viernes, 31 de marzo de 2023

Cada instante nace una nueva oportunidad.

 


En la película, la protagonista abre los ojos en la mañana y anticipa un día feliz. Especial.
Se reúne con su grupo de amigas, camino del instituto y del nuevo día. Alegres. "Populares".
Ya en clase, le llegan a su pupitre varias rosas de admiradores, el día de San Valentín,
cuando tiene previsto mantener su primera relación sexual con el chico que le gusta, el más popular y atrevido del colegio.
En el transcurso del día ha ido dejando a algunas personas heridas a su paso, 
con la insolencia y la arrogancia inconsciente de una triunfadora nata.
De vuelta a casa con sus amigas, tienen un accidente de coche y muere.

Y sin embargo, despierta a un nuevo día.
¿Todo ha sido un sueño?
Los acontecimientos se van sucediendo tal como en el día anterior, soñado.
Pero ella no hace nada para actuar de forma diferente.
De vuelta a casa tienen el accidente previsto y, efectivamente, muere.

Pero vuelve a despertar del "sueño".
Esta vez intenta hacer algo diferente, pero los cambios son minúsculos.
Los días se van sucediendo como un déjà vu.
A veces la acompaña el miedo, a veces la rabia, a veces el hastío.
Hasta que un día se despierta feliz, esta vez sin miedo, ni cansancio,
ni aburrimiento por una vida triste e inconsciente.
En el transcurso de los días repetidos en los que parecía que no cambiaba nada significativo
ha ido conociendo las vulnerabilidades de las personas de su entorno, las heridas,
el amor, los cuidados y la presencia también.
Así que una mañana se despierta sin miedo,
deja que el amor movilice cada uno de sus actos a lo largo del día,
como una fuente que brota abundante, sin esfuerzo, de manera natural.
Y finalmente tiene un accidente 
y se va. 
Feliz, protegida, liberada.
Y ya no se despierta más en esta cama.
No lo necesita.

(Before I Fall)


Esta mañana ella también se despertó como en un déjà vu. El día por delante.
Aparentemente diferente al de ayer, y sin embargo tan repetido.
La misma actitud, los mismos relatos en su cabeza,
arrastrando culpas y resentimientos, heridas y miedos,
un día tras otro,
perpetuados en cada nueva oportunidad.
Ella también dejará hoy algunas personas heridas a su paso, probablemente,
(incluida ella misma),
y se sentirá herida por otras.
O quizás no.
Quizás aproveche al fin esta nueva oportunidad y dirá "te quiero" 
a esa persona que antes ignoraba, o atacaba.
Puede que esta vez sea más cuidadosa, más atenta y sensible.
Que pueda ver las vulnerabilidades a su alrededor, la fragilidad,
y pueda sentir la empatía profunda, la compasión liberadora.
La libertad al fin. El no-miedo.

O puede que no.
Que no haga nada para cambiar nada,
otro día más,
hasta la noche final.



sábado, 25 de marzo de 2023

La tristeza.

 


Hoy toca tristeza.
Apareció la primera luna creciente de un nuevo ciclo.
Ahí, presente, en el marco del balcón.
Como cuando la acompañaba en el dolor de la noche,
esa presencia que lo inundaba todo,
dándole sentido a todo.
Al dolor, a la muerte.
Ahí está de nuevo.
"La luna, la luna, que me lleve la luna".

Ha ido despojándose de presencias que la distraigan, ruidos.
Necesitaba la soledad para estar a solas con la amiga.
Sin ruidos ni distracciones.
Y ahí está.
"Si yo no soy de este mundo, que a mí me lleve la luna".
Tan lejos, tan cerca.
Se dejó ver,
un corto espacio del trayecto,
y se fue.
En medio, un regalo de profunda contemplación.
Y aquí se queda ella, a solas con la amiga
(en otra forma o sin forma).
Silencio.
Dentro de unas horas
el canto y el vuelo de los pájaros anunciarán la llegada del sol
y le darán la bienvenida al nuevo día.
Ahora, es el tiempo de la noche
y los pájaros callan
y se refugian en sus nidos.
Y ella tan triste.
Sin motivo aparente.
Simplemente, la tristeza.


En la reunión de la escalera hablaron de los pájaros,
que ensucian los balcones y el terrado,
de colocar pinchos y otras medidas disuasorias,
de desmontar nidos
y hasta de contactar con un servicio antiplagas.
Se le encogía el corazón pero no abrió la boca.
Se le rompía el corazón.
Pero una vez más calló su voz,
como una extraterrestre sin sitio en este mundo.
"Si no soy de este mundo,
que a mí me lleve la luna".





martes, 21 de marzo de 2023

Todo es el cuerpo de la Diosa.

 


Digo "Dios" y también digo "Diosa".
La Diosa Suprema, como se la conoce en el hinduismo.
"Ella es eternidad
y el cosmos entero es su cuerpo.
De Ella todo está impregnado".
Incluso lo que los ojos no alcanzan a ver.
El Ser Supremo que posee los dos estados:
con forma-cuerpo y sin forma-cuerpo.
"Su nacimiento de muchas formas ocurre",
explica el sabio asceta Medhas en el Devi Mahatmya.

Se la conoce por muchos nombres,
a la que está más allá de todos los nombres.
Como Amba y Ambika, la protectora del universo y sus criaturas.
Y no podría ser de otra manera, ya que el universo y sus criaturas
conforman su propio cuerpo.
Porque Ella es todo lo que aparece.
Y también lo que parece que no aparece.
También se la conoce como Shatki,
la energía que todo lo impregna,
el poder supremo creador.
Mahamaya y Yoganidra, evocando su poder de ilusión, de engaño,
el sueño, que empaña todos los sentidos
y distorsiona la percepción.
Porque Ella es todo.
Se la nomina "sri", en alusión a su belleza, abundancia
y divinidad.
Sri Lashni, sentada en una gran flor de loto,
en representación de la belleza y la abundancia.
Chandika y Durga, la diosa guerrera,
montada a lomos de un león
o un tigre.
Chamunda y Kali, evocando el aspecto de la destrucción,
la aniquilación y la muerte.

Porque Ella, la Diosa, lo es todo y lo contiene todo.
Lo que se ve y lo que no se ve.
Es acción y es quietud.
Es inteligencia y es turbación.
Es hambre, sombra, sed, error...
Ella es la soberana y la presencia suprema cósmica.
Es infinita.




En India, la gran Diosa Maha Devi está muy presente en la vida cotidiana,
no hay que transcender para llegar a ella,
no habita en otro plano.
Se identifica con el Cosmos, con la Tierra,
con la geografía en general, que es sagrada,
como lo son sus criaturas: los árboles y las piedras,
los insectos, los seres humanos, en perfecta igualdad.
Todo conforma el cuerpo de la Diosa.

"Yo soy Brahma, Vishnu y Maheshvara.
Soy las Shatkis de Brahma, Visnu y Raudri.
Soy el sol, soy la luna, soy las estrellas.
Soy todas las criaturas, los pájaros, soy Chandalas,
soy el ladrón, el cazador cruel,
soy la gente virtuosa de buen corazón.
Soy femenina, masculino y hermafrodita.
No hay duda sobre esto.
¡Oh, montaña! Donde quiera que se vea y se oiga algo, allá existo.
Y también donde no se vea
ni se oiga".

(Devi Gita)


El Devi Mahatmya (El Canto de la Diosa Suprema)
forma parte del Devi Bhagavata Purana,
también conocido popularmente como el Devi Gita,
que establece una analogía con el Bhagavad Gita.
Pero el Canto de la Diosa Suprema (el Devi Mahatmya) contrasta
con la ortodoxia brahmánica patriarcal
y sus tradiciones y ritos androcéntricos,
presentando una visión alternativa a las corrientes culturales dominantes, 
que se impusieron con las invasiones arias en Europa.

Los textos Vedas arios estaban reservados para los hombres de las castas altas
pues son "la verdad revelada".
Las otras castas inferiores, incluidas las mujeres,
no podían tener acceso a tal conocimiento.
En cambio los "puranas" son los textos del pueblo
que todo el mundo podía escuchar y recitar.
A través de los puranas la gente más humilde y marginada
se podía familiarizar con las diferentes corrientes del hinduismo,
sus divinidades, mitos y leyendas,
y aprendía las enseñanzas del dharma.

En este contexto surge el movimiento Brakti, 
que se revela contra el patriarcado del hinduismo brahmánico, 
es decir, una respuesta del pueblo contra las castas más altas
y los rituales de los sacerdotes brahmanes.
El movimiento Brakti elogia la unión sagrada con la divinidad,
al igual que ocurre con el misticismo y el sufismo
en las tradiciones cristiana y musulmana.
Una revuelta contra los intermediarios religiosos
que asumen el poder.


El Canto de la Diosa Suprema (Devi Mahatmya) vuelve a las fuentes prearias
en las que se ensalzaba la fertilidad y la creatividad
de la Madre Naturaleza y el cuerpo cósmico de la Diosa.
Porque Ella lo es todo.
No hay nada que exista fuera del cuerpo de la Diosa,
la Energía,
la Conciencia creadora
universal.




viernes, 17 de marzo de 2023

El abrazo.

 


Su amigo le contaba que lo que más echaba de menos desde su separación
era el abrazo.
Especialmente al llegar la noche, dormirse enredado en el abrazo.

Ella pensó en la multitud de abrazos que tienen lugar a lo largo del día
y la noche,
tan presentes, si estás presente.

El abrazo de mar,
frío en invierno, catártico, rompedor.
Tan fortalecedor.
Ése que te convierte en una fortaleza.
El abrazo de agua en la piscina climatizada,
cuando tu cuerpo de agua hace inmersión, 
un cuerpo de agua desplazándose en un cuerpo más grande
de agua,
como agua vertida en agua.
La caricia en el vientre al transitar su cuerpo grande,
en los brazos, las piernas, el rostro...
Ningún abrazo humano abraza cada poro de este cuerpo
como un abrazo de agua.
Y qué me dices del abrazo de aire?
Cálido en primavera,
la brisa del mar en la piel,
la clorofila de los árboles, en la montaña.
Hay abrazos tan intensos y profundos
que llegan hasta la sangre en tus venas
y los alvéolos en los pulmones,
como el aroma de tomillo o la mimosa.
El baño de sol, esa caricia envolvente.
Vestirse es un abrazo, la ropa acogiendo este cuerpo.
Dormir desnuda bajo las sábanas o el edredón, ese abrazo cálido.

La vida está llena de abrazos,
cada día es una sucesión de abrazos.
"El abrazo de Dios" no está muy lejos.
No hay que viajar al cielo para encontrar el abrazo de Dios.
No hay que esperar el momento último,
y ocasionales explosiones místicas.
El abrazo de Dios es un gesto cotidiano,
está aquí mismo, ahora,
si reconozco el cuerpo de Dios en todas sus manifestaciones,
en todas partes.

No hay un solo lugar vacío en mi vida,
donde no llegue la caricia envolvente
de Dios.




lunes, 13 de marzo de 2023

La primavera.

 


El aroma de la primavera.
El escenario parece el mismo que ayer, que la semana pasada
o el mes anterior.
Pero algo ha cambiado.
El aire en la piel se ha hecho más cálido.
Los músculos se contraen un poco menos,
tan involuntariamente como antes se contraían.
La paloma en el terrado busca la sombra
y canta su canto gutural.
Esta mañana, cuando aún era oscuro,
la despertó el concierto solista de un pájaro nuevo,
un canto diferente de la banda sonora habitual.
Luego, la habitación se llenó de una luz rosada.
Se levantó y caminó por la casa,
inundada del mismo color rosáceo colándose por todas las ventanas,
del pasillo, en los cuartos,
en la galería al otro lado de la casa.
Desde todos los puntos cardinales.
Su templo como una especie de globo flotante.
La luna menguante aún en el cielo.
Respiró un olor nuevo
y cálido,
tan familiar, de primavera.
Evocó la misma gratitud de todos los años
por no sentir la amenaza de las alergias
sino el abrazo de Dios.
Así es la vida, pensó,
cualquier situación puede ser el mismísimo infierno
o bien la vivencia de los dioses, las diosas.

El anticipo de la primavera supone sentir ya la primavera, aquí mismo.
Hasta las plantas en los terrados bailan esta celebración,
al ritmo de un aire suave y cálido.
Uno de esos momentos en que sólo quieres estar a solas
con Dios.


Desirà l'amic solitat,
e anà estar tot sol per co que hagués companyia de son amat,
sens lo qual està tot sol entre les gents.

(Ramon Llull)