viernes, 17 de mayo de 2024

¿Es útil la meditación? (2)

 


Da igual si eres budista, católica, musulmana o laica,
si puedes proyectar la fortaleza del amor transformador. Sin discriminación.

Sin embargo, me dirás, la mayoría de la gente no opta por recluirse
en una cueva o una ermita, o emparedada, como Juliana de Norwich.
Da igual.
Para eso sirve la denominada "meditación formal", en el budismo
(en el catolicismo o el islam pueden ser las oraciones y la contemplación).
El momento de sentarse a meditar, en quietud y silencio, es el retiro.
Es una práctica/vivencia para la contemplación y la comprensión de la mente.
Y de la vida, tal como es.

Dependiendo del objeto de meditación, en este tiempo de práctica,
de quietud, silencio y contemplación,
puedes generar desapego (soltar miedos y preocupaciones), compasión /empatía, 
libertad, amor...
En última instancia, una disolución personal que te permite vivir todo lo que aparece como yo-mismo,
como olas del mismo mar.
Una experiencia de visión clara que experimentas en la meditación.

La prueba del algodón la vivirás luego en la vida cotidiana,
también denominada "meditación informal",
cuando, con atención, contemplas si las experiencias profundas (o realizaciones)
vividas en la meditación formal
se manifiestan más tarde en la vida diaria
(en tu actitud ante las situaciones, en las reacciones, relaciones, etc.)
En las situaciones e interrelaciones de la vida diaria
comprendes el nivel en que esta experiencia generada en la meditación formal
ha sido integrada para ser ya parte de ti.

Y ahí contemplas una vez más la transformación, si se ha dado.
Primero en ti misma y, seguidamente,
cómo el cambio de este elemento, de esta condición
afecta al entorno que te envuelve.
Si, una vez que se da la transformación en ti
se manifiesta en la transformación del mundo del que formas parte.

Así que, desde este punto de vista, ¿tú qué crees?
¿Te parece egoísta o poco útil la meditación
y la forma de vida budista?

No es cuestión de creencias o de fe.
Pero siempre puedes probar
y a ver qué pasa.




lunes, 13 de mayo de 2024

¿Es útil la meditación?

 



Amanece un día de sol.
Está despierta para contemplarlo aún antes de que extienda su manto de luz.
Le gusta estar presente para darle la bienvenida,
cuando llega con la varita mágica que despliega todas esas luces y colores y cantos,
y la coreografía de vuelos de los pájaros.
Ella a veces abre los ojos con su mochila también cargada,
de miedos, dolor, insuficiencia,
y la ve aligerarse, de su peso, transformarse en una energía de confianza,
en la apertura del nuevo acontecer, el día por delante.



Le llegó una carta de un adolescente.
"Estoy interesado en conocer un poco las religiones.
Me han dicho que el budismo no es como otras que están más por el servicio a los demás, la caridad y cosas así. Como que el budismo es más para uno mismo, más egoísta.
Qué hay de cierto?"

Pensó en explicarle la diferencia entre el budismo hinayana,
donde la persona busca la liberación (del sufrimiento) personal
y el budismo mahayana, con la mente de bodichita,
que desea la iluminación para ayudar mejor,
para la liberación de todos los seres sintientes.

También podría hablarle sobre el budismo comprometido, el budismo en acción,
como el budismo zen de Thich Nhat Hanh,
quien fue nominado en su tiempo al premio Nobel de la Paz,
por su implicación de ayuda a la población civil vietnamita durante una invasión cruel y sin sentido.

Pero decidió centrarse en lo (más) importante, a su manera de ver.

Le habló de una monja católica, muy involucrada en su barrio obrero, 
en la fábrica en la que ella misma trabajaba,
en el acompañamiento a las mujeres inmigrantes y las familias del barrio.
En cierta ocasión iba en el metro y miraba las caras de las personas alrededor
y veía sus pequeños y grandes dramas cotidianos, su lucha, su fortaleza también,
la dureza de la vida y aun así los cuidados, el amor.
Empezó a brotar lágrimas de sus ojos:
no voy a poder ayudar a todo el mundo, es imposible, no está a mi alcance.
Fue entonces cuando decidió buscar una ermita, una cueva o algún lugar apropiado donde retirarse en soledad, para poder abarcar a todos los seres y ayudar mejor.
Y allí está, en retiro de soledad hace más de 40 años.

Y tú te puedes preguntar:
Cómo va a ayudar así, aislándose?
Fuera del mundo sí que no es de ninguna ayuda.

Hay otras maneras de verlo.

Como una lluvia de amor sobre tierra fértil.

Desde un punto de vista, todo es energía, manifestada en formas diferentes:
luz, agua, espacio, materia, emociones...
Todo mera energía manifestada.

Desde la visión separada, egoísta, egocéntrica, todo lo demás puede ser una amenaza,
y da lugar a los miedos, la inseguridad, la muerte.
Porque todo fenómeno manifestado nace y muere.
Esa energía de egoísmo, amenaza, inseguridad, ataque y defensa, nacimiento y muerte, etc.
es dolorosa.
Se está generando mucho dolor de una manera invisible.

Qué pasaría si generamos energía de amor, confianza, compasión, empatía?
Que la energía de amor se hace fuerte y poderosa,
como una lluvia sobre tierra fértil,
y acaba transformando el mundo en el que vivimos.

Si todo es energía manifestada
(todos los fenómenos, todos los objetos y situaciones y emociones en este mundo que aparece),
prueba a generar energía de Amor que lo abrace todo, que lo inunde todo.
Y contempla la transformación.
Eso sí que es ser útil

Ésa es la misión de aquella ermitaña católica
y también es el corazón de las enseñanzas budistas.
¿Te parece egoísta o poco útil?

Al final, da igual si eres católica, budista, musulmana o laica,
si puedes proyectar la fortaleza del amor transformador, sin discriminación.




domingo, 5 de mayo de 2024

Por qué me pasa esto a mí?

 


La amiga dijo:
- Hay largas temporadas de paz, en las que ya crees sentirte a salvo.
Da igual lo que ocurra, no le afecta a tu serenidad,
una sensación de contentamiento que parece definitiva.
Y de repente se esfuma, y te sumes en la miseria.
Y sientes que todo lo que creías haber aprendido no sirve para nada.

- ¿Seguro? ¿No sirve para nada?

- Para nada. El dolor es demasiado profundo.

- En primer lugar, es un toque de humildad, ¿no?

La amiga la miró desconcertada, por un momento.

- Creías estar iluminada y ahora ves que simplemente estabas en una estancia de luz,
pero aún quedan cuartos oscuros.
No estás tan iluminada como creías, ahora estás en un cuarto oscuro.

- Pero duele demasiado.

- Sí. Sé de maestras y maestros que se creían iluminadas. Las personas que les seguían también.
Y de repente, tal como lo explican, "la gracia desaparece".
Duele tanto, después de haberse sentido en el nirvana, que no soportan sentirse en un infierno.
Pero al fin y al cabo, antes y ahora era mera existencia humana.
Sin embargo, después de haber conocido la "gracia",
la vida sin ella resulta demasiado mediocre, insustancial.
Y duele, sí.
Conozco una maestra que se refugió en el alcohol, buscando estimulantes que le permitieran tocar el estado anterior.
Pero fue solo una etapa, también.
Creo que salió de ésa cuando abandonó su obsesión personal, por su bienestar personal,
y empezó a dedicar su energía a acompañar a otras personas a quienes sí podía ser útil.

- ¿Pero cómo vas a ayudar a otras personas cuando tú estás tan mal? ¡No tienes nada para dar!

-Tienes.
Pero ésa es otra historia que podemos retomar en otro momento.

Sigamos con el dolor y la oscuridad, que "duelen demasiado".

Cuando pasas de la luz del sol a un cuarto oscuro al principio parece que no se ve nada,
tan completa la oscuridad,
pero con el tiempo empiezas a percibir formas en medio de la negrura.
Empiezas a ver un poco.

- En ese ejemplo sí, pero con el dolor...

- Es igual. Al principio no entiendes por qué estás en esas tinieblas tan dolorosas, 
si hace nada estabas en la luz de la plenitud.
Ahora sabes que aún hay "cuartos oscuros" en tu mente
y ahora tienes la oportunidad de comprenderlos, de iluminarlos.
Primero, la humildad (no estoy tan iluminada como creía);
luego, la comprensión (aún hay cuartos oscuros en mi experiencia);
y seguidamente ves la oportunidad (ahora puedo navegarlos, comprenderlos, iluminarlos).

- Ya, pero duele demasiado -insistía la amiga- Y te preguntas
por qué me pasa esto a mí?

-Por qué a ti? ¿A ti sola?
Antes que tú, durante siglos y milenios, millones de personas han pasado por ahí
(este dolor que estás sintiendo, del miedo, la soledad, la frustración,
los celos, el abandono, el rechazo, la pérdida, la enfermedad, la muerte, lo que sea).
En el futuro, millones de personas vivirán la misma experiencia
y en el presente millones de personas están sufriendo este mismo dolor
(no hablemos ya de dolores peores, las bombas, las guerras e invasiones,
las profundas sequías, las hambrunas...)
Por qué a ti?
Por qué no a ti, o a mí?
Si también somos seres humanos, compartiendo la misma experiencia humana.

La compresión de que estás compartiendo un mismo sufrimiento
te hermana con la especie humana.
Aflora la compasión.
Miras a las personas con las que te cruzas y las ves con ojos nuevos.
Ellas también han pasado o pasarán por tu situación emocional actual, tan dolorosa.
Y este dolor egocéntrico se transforma en un dolor más dulce
que requiere otro nombre: compasión, amor.

En realidad no es tan terrible lo que me está pasando, piensas. Este dolor de resistencia.
Es una oportunidad para conectar con la comprensión
que rompe las barreras de separación.
Para conectar con el interser. Y con el amor

- Visto así...

- Probemos a verlo así, la próxima vez que ocurra.
Y a ver qué pasa.