona
-cualquier excusa es buena para
reunirnos en torno a una mesa después de contemplar y meditar.

¿A ver si adivinas el tema de la conferencia?
"Cómo afrontar las fiestas familiares", o algo así.
Bueno, vale, no así exactamente. En realidad era:
"Una velada por la paz en el mundo.
Enseñanzas sobre el buen corazón para unas fiestas felices en cualquier circunstancia".
Pero ya nos entendemos: cómo mantener un buen corazón
en cualquier circunstancia.
Y es que las fiestas familiares (y en realidad cualquier tipo de fiestas, celebraciones, reuniones, familiares o no) dan pie a mucho despliegue de "importancia personal".
Mucho más las reuniones familiares extensivas, donde tienden a emerger todas las "heridas", complejos, competitividad, guerras personales solapadas, facturas y resentimientos que se arrastran desde la más tierna infancia.

Pues bien, cómo afrontar esta prueba de fuego en esta contienda
de egos?


Protégete con una buena armadura de amor.

Rabjor nos dio varias herramientas:



1. Para empezar,
pide ayuda
y protégete
con una buena armadura
de amor, de estima.
Y a quién pedir ayuda? A los budas, a los seres sagrados.
A Dios, al Universo. llámale como quieras.
Quién otro podría ayudarte a generar amor profundo "a prueba de bombas"?

2. Aprecia, aprecia y aprecia. Aprende a apreciar lo que tienes, las personas con las que cuentas, el acopio de amor y cuidados que te ha protegido desde que llegaste a este mundo y a quienes les debes tu supervivencia y tu vida. Y ahí les tienes, todavía.

3. Aprovecha la ocasión para meditar, con más intensidad que nunca, en la bondad de todos los seres. En cómo llegaste desnud@ y con las manos vacías a este mundo y todo lo que la vida te ha regalado y sigue regalándote -la comida con que te alimentas, la ropa con la que te vistes, la casa que habitas, las personas con las que practicar y crecer y caminar tu camino espiritual...

Y 4. Y si te pillas que ya estás empezando, otra vez, a poner la atención en las faltas de los demás, dale la vuelta a tu lente y reconoce las tuyas, porque ya sabes que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. Y recuerda que has decidido adiestrar tu mente y empezar a mejorar. Así que empecemos a poner la atención en las cualidades de los demás, que eso sí que nos sirve de inspiración y ayuda.

El secreto está en generar buen corazón, amor y gratitud. Y todo irá sobre ruedas.

¿Que se cae una vez más en la cháchara de hablar temas sin sentido? Sonríe, y ya.
Tú, ni caso. Sonríe, y ya.
Y, si es posible, deja que el dharma hable por tu boca cuando sea oportuno (y cuidado con no ser "plasta", avisa Rabjor).
Ámales, sonríe, y no hay mucho más que hacer.
Disfruta de tu aprecio por las personas que te rodean y de las condiciones con las que cuentas (de tu preciosa existencia humana), y de tu gratitud.
Practica el dharma de estimar a los demás y todo irá sobre ruedas.















"Amor Victorious",
de Michelangelo Merisi
(Caravaggio).



lunes, 10 de diciembre de 2012

Hay otros mundos.













Querida amiga: 

 Esta vez no he asistido al retiro. 
Me he quedado en casa haciendo vida familiar. 
Ya sabes que suelo dedicar una jornada bastante completa a colaborar para que el dharma llegue al mayor número posible de personas, prácticamente siete días a la semana, así que cuando hay un festival nacional o internacional, cuando hay que viajar, a veces me quedo en casa y es como unas vacaciones. No del dharma, de eso nunca. Vacaciones de trabajo (en parte, ya se sabe que internet te mantiene conectada y en activo en cualquier situación). Pero unas vacaciones en familia y amig@s. Verles un poco más, introducirme en sus mundos, en sus sueños particulares. 


Desde la trinchera.




Al final del retiro (al que no he asistido), amanece un día de sol y me encuentro cansada y con el cuerpo dolorido. Yo, que hacía tiempo vivía como si no tuviera cuerpo. 
Anoche pasé largas horas en una comisaría de policía ayudando a alguien a tramitar la denuncia del hurto (que no robo, situación especificada por el contrato del seguro) de un iphone. Un iphone 5. Un juguete caro, por lo visto. Por qué alguien lleva encima un juguete de esas características y valor de compra, no me lo preguntes a mí. Horas de frío en una comisaría, de espera, de trámites, de narraciones que volaban y se transformaban con el paso del tiempo, fotos de personajes previamente implicados en historias similares (iphonistas, creo que les llaman), en cada rostro una historia, varias. Hombres y mujeres, niños y niñas y mayores de todas las edades y de todas partes del planeta. 
Al otro lado, una mujer denuncia una "violencia de género", una expresión casi política que encierra una experiencia de dolor y miedo, una pesadilla dura, uno de esos infiernos en los que no queremos caer. La pesadilla de esta mujer no acaba aquí, con la narración; la secuela continúa. 
En la sala de espera una prostituta llora porque le han robado el bolso con 900 euros y toda la documentación. No sé qué idioma habla, lo desconozco, pero me lo cuenta la amiga que la acompaña, que sí habla mi idioma. 


Películas de guerra.



Todo empezó mientras cenábamos en un restaurante, confortable, a la salida del cine, en la filmoteca, donde vimos el musical del riot de Notting Hill, en el verano del 58. Violencia, sangre, odio racial. Odio. Dolor. Otra de esas pesadillas en las que no queremos caer. 
La película del día anterior era diferente, japonesa. Historias de la población civil en una de las guerras del 53. Cómo la ambición vence al amor y, si no destruye el amor, casi siempre acaba destruyendo a las personas. Aunque finalmente, siempre, acabe venciendo el amor, aunque sea más allá de la muerte. 







En el camino, amigas que me cuentan relaciones perdidas o deterioradas, amores que no resultaron ser como deseaban que fueran. 
Cuántas lágrimas 
o rabia. 




Un accidente de coche y baja laboral. 

Una enfermedad degenerativa en un cuerpo joven que, de repente, acelera su degeneración. 






Una mujer que envejece sola después de perder al marido, mientras la diabetes le roba la visión y el calcio de los huesos. 
Dónde están ahora los cuatro hijos que ha criado? 
No a su lado, ni de día ni de noche. 








A mi amiga D. la operan el miércoles
de un cáncer de mama y  deseo con todas mis fuerzas que su mente sea apacible antes, durante y después.











Cuántas películas hay en este mundo. 
Cuántos mundos en este mundo. 
Cuánto dolor. 
Cuántas pesadillas. 
Cuántos errores. 

Por qué elegimos entrar en estos mundos, no lo sé. Por qué decidimos crearlos. 
Cosas del karma, dicen. 
El karma. 
Pero existen otros mundos, eso sí lo sé. 
Mundos apacibles, gozosos, cálidos, sin odio. 
Sin amargura, sin dolor. 
Yo lo sé.
Mundos sin odio. 
De miradas amorosas y entregadas, de abrazos de refugio. 
En las peores o en las mejores situaciones, da igual.
Yo lo sé, que hay otra manera de vivir. 
Paraísos tan reales como los infiernos; igual de reales 
o irreales. 
Pero apacibles y gozosos como despertar 
en el oasis 
que siempre 
habías 
soñado.















martes, 4 de diciembre de 2012

Guen Kelsang Chokga presenta BUDISMO MODERNO en la Llibreria Excellence de Barcelona.






Los próximos días 21 y 22 de diciembre
Guen Kelsang Chokga estará en Barcelona presentando el último libro del maestro Gueshe Kelsang Gyatso,

uno de los guías espirituales más importantes del budismo en Occidente. 
El viernes 21 impartirá una conferencia gratuita en la Llibreria Excellence, seguida de un taller para aprender a meditar el sábado por la mañana y un curso especial de sutra y tantra en el Centro Budista Mahakaruna.



Budismo moderno, es el nombre del último libro escrito por Gueshe Kelsang Gyatso, donde el autor revela cómo todos los aspectos del budismo –desde el más básico hasta el más profundo– pueden ser aplicados de manera práctica para solucionar nuestros problemas diarios y experimentar paz interior y felicidad. Es un libro único por su clara exposición de todas las enseñanzas de Buda, los sutras y los tantras, presentadas de forma práctica y asequible para las mentes occidentales de hoy día.




Su autor, Gueshe Kelsang Gyatso, fue ordenado como monje budista en el Tíbet a los 8 años. Es un ilustre erudito y maestro de meditación, fundador de la Nueva Tradición Kadampa que actualmente cuenta con más de mil doscientos centros y grupos de meditación en todo el mundo. Desde 1977 reside en el Reino Unido y es el autor de 21 aclamados libros en los que unifica magistralmente la antigua sabiduría del budismo con el modo de vida contemporáneo.



¿Es posible ser feliz?


Guen Kelsang Chokga, directora espiritual nacional de la NKT en España, ha estudiado y practicado durante 9 años bajo la guía de Gueshe Kelsang Gyatso, autor del libro "Budismo moderno". Es directora y maestra residente del Centro Budista Vajrayana, en Madrid, donde imparte programas de estudios, cursos y retiros. Viaja por toda España realizando cursos y conferencias sobre meditación y budismo.Su claridad al transmitir las enseñanzas y su carácter afectuoso hacen de ella una practicante y maestra inspiradora con una gran capacidad de convocatoria allá donde va. 
Los próximos días 21 y 22 de diciembre estará en Barcelona presentando el libro Budismo Moderno y dirigiendo un taller de meditación en la Llibrería Excellence y un curso especial de sutra y tantra en el centro Budista Mahakaruna, en Déu i Mata 125.

El viernes 21, a las 19:30 h., impartirá una conferencia gratuita en la Llibreria Excellence con el título: “¿Se puede ser feliz?”, basada en el libro de Gueshe Kelsang Gyatso, en el que presenta métodos científicos para mejorar nuestra naturaleza y cualidades humanas por medio del desarrollo de la mente. Guen Kelsang Chokga, introducirá estos métodos apasionantes que ella misma ha recibido directamente de su maestro y autor del libro, y que le permiten responder con claridad a la pregunta: ¿se puede ser feliz?

¿Cómo nos ayuda la meditación a ser felices?

¿Te sientes insatisfech@? Cansad@ de buscar la felicidad aquí y allá, durante toda tu vida, sin que nunca parezca que llegas a puerto? El budismo te ofrece las herramientas para ser feliz de una manera estable, profunda y definitiva. A través de la meditación aprenderás a conocer tu mente y a saber cómo usarla de una manera que te beneficie a ti y a los demás. Descubrirás qué pensamientos y actitudes equivocadas complican tu vida y sabotean tus objetivos y cuáles son las claves para mantener una mente apacible y feliz en cualquier circunstancia.


El propósito de la meditación es cultivar estados mentales que nos proporcionen bienestar y tranquilidad. Cuando nuestra mente está serena, dejamos de tener preocupaciones y problemas, y experimentamos verdadera felicidad. En cambio, si carecemos de paz mental, por muy agradables que sean las condiciones externas que nos rodean, no seremos felices. La felicidad y el sufrimiento son estados mentales y, por lo tanto, sus causas principales no existe fuera de la mente misma, la causa de la felicidad es la paz mental que surge como consecuencia de concentrarnos en pensamientos positivos por medio de la meditación. Por ello, es de suma importancia aprender y practicar este arte.




El libro:

Budismo moderno esta disponible de forma gratuita en formato e-book en inglés y muy pronto estará también en castellano. El objetivo de la presentación es dar a conocer unas enseñanzas muy valiosas al mayor número de personas posibles.















Lo que se ha escrito en la prensa:

BBC – “Una de las más concisas presentaciones del camino Budista en cualquier idioma occidental”


Innerchange Magazine – “Una maravillosa revisión de un clásico … Kadam Lamrim que te llevará a un estado de paz interior” 


New Humanity Journal – “Induce calma y compasión en cada ser”


Visita de guen Chokga a Barcelona.

Viernes 21 y sábado 22 de diciembre: conferencia gratuita | taller | curso


Viernes 21, a las 19:30h en la librería Excellence. Carrer de Balmes, 191.


Conferencia gratuita y presentación del libro Budismo moderno.


Sábado 22, de 11:30 a 14:00h en la librería Excellence

Taller de meditación: Aprende a meditar.


Sábado 22, de 18:00 a 21:30h en el centro de Déu i Mata, 125, BCN

"Lo que el budismo puede ofrecerte: sutra y tantra".



viernes, 30 de noviembre de 2012

Hoy me siento fría por dentro.













Hoy me siento fría por dentro.
Y quizás es por el habitual vaso de agua fría de la nevera antes del café, cuando dicen que han bajado tanto las temperaturas.
Quizás es porque han bajado las temperaturas.
Pero esta noche me desperté a colocar un edredón sobre el edredón. Y es que tenía frío por dentro.
Dicen que las temperaturas han bajado, y es verdad, pero yo creo que lo que de verdad da frío es el "yo primero" cuando se manifiesta -que es casi siempre.

En soledad quizás es fácil tocar tierras sagradas -en el café de la mañana cuando
l@s demás han emigrado a sus vuelos personales; en el baño en el mar, especialmente rompedor de invierno; cuando la "crisis" no te obliga a compartir tu espacio y tu casa es un mandala todo tuyo...
En soledad es más fácil generar tierras sagradas
pero la prueba del algodón tiene lugar cuando compartes viaje y nave y contemplas
cómo el "yo primero" se manifiesta una y otra vez.
Pero no habías realizado la vacuidad del yo?
Risas.
(Coro de risas estrepitosas que se parten el pecho).
El "yo primero" aparece una y otra vez, como un fantasma.
A veces le ves antes de que empiece a actuar (preparado, listo...),
le miras, le subyugas con la mirada, le ves difuminarse y desaparecer como un fantasma. Como lo que es.

Otras veces lo ves y miras hacia otro lado
y le dejas que campe a sus anchas. Provocando destrozos.

Y qué frío sientes,
no sabes por qué,
como si bajaran las temperaturas
de golpe.
Y a lo mejor han bajado. Pero el frío interno no tiene su causa en ningún fenómeno externo.





Y otras veces no le ves.
Caes en la cuenta por las señales que deja a su paso: por el frío
interno.








PD: Acabamos de terminar el último libro
del PF en Déu i Mata, Compasión Universal, de Gueshe Kelsang Gyatso.
El objeto de meditación de la última clase tenía que ver con "la determinación de dedicar todos nuestros esfuerzos (al menos una buena parte de ellos, dije yo, "realista", conciliadora como soy de todos mis "yos") para realizar las mentes de bodichita y vacuidad".
Que ninguna acción física, de palabra o pensamiento me alejen de mi objetivo último,
que en el momento de mi muerte (y de mi vida) pueda decir:
Cómo me alegro de haber realizado la vacuidad.

En la práctica subsiguiente (fuera de la meditación formal)
 decidimos mantener la memoria que nos recuerda 
nuestras prioridades.




lunes, 26 de noviembre de 2012

No es suficiente.










No es suficiente.

Rabjor entra en la gompa ante el silencio respetuoso de sus estudiantes, se sienta en el trono del dharma
y comienza la clase:
No es suficiente -dice.

Quizás llegamos a la meditación buscando una forma de relajación, una técnica para apaciguar la mente y reducir el estrés.
Y funcionó.
Y después de eso seguía funcionando.
Y quizás ahora ya no te enfadas tanto como antes, no le echas la culpa a los demás de tus propios problemas, has aprendido a practicar paciencia y ya no te quejas tanto cuando las condiciones no son cómodas o no se cumplen tus deseos.
Quizás ahora vives mejor y tienes más empatía, eres más eficaz y resolutiv@ en tu trabajo y en tu vida.
Y te cansas menos.
Quizás ahora no gastas tantas energías en pensamientos circulares obsesivos.
Y duermes mejor.
Has aprendido a adiestrar un poco tu mente.
Tienes menos necesidades, has desarrollado contentamiento y alegría
y ayudas mejor.

Viniste a relajarte y te ha cambiado la vida.

Y dices: el dharma funciona.
Se vive mejor con el dharma, sin duda
-esa ciencia de comprensión de la mente tan aguda y práctica.

Pero eso no es suficiente.

No te estanques.
Cuidado: no malinterpretes.
Que el dharma no te sirva para decir: se está bien aquí.
Samsara no es tan malo, después de todo.









Cuidado: no malinterpretes.
No te acomodes.
Porque esto no es suficiente.
Tenemos que seguir.

Tenemos que dar el salto -dice Rabjor.

El dharma no aparece en tu vida para enseñarte a "estar mejor".
El dharma aparece en tu vida para liberarte
(y entonces descubres que aquel "estar mejor" eran meras migajas).

Apareció para que sepas que puedes alcanzar la iluminación
en esta vida.
Que puedes despertar del sueño de la vigilia
en esta misma vida.

"Se está mejor" no es suficiente.
Ni siquiera "estar bien" es suficiente,
si puedes alcanzar en un instante
el gozo sublime
de la iluminación.

Y para ello no tienes que generar ansiedad
ni frustración
ni decepción
ni desánimo.
Simplemente hay que seguir practicando,
volver a la concentración de la meditación una y otra vez,
al gozo profundo que se hace cada vez más profundo
y más...
hasta que "te sorprendas".


PD: Gueshe-la dice: Un día te sorprenderás.








Sigue practicando y un día
te sorprenderás.







Shantideva dixit...





















"Por qué abandono el gozo del sagrado dharma, fuente inagotable de felicidad, 
para buscar placer en distracciones y objetivos absurdos 
que sólo causan sufrimiento?"









viernes, 23 de noviembre de 2012

Fuera, la luna.












Fuera, la luna.
Los grillos, algún ladrido, la oscuridad.
Las granotas, papá!
-dice la voz de una niña de alguna casa vecina.
Perfume de jazmín y resina de pinos.
Fuera.
Dentro, el silencio apacible de una comunidad budista.
Dormir a las 10 de la noche
(l@s más cansad@s; ha sido un día apretado
por un programa denso).
Cuartos cerrados que acogen prácticas personales.
Un rezagado baja del coche, se dirige a la cocina (pasos) y se prepara un plato
de la comida que aquí siempre es abundante;
en silencio, degusta su cena en preciosa soledad.
La monja pasea por la casa en una penúltima supervisión y luego se encierra en la oficina, la única luz encendida, y continúa su misión sin hora de cierre en los trámites inacabables en el ordenador,
como una ventana al mundo.
Al samsara que proyecta nirvana.
A las obras del nirvana en construcción.





martes, 20 de noviembre de 2012

Cómo me arrepiento de no haber realizado la vacuidad!










Chokga cuenta
que fue a visitar a una amiga enferma, que se moría.
Y la amiga le dijo: Qué difícil es morirse.
Y luego le dijo:
Cómo me arrepiento de no haber aprovechado el tiempo y haber realizado la vacuidad!


Debe ser duro morirse si te crees que habitas este cuerpo.
Imagínate si te crees que eres este cuerpo.

Debe doler un cuerpo que crees que existe de verdad, en carne y hueso, y se rompe.







Pero imagínate que pasas por ahí como en un sueño lúcido.
Que contemplas las apariencias,
la situación, a los que te aman,
este guión kármico;
que contemplas la apariencia que
se disuelve, se difumina
y desaparece.
Un sueño más.

Como en "Maldito karma", sueltas cuerpo y pasas a otro, en esta historia
interminable.

Como el gusano que muere para ser mariposa.
Y luego la mariposa vuela, se aleja y desaparece.
Pero no va a ningún lugar.
Porque gusano y mariposa no eran más que las ilusiones de un mago.

Cómo me gustaría decir en el momento de mi muerte
y de mi vida:
Cómo me alegro
de haber realizado
la vacuidad!




















lunes, 19 de noviembre de 2012

Preparándonos para el P. F.













Un cuarto
para la hora del inicio
de la sesión.
Preparad@s, list@s...

Aún silencio y quietud en la parte baja de la casa.
Si acaso, algún sonido en la cocina, del cocinero que prepara la comida para después
de la clase.

Arriba, en silencio, con los pies descalzos y el gesto preciso y respetuoso,
alguien da los últimos toques en la gompa:
las colchonetas en el suelo, los cojines, las mesitas de estudio, el trono del maestro
con su dinwa, las flores, el vaso de agua, las ofrendas en el altar...
En silencio y con la devoción de vivir la vida como un acto sagrado. Esta preciosa existencia humana.

Poco a poco, l@s estudiantes suben las escaleras o regresan de su paseo por la montaña
y se acercan a la gompa,
se descalzan de sus zapatillas
y entran en el espacio de estudio, contemplación y meditación.
Toman sitio y abren su libro:
Comprensión de la mente.





















martes, 6 de noviembre de 2012

Y tú, ¿ya has acabado con tu viejo yo?








Mi amiga E. es guapísima.
Baila, canta, hace terapias alternativas
y siente que encierra un gran poder para ayudar a los demás.
Asistió a la iniciación de Alto Yoga Tantra
y sintió que eso era lo suyo. Por fin había llegado a casa. Ahora sabía que siempre había sido la representación femenina tántrica. Ahora por fin podía conocer quién realmente es.

Pasados los meses, sin embargo, a veces se siente triste.
Hay gente que no la entiende, y su consultorio particular no tira como debería.
Además, su pareja no siempre es el Heruka que ella desearía.
E. no puede entender que ella, con todas sus habilidades y destrezas, no sea feliz.
Cómo puede no ser feliz Vajrayoguini, la más alta deidad tántrica?

Entonces le pregunté:
¿Pero tú ya has acabado con E.?
Me miró sin responder, y eso me hizo pensar que no.
Así que cambié el enfoque:
Pero tú, ¿quién prefieres ser: E. o Vajrayoguini?
Sonrió, y en ese instante de duda pude ver cuánto apego le tenemos al yo que creemos ser.
Ni la más perfecta deidad del A.Y.T. podría competir con nuestros encantos personales particulares.

Entre Buda (el ser despierto, el ser perfecto que ya llevo dentro) y este paquete de conceptos en el que designo "yo", suele ganar el "yo" que conozco, mutilado y sufriente, pero al menos es el "yo" que conozco.
Y ya se sabe que más vale malo conocido...

Y tú, quién quieres ser:
el yo que arrastras (joven y guapo, inteligente y carismático, tal como te ves a ti mism@)
o el ser perfecto que ya guardas dentro de ti?






Elige, porque en esa decisión
(en esa intención)
estás diseñando el camino,
el guión
de tu pensamiento,
palabra
y acciones.

Y recuerda que el orgullo divino tiene muy poco que ver con el orgullo
humano.



Síguele la pista a las señales.

¿Aún sufres por lo que piensan de ti,
por tu prestigio personal, social o profesional,
por el dinero que ganas o pierdes,
por el cuerpo que duele,
por la pareja o l@s amig@s o l@s hij@s o la madre o el padre
que no son como deberían?...

Ésa no es Vajrayoguini, o Buda o como quieras llamarle.
El ser despierto aún brilla
por su ausencia.
Porque aún sigue vivito
y coleando
el viejo yo.

Y son incompatibles.

Donde se manifiesta el uno,
el otro
se disuelve.

























lunes, 5 de noviembre de 2012

No te equivoques de refugio.










No tengas miedo.
Ése era el título del retiro de refugio de este fin de semana pasado.
Y, toma nota,
si no quieres tener miedo, sólo te protege el amor.
También puedes llamarle las 3 Joyas
-en detalle, en palabras budistas.
Pero para que nos entendamos, budistas y no budistas, contra el miedo sólo te protege el amor.
Hasta con los "espíritus ávidos" -esas fuerzas del mal invisibles, tan generadoras de sufrimiento.
Si hasta con las fuerzas del mal (hay quien las llama "magia negra"; en budismo se les denomina "proyecciones de la mente", propia, como cualquier otro miedo, apego o situación), si hasta con las fuerzas del mal sólo te protege el amor que ve en el otro un ser desesperado, desbordado por el sufrimiento, pidiendo a gritos un abrazo (no necesariamente manifiesto, basta imaginarlo) balsámico, que alivie sus profundas heridas de soledad.
Si hasta en las situaciones más temidas y con los seres más temidos (que sólo proyecta tu mente, no lo olvides) sólo vence el amor, sólo te protege el amor, imagínate en la vida diaria, con seres humanos tan iguales a ti, tan inofensivos (u ofensivos), como tú mism@.
Qué sentido tiene tanto miedo a perder?
Qué sentido tiene pelearse tanto por unas migajas de ganancias o pérdidas, esa ilusión?

La competitividad te altera, el amor te relaja.
Porque el amor te protege y ya no tienes miedo a perder.
Porque con amor, cada vez que gana el otro, tú ganas.
Cada vez que gana alguien, tú ganas.
Y así, siempre ganas.



Si al final todo esto es sólo una ficción virtual, una cadena de obstáculos (como las ilusiones de un mago) que ponen a prueba tu amor

y tu miedo.






domingo, 4 de noviembre de 2012

El mejor lugar del mundo es aquí mismo.











Sol y viento en el Montserrat.
No hace frío a las 3 de la tarde.
Viernes.
Aún por delante
la tarde del viernes y los días del fin de semana.
Se está bien aquí.
El mejor lugar del mundo es aquí mismo.

Retiro de silencio.
Silencio en el KMC de Barcelona, en el Montserrat.
Sólo suenan las hojas de los árboles abanicadas por el viento.
M. se ha preparado una silla cara al sol, mientras toma el té del mediodía.
D, sobre una vieja hamaca, acaba la limpieza de dientes con el hilo y luego se estira en posición de siesta.
Al otro lado, sentado en un banco, J. revisa sus apuntes de la última sesión
sobre los fuegos que dispara la mente (los deseos incontrolados) y que podemos controlar y aplacar, y cómo.
En otro banco, M. se ha acercado una mesita y escribe como si estuviera en la terraza de un café.
Por la carretera, L. pasea camino abajo hacia el río
y al otro lado N. sube la carretera que la acerca a la panorámica mágica de la montaña de Montserrat.
Retiro de silencio significa retiro
y los grupos de 2 (o 3 o 4) se disuelven.



















Estudio, silencio, contemplación y meditación, en medio de los sonidos del silencio
de la naturaleza.
A veces suena una ráfaga de viento en el aire, como el sonido de una palmada con una sola mano.
Un día, una buena amiga me dijo:
Tanto retiro, tanto retiro; ya tendrás tiempo de retirarte cuando estés muerta.
Como si pasar un fin de semana de meditación fuera como hipotecar tu vida para prepararte para la muerte.
Como si fuera un peaje doloroso que hay que pagar por dudosos frutos en el futuro.
Pero puedo asegurarte que un retiro no es una dolorosa renuncia en la vida
sino una de las formas más placenteras de vivir que conozco.
Cuando dejas que la excitación mundana se calme y emerja la plenitud gozosa que encierras en lo más profundo de tu ser, como un océano de silencio sin límites de espacio ni tiempo.

Un retiro de meditación nunca es una pérdida de tiempo.
Ni aún cuando duela.





Y es posible que encuentres
(en un retiro
de meditación)
mucho más de lo que esperabas
encontrar
al llegar.










viernes, 26 de octubre de 2012

Pero qué necesidad tienes de pasarlo mal?










Tengo una amiga a al que le ha tocado el gordo de la lotería.




De repente ha aparecido en su vida una persona que la quiere muchísimo.
Ella da las gracias cada día por tener una relación como ésta en su vida.
Por qué a mí?, se pregunta una y otra vez. Es un auténtico lujo.
Alguien con quien siempre puedes contar,
como un abrazo que te protege, te apoya, te cuida...
Una auténtica inspiración de amor.
Cada día da las gracias por tener una fuente de inspiración humana como ésta
en su vida.


A veces, alguna vez, se siente cansada, cuando surge algún nudo en su vida
(en especial, en su camino personal o espiritual), algún bloqueo con alguien importante en su vida.
Entonces su amigo, esta persona que la ama tanto y que sólo desea verla feliz, contempla su pequeño sufrimiento y se alza como una leona protegiendo a sus cachorros y dice:
Pero qué necesidad tienes de pasarlo mal?

Y ella siente el calor de su amor, de su protección, de su apoyo.
Pero también le parece que hay algo que él no entiende.

Por ejemplo...









Quizás cinco minutos antes hablaban de un trabajo que no les ha salido bien.
Tanta energía, tiempo, esfuerzo, puestos en un proyecto que ha hecho aguas.
Y él, que siempre es tremendamente positivo y reconfortante, la abraza y dice:
Pero, y lo que hemos aprendido? Cuánto sabemos ahora de todo eso! Verdad?

Curioso -piensa ella-,
cómo utilizamos diferentes varas de medir según el interés que pongamos en algo, o no.

Por su parte, ella contempla todo ese trabajo volatizado, tantas horas del verano, tantas tardes de las vacaciones invertidas en algo que se acaba de evaporar delante de sus narices, y piensa
en todo el esfuerzo, energía, horas de búsquedas, decisiones, quebraderos de cabeza
puestos en un proyecto profesional que no ha beneficiado a nadie,
que ni siquiera lo habría hecho (beneficiar a alguien) en caso de salir bien,
y lo ve como otra pérdida de tiempo, una distracción más sin sentido
(qué necesidad hay de "pasarlo mal", si no beneficia a nadie?).
Pero no dice nada. La vida está llena de lagunas como ésta,
como si el tiempo fuera un producto abundante y poco apreciado.











Para él, por su parte, la "pérdida de tiempo" consiste en todas esas horas, días, años de "servicio gratuito" de ella en el centro al que acude regularmente a meditar.

Gratuito?, responde ella, eso es porque tú no ves los rostros de las personas que se hacen más libres, más fuertes, más sabias, más alegres e infinitamente más inmunes al dolor, una vez hecha piel su armadura de amor.

Pero su amigo no ve "libertad" en ninguna religión, sino todo lo contrario.

Ni siquiera ve que sea una "religión" su propia religión,
su fe ciega en la cultura, la política, los medios de comunicación (ese creer sin ver),
ese culto a lo material (dinero, ahorros) e inmaterial (prestigio, seguridad, dinero, ahorros...).







Esa religión que impregna la sangre como un cáncer terminal y duele tanto...
-a su manera de ver, de ella.


Entonces, de repente, se callan y se miran y ella dice:
Tenemos que aprender a que a ti no te altere mi religión y a mí no me altere la tuya.
¿Tú crees que seremos capaces?

Y él dice:
Yo creo que sí.

Y yo, que les conozco bien, sé que serán capaces.
Yo sé que sí.























martes, 16 de octubre de 2012

Gracias por no dejar que me distraiga del amor.





Tengo un amigo que
a veces me da las gracias
por no dejar que se distraiga
del amor.















Invertimos tantas horas en negocios ruinosos.
Tantas horas del día, tantos días, tanta energía;
pensamientos circulares de día y de noche, intentando resolver, mejorar, hacer crecer empresas
ruinosas.
Tanto dinero. Tantos abandonos.
Abandonamos a las personas que más amamos, dejamos de estar cuando nos necesitan
en aras de un negocio u otro,
de un proyecto u otro,
profesional, personal, da igual.
Cuántas inversiones (de dinero, de tiempo, de energía, pensamientos, ilusión, atención...)
ruinosas.
Una cadena sin fin de decisiones equivocadas.









Tengo un amigo que se pasa la vida invirtiendo su tiempo (su atención, su alma) en proyectos profesionales que, con el paso de los años, quizás un día empiecen a dar algún fruto, según me cuenta.
O no.
Quizás algún día alguno de estos proyectos empiece a dar alguna rentabilidad (económica) pero si lo divides
entre todas las horas dedicadas a ello, si le restas todos los demás proyectos abandonados (personales, familiares, afectivos), coincidirás conmigo en que aun el más rentable de todos no dejará de ser una empresa ruinosa.

Cuántas veces nos alejamos de lo único que importa para caer en las garras de la hipnosis (de éxito o fracaso, celebraciones o duelos, da igual),
como un secuestro.
Como un secuestro que nos roba el alma y la conciencia.
Qué obsesión con llenar la vida de distracciones, de ocupaciones, como si nos sobrara
el tiempo, la energía.
Qué obsesión con llenar la vida de estrés, competitividad, miedos y cansancio; qué obsesión con agotarnos en carreras circulares. Como si nos sobrara la alegría, la paz,
el disfrute, el amor.
Qué obsesión con rehuir el amor, como si doliera,
cuando lo único que duele es la incapacidad de amar.
Qué obsesión con permanecer en la zona de confort del sufrimiento conocido, la soledad y el aburrimiento.
Qué obsesión con llenar la vida de nada, de nadas, llenarla con naderías, como matar el tiempo.
Como si nos sobrara.

















Entonces le digo a mi amigo que, en medio de la crónica precisa de todas las gestiones que llenan su vida, que cada día me envíe, al menos, una nota en la que me cuente cómo se siente, que se detenga un momento y conecte con el amor porque el amor hace la vida más grande.
Y la llena de fiesta.

Entonces, este chico tan ocupado, baja la cabeza un momento y suaviza la voz, y dice:
sí, tengo que concentrarme más en los seres que amo. Si no, se me irá la vida haciendo trámites y poco más.
(Y no te olvides de que da igual quien te sirva de inspiración, lo importante es que te inspire y te proyecte como una fiesta de fuegos artificiales).

Y luego dice: gracias por no dejar que me distraiga
del amor.