viernes, 27 de agosto de 2021

La preocupación.

 


Estar preocupada es una forma de estar, como otra cualquiera.
Pasado el tiempo, pasa la preocupación
(generalmente cuando se afronta la situación temida).
Como pasa la tristeza, la alegría, el dolor
o cualquier otro estado.
Así que podría decirse que da igual estar aquí o allá,
de esta manera o de la otra.

Eso lo ves claro cuando pasa, lo que sea,
una vez que ha pasado.
Pero mientras estás ahí es una experiencia eterna
y crea karma,
es decir, tendencia,
inercia.
El músculo que trabajas es el que se hace grande, no otro.
Y así es como la ansiedad genera ansiedad, 
la gratitud genera gratitud,
la paz genera paz,
la entrega genera entrega
y la plenitud plenitud.
Por mencionar unos ejemplos.

Y así es como comprendes que no da igual.

Cualquier estado pasará (siempre habrá un respiro), es cierto,
pero lo que practicas acaba convirtiéndose en lo que eres,
construye el mundo en el que vives
y el yo que lo vive.

Y, en ese sentido, la aventura cambia.

Y quizás sí puedes elegir.
Quedarte en el impulso de la tendencia kármica,
ese camino tan recorrido,
o bien
ir abriendo nuevas rutas.




domingo, 1 de agosto de 2021

Cómo resolver los conflictos humanos.

 


Si se puede resolver, se resolverá.
Y si no se puede resolver (exactamente como tú quieres),
se resolverá de otra manera.
Tomar partido no suele ser una postura inteligente
porque implica discriminación, no ecuanimidad,
y por lo tanto sufrimiento, antes o después.
Y tomar partido egocéntrico menos aún.
Malcriando al ego, haciéndolo fuerte,
un yo caprichoso que ni siquiera existe
más que como producto de la hipnosis.

Así que tomar partido no debería ser una opción
y menos a favor de una misma, ese fantasma,
esa alucinación.

Desde este punto de vista, para qué preocuparse por los acontecimientos
si cualquier nudo acabará deshaciéndose,
cualquier aparente conflicto terminará fluyendo en una u otra dirección,
como el caudal de un río,
no importa los obstáculos en el camino.



"Concéntrate en la virtud", dice el budismo mahayana.
Desde la virtud (el buen corazón, la empatía, la compasión,
la entrega, la sabiduría de la vacuidad),
todo está bien 
y todo acabará bien,
tal como percibió Juliana de Norwich en sus Visiones.

"Quítate de en medio"
(decía aquel monje, con sus ojillos achinados de complicidad),
concéntrate en la virtud
y suelta todo deseo de control.
De todas formas, no está en tu mano,
aunque te lo parezca.
Y, quizás precisamente por eso,
todo saldrá bien.