viernes, 30 de noviembre de 2012

Hoy me siento fría por dentro.













Hoy me siento fría por dentro.
Y quizás es por el habitual vaso de agua fría de la nevera antes del café, cuando dicen que han bajado tanto las temperaturas.
Quizás es porque han bajado las temperaturas.
Pero esta noche me desperté a colocar un edredón sobre el edredón. Y es que tenía frío por dentro.
Dicen que las temperaturas han bajado, y es verdad, pero yo creo que lo que de verdad da frío es el "yo primero" cuando se manifiesta -que es casi siempre.

En soledad quizás es fácil tocar tierras sagradas -en el café de la mañana cuando
l@s demás han emigrado a sus vuelos personales; en el baño en el mar, especialmente rompedor de invierno; cuando la "crisis" no te obliga a compartir tu espacio y tu casa es un mandala todo tuyo...
En soledad es más fácil generar tierras sagradas
pero la prueba del algodón tiene lugar cuando compartes viaje y nave y contemplas
cómo el "yo primero" se manifiesta una y otra vez.
Pero no habías realizado la vacuidad del yo?
Risas.
(Coro de risas estrepitosas que se parten el pecho).
El "yo primero" aparece una y otra vez, como un fantasma.
A veces le ves antes de que empiece a actuar (preparado, listo...),
le miras, le subyugas con la mirada, le ves difuminarse y desaparecer como un fantasma. Como lo que es.

Otras veces lo ves y miras hacia otro lado
y le dejas que campe a sus anchas. Provocando destrozos.

Y qué frío sientes,
no sabes por qué,
como si bajaran las temperaturas
de golpe.
Y a lo mejor han bajado. Pero el frío interno no tiene su causa en ningún fenómeno externo.





Y otras veces no le ves.
Caes en la cuenta por las señales que deja a su paso: por el frío
interno.








PD: Acabamos de terminar el último libro
del PF en Déu i Mata, Compasión Universal, de Gueshe Kelsang Gyatso.
El objeto de meditación de la última clase tenía que ver con "la determinación de dedicar todos nuestros esfuerzos (al menos una buena parte de ellos, dije yo, "realista", conciliadora como soy de todos mis "yos") para realizar las mentes de bodichita y vacuidad".
Que ninguna acción física, de palabra o pensamiento me alejen de mi objetivo último,
que en el momento de mi muerte (y de mi vida) pueda decir:
Cómo me alegro de haber realizado la vacuidad.

En la práctica subsiguiente (fuera de la meditación formal)
 decidimos mantener la memoria que nos recuerda 
nuestras prioridades.




lunes, 26 de noviembre de 2012

No es suficiente.










No es suficiente.

Rabjor entra en la gompa ante el silencio respetuoso de sus estudiantes, se sienta en el trono del dharma
y comienza la clase:
No es suficiente -dice.

Quizás llegamos a la meditación buscando una forma de relajación, una técnica para apaciguar la mente y reducir el estrés.
Y funcionó.
Y después de eso seguía funcionando.
Y quizás ahora ya no te enfadas tanto como antes, no le echas la culpa a los demás de tus propios problemas, has aprendido a practicar paciencia y ya no te quejas tanto cuando las condiciones no son cómodas o no se cumplen tus deseos.
Quizás ahora vives mejor y tienes más empatía, eres más eficaz y resolutiv@ en tu trabajo y en tu vida.
Y te cansas menos.
Quizás ahora no gastas tantas energías en pensamientos circulares obsesivos.
Y duermes mejor.
Has aprendido a adiestrar un poco tu mente.
Tienes menos necesidades, has desarrollado contentamiento y alegría
y ayudas mejor.

Viniste a relajarte y te ha cambiado la vida.

Y dices: el dharma funciona.
Se vive mejor con el dharma, sin duda
-esa ciencia de comprensión de la mente tan aguda y práctica.

Pero eso no es suficiente.

No te estanques.
Cuidado: no malinterpretes.
Que el dharma no te sirva para decir: se está bien aquí.
Samsara no es tan malo, después de todo.









Cuidado: no malinterpretes.
No te acomodes.
Porque esto no es suficiente.
Tenemos que seguir.

Tenemos que dar el salto -dice Rabjor.

El dharma no aparece en tu vida para enseñarte a "estar mejor".
El dharma aparece en tu vida para liberarte
(y entonces descubres que aquel "estar mejor" eran meras migajas).

Apareció para que sepas que puedes alcanzar la iluminación
en esta vida.
Que puedes despertar del sueño de la vigilia
en esta misma vida.

"Se está mejor" no es suficiente.
Ni siquiera "estar bien" es suficiente,
si puedes alcanzar en un instante
el gozo sublime
de la iluminación.

Y para ello no tienes que generar ansiedad
ni frustración
ni decepción
ni desánimo.
Simplemente hay que seguir practicando,
volver a la concentración de la meditación una y otra vez,
al gozo profundo que se hace cada vez más profundo
y más...
hasta que "te sorprendas".


PD: Gueshe-la dice: Un día te sorprenderás.








Sigue practicando y un día
te sorprenderás.







Shantideva dixit...





















"Por qué abandono el gozo del sagrado dharma, fuente inagotable de felicidad, 
para buscar placer en distracciones y objetivos absurdos 
que sólo causan sufrimiento?"









viernes, 23 de noviembre de 2012

Fuera, la luna.












Fuera, la luna.
Los grillos, algún ladrido, la oscuridad.
Las granotas, papá!
-dice la voz de una niña de alguna casa vecina.
Perfume de jazmín y resina de pinos.
Fuera.
Dentro, el silencio apacible de una comunidad budista.
Dormir a las 10 de la noche
(l@s más cansad@s; ha sido un día apretado
por un programa denso).
Cuartos cerrados que acogen prácticas personales.
Un rezagado baja del coche, se dirige a la cocina (pasos) y se prepara un plato
de la comida que aquí siempre es abundante;
en silencio, degusta su cena en preciosa soledad.
La monja pasea por la casa en una penúltima supervisión y luego se encierra en la oficina, la única luz encendida, y continúa su misión sin hora de cierre en los trámites inacabables en el ordenador,
como una ventana al mundo.
Al samsara que proyecta nirvana.
A las obras del nirvana en construcción.





martes, 20 de noviembre de 2012

Cómo me arrepiento de no haber realizado la vacuidad!










Chokga cuenta
que fue a visitar a una amiga enferma, que se moría.
Y la amiga le dijo: Qué difícil es morirse.
Y luego le dijo:
Cómo me arrepiento de no haber aprovechado el tiempo y haber realizado la vacuidad!


Debe ser duro morirse si te crees que habitas este cuerpo.
Imagínate si te crees que eres este cuerpo.

Debe doler un cuerpo que crees que existe de verdad, en carne y hueso, y se rompe.







Pero imagínate que pasas por ahí como en un sueño lúcido.
Que contemplas las apariencias,
la situación, a los que te aman,
este guión kármico;
que contemplas la apariencia que
se disuelve, se difumina
y desaparece.
Un sueño más.

Como en "Maldito karma", sueltas cuerpo y pasas a otro, en esta historia
interminable.

Como el gusano que muere para ser mariposa.
Y luego la mariposa vuela, se aleja y desaparece.
Pero no va a ningún lugar.
Porque gusano y mariposa no eran más que las ilusiones de un mago.

Cómo me gustaría decir en el momento de mi muerte
y de mi vida:
Cómo me alegro
de haber realizado
la vacuidad!




















lunes, 19 de noviembre de 2012

Preparándonos para el P. F.













Un cuarto
para la hora del inicio
de la sesión.
Preparad@s, list@s...

Aún silencio y quietud en la parte baja de la casa.
Si acaso, algún sonido en la cocina, del cocinero que prepara la comida para después
de la clase.

Arriba, en silencio, con los pies descalzos y el gesto preciso y respetuoso,
alguien da los últimos toques en la gompa:
las colchonetas en el suelo, los cojines, las mesitas de estudio, el trono del maestro
con su dinwa, las flores, el vaso de agua, las ofrendas en el altar...
En silencio y con la devoción de vivir la vida como un acto sagrado. Esta preciosa existencia humana.

Poco a poco, l@s estudiantes suben las escaleras o regresan de su paseo por la montaña
y se acercan a la gompa,
se descalzan de sus zapatillas
y entran en el espacio de estudio, contemplación y meditación.
Toman sitio y abren su libro:
Comprensión de la mente.





















martes, 6 de noviembre de 2012

Y tú, ¿ya has acabado con tu viejo yo?








Mi amiga E. es guapísima.
Baila, canta, hace terapias alternativas
y siente que encierra un gran poder para ayudar a los demás.
Asistió a la iniciación de Alto Yoga Tantra
y sintió que eso era lo suyo. Por fin había llegado a casa. Ahora sabía que siempre había sido la representación femenina tántrica. Ahora por fin podía conocer quién realmente es.

Pasados los meses, sin embargo, a veces se siente triste.
Hay gente que no la entiende, y su consultorio particular no tira como debería.
Además, su pareja no siempre es el Heruka que ella desearía.
E. no puede entender que ella, con todas sus habilidades y destrezas, no sea feliz.
Cómo puede no ser feliz Vajrayoguini, la más alta deidad tántrica?

Entonces le pregunté:
¿Pero tú ya has acabado con E.?
Me miró sin responder, y eso me hizo pensar que no.
Así que cambié el enfoque:
Pero tú, ¿quién prefieres ser: E. o Vajrayoguini?
Sonrió, y en ese instante de duda pude ver cuánto apego le tenemos al yo que creemos ser.
Ni la más perfecta deidad del A.Y.T. podría competir con nuestros encantos personales particulares.

Entre Buda (el ser despierto, el ser perfecto que ya llevo dentro) y este paquete de conceptos en el que designo "yo", suele ganar el "yo" que conozco, mutilado y sufriente, pero al menos es el "yo" que conozco.
Y ya se sabe que más vale malo conocido...

Y tú, quién quieres ser:
el yo que arrastras (joven y guapo, inteligente y carismático, tal como te ves a ti mism@)
o el ser perfecto que ya guardas dentro de ti?






Elige, porque en esa decisión
(en esa intención)
estás diseñando el camino,
el guión
de tu pensamiento,
palabra
y acciones.

Y recuerda que el orgullo divino tiene muy poco que ver con el orgullo
humano.



Síguele la pista a las señales.

¿Aún sufres por lo que piensan de ti,
por tu prestigio personal, social o profesional,
por el dinero que ganas o pierdes,
por el cuerpo que duele,
por la pareja o l@s amig@s o l@s hij@s o la madre o el padre
que no son como deberían?...

Ésa no es Vajrayoguini, o Buda o como quieras llamarle.
El ser despierto aún brilla
por su ausencia.
Porque aún sigue vivito
y coleando
el viejo yo.

Y son incompatibles.

Donde se manifiesta el uno,
el otro
se disuelve.

























lunes, 5 de noviembre de 2012

No te equivoques de refugio.










No tengas miedo.
Ése era el título del retiro de refugio de este fin de semana pasado.
Y, toma nota,
si no quieres tener miedo, sólo te protege el amor.
También puedes llamarle las 3 Joyas
-en detalle, en palabras budistas.
Pero para que nos entendamos, budistas y no budistas, contra el miedo sólo te protege el amor.
Hasta con los "espíritus ávidos" -esas fuerzas del mal invisibles, tan generadoras de sufrimiento.
Si hasta con las fuerzas del mal (hay quien las llama "magia negra"; en budismo se les denomina "proyecciones de la mente", propia, como cualquier otro miedo, apego o situación), si hasta con las fuerzas del mal sólo te protege el amor que ve en el otro un ser desesperado, desbordado por el sufrimiento, pidiendo a gritos un abrazo (no necesariamente manifiesto, basta imaginarlo) balsámico, que alivie sus profundas heridas de soledad.
Si hasta en las situaciones más temidas y con los seres más temidos (que sólo proyecta tu mente, no lo olvides) sólo vence el amor, sólo te protege el amor, imagínate en la vida diaria, con seres humanos tan iguales a ti, tan inofensivos (u ofensivos), como tú mism@.
Qué sentido tiene tanto miedo a perder?
Qué sentido tiene pelearse tanto por unas migajas de ganancias o pérdidas, esa ilusión?

La competitividad te altera, el amor te relaja.
Porque el amor te protege y ya no tienes miedo a perder.
Porque con amor, cada vez que gana el otro, tú ganas.
Cada vez que gana alguien, tú ganas.
Y así, siempre ganas.



Si al final todo esto es sólo una ficción virtual, una cadena de obstáculos (como las ilusiones de un mago) que ponen a prueba tu amor

y tu miedo.






domingo, 4 de noviembre de 2012

El mejor lugar del mundo es aquí mismo.











Sol y viento en el Montserrat.
No hace frío a las 3 de la tarde.
Viernes.
Aún por delante
la tarde del viernes y los días del fin de semana.
Se está bien aquí.
El mejor lugar del mundo es aquí mismo.

Retiro de silencio.
Silencio en el KMC de Barcelona, en el Montserrat.
Sólo suenan las hojas de los árboles abanicadas por el viento.
M. se ha preparado una silla cara al sol, mientras toma el té del mediodía.
D, sobre una vieja hamaca, acaba la limpieza de dientes con el hilo y luego se estira en posición de siesta.
Al otro lado, sentado en un banco, J. revisa sus apuntes de la última sesión
sobre los fuegos que dispara la mente (los deseos incontrolados) y que podemos controlar y aplacar, y cómo.
En otro banco, M. se ha acercado una mesita y escribe como si estuviera en la terraza de un café.
Por la carretera, L. pasea camino abajo hacia el río
y al otro lado N. sube la carretera que la acerca a la panorámica mágica de la montaña de Montserrat.
Retiro de silencio significa retiro
y los grupos de 2 (o 3 o 4) se disuelven.



















Estudio, silencio, contemplación y meditación, en medio de los sonidos del silencio
de la naturaleza.
A veces suena una ráfaga de viento en el aire, como el sonido de una palmada con una sola mano.
Un día, una buena amiga me dijo:
Tanto retiro, tanto retiro; ya tendrás tiempo de retirarte cuando estés muerta.
Como si pasar un fin de semana de meditación fuera como hipotecar tu vida para prepararte para la muerte.
Como si fuera un peaje doloroso que hay que pagar por dudosos frutos en el futuro.
Pero puedo asegurarte que un retiro no es una dolorosa renuncia en la vida
sino una de las formas más placenteras de vivir que conozco.
Cuando dejas que la excitación mundana se calme y emerja la plenitud gozosa que encierras en lo más profundo de tu ser, como un océano de silencio sin límites de espacio ni tiempo.

Un retiro de meditación nunca es una pérdida de tiempo.
Ni aún cuando duela.





Y es posible que encuentres
(en un retiro
de meditación)
mucho más de lo que esperabas
encontrar
al llegar.