sábado, 18 de septiembre de 2021

El retiro de otoño.

 



El otoño se acerca sigilosamente.
No se escuchan sus pasos
pero se ve su color,
su sombra, como una cortina, clara todavía.

El otoño como un refugio.
Se da cuenta de que se está convirtiendo en una tradición,
los retiros en soledad al llegar el otoño.
La montaña cambiando su vestido.

Esta vez, sin embargo, eligió el desierto
ese paisaje tan especial de desierto
y calas solitarias,
el agua cristalina.
Pero no irá sola.
Esta vez no.

Y sospecha que deja la soledad para luego,
es cuestión de tiempo, poco.

Un poco más tarde, la soledad.

Un poco más frío el otoño.





miércoles, 15 de septiembre de 2021

La nueva normalidad.




El mundo ha cambiado, decía él.
La vida ha cambiado, sí.
La Tercera Guerra Mundial ya está aquí,
como reza el título del libro.
Más nos vale adaptarnos a las nuevas condiciones
y hacer lo que podamos para proteger la libertad
personal:
de pensamiento, acción, etc.
Emocional también.
Espiritual también.
La naturaleza es de los pocos refugios que aún nos quedan.
La amistad.
El amor.

El desapego también funciona,
en la adaptación a la nueva normalidad.
El desapego a lo anterior,
a lo que creíamos poseer,
objetos materiales, costumbres.

Después de todo, tampoco era una normalidad idílica,
como para organizar una cruzada por ella.



Suena como si te dieras por vencida, comentó él.
No exactamente, no en esta batalla.
Después de todo, con la vieja normalidad también vivía a caballo,
obedeciendo otras leyes no dictadas,
dentro de lo posible.
Ahora será más difícil todavía, el cerco estrechado,
pero al fin y al cabo
más de lo mismo.

Afortunadamente la impermanencia, dijo él,
la vida perecedera.
Y antes o después esto se acaba.
No nos queda mucho tiempo por aquí.
Este cuento se acaba.

Suena como si te dieras por vencido, dijo ella.

Quizás, respondió él.



lunes, 13 de septiembre de 2021

No hay loto sin nutrientes.

 


Le llegó ese texto sobre
"sentir gratitud por el dolor, por el sufrimiento que experimentas,
ya que los necesitas para crecer".
"Hay que aprender el arte de transformar el abono orgánico en flores".
Le llegó ese texto con una pregunta:

Qué opinas de la frase "No hay loto sin lodo"?

"No hay loto sin lodo".
"La letra con sangre entra". Sólo se aprende sufriendo.

En mi experiencia, el sufrimiento puede ser una forma de aprender.
No siempre. A veces el sufrimiento inmoviliza
o incluso crea adicción,
una zona de confort,
un entorno familiar y "seguro".

En mi experiencia personal,
he tenido grandes realizaciones que han cambiado mi vida
por otras vías.
A veces la risa, a veces el disfrute,
la exploración apasionada,
a veces la entrega.
Yo creo que hay infinidad de vías para el aprendizaje
y para el despertar,
no sólo el sufrimiento.

Que qué opino de la frase "No hay loto sin lodo"?
Yo la entiendo más como una invitación a aprovechar el sufrimiento, cuando aparece.
Haz un buen uso de él, para que brote el loto.
No lo desperdicies, el sufrimiento.

Pero lo mismo con el amor, la alegría
o el disfrute.
Aprovecha el amor para que te proyecte en todas direcciones,
no como una ofrenda al ego (el apego, el control, etc.)

O el disfrute.
Lo puedes aprovechar para tocar a Dios, la experiencia de plenitud,
o bien para un mayor apego mundano.

Hay muchas vías de aprendizaje y de liberación.
Depende de lo que hagamos con ellas.



"No mud no lotus".
Una expresión interesante, que no digo que no sirva para el loto.
Pero cuidado con interpretar "mud/lodo" como sufrimiento.
Y cuidado con aplicarlo a la experiencia humana
(como no se puede aplicar la vida sexual de la mantis religiosa,
las abejas o las hormigas,
a la experiencia humana).

"Sin lodo no hay loto". Cierto es.
Pero cuidado con interpretar el lodo como sufrimiento.
Quién dice que para el loto el lodo no significa riqueza, 
nutrientes, abundancia?
Así que, aplicado a la experiencia humana,
a la belleza y la libertad del despertar,
podríamos traducirlo como "Sin nutrientes no hay despertar".
Y los nutrientes están en todas partes:
en el sufrimiento, en el disfrute,
en la alegría, en el aburrimiento, en la carencia,
en la abundancia.

Cada instante aparece en tu vida una situación que te puede acercar más a Dios,
o bien alejarte de él.
Depende de cómo la uses.
El amor incluido.
Te puede conducir a la plenitud
o al sufrimiento más atroz generado por las miserias del ego.
Depende de cómo lo uses.

Y sin embargo, con el paso del tiempo, casi todas las religiones tienen en común el culto
al sufrimiento.
Como una resignación.
Otorgarle "sentido" al sufrimiento con la promesa de un futuro mejor:
el paraíso, la iluminación, lo que sea.
Hasta crear la adicción al sufrimiento
a cambio de un sueño futuro de plenitud.

Y es que a través del miedo
y el sufrimiento
la manipulación es mucho más fácil.




sábado, 11 de septiembre de 2021

La lealtad.

 


- La lealtad es muy importante para ti -dijo el amigo-,
por eso tienes esas larguísimas relaciones.
Como un reto a la ley de la impermanencia -bromeó.
- Sí -respondió ella.
- Pero lealtad a quién?
Por qué es tan importante la lealtad a la otra persona?
Y qué hay de la lealtad a uno mismo?
-preguntó él, como una reclamación.
- La lealtad es como el amor, que se proyecta en todas direcciones.
Si amas, la fuerza del amor lo impregna todo,
llega a todas partes, incluida una misma,
no hay excepciones.
Y lo mismo con la lealtad. No hay separación.


Tal y como yo lo veo, la lealtad no va de hacer equipos,
de apoyar a unas personas a costa de traicionar
a otras.
No va de cumplir la voluntad de la otra persona
a costa de recortar la libertad propia.
O viceversa.

Se es leal a la verdad, a la libertad,
al amor.

No permites que los caprichos de nadie recorten tus alas
pero tus propios caprichos
tampoco aspiran a controlar a la otra persona,
ponerle condiciones 
o cambiarla.

El amor te protege
y también la protege
de las exigencias del propio ego.

De eso va la lealtad.
Eres leal a la libertad, 
al amor y a la verdad.

Y desde esa honestidad valiente
podría ser que las relaciones permanezcan
a lo largo del camino rocoso y los duros retos del trayecto.
Cambiando su forma si es preciso.
Actualizando la relación,
según los yos implicados
y las situaciones
van
cambiando.




martes, 7 de septiembre de 2021

El viaje iniciático.



Querido amigo:

Dices que a veces echas de menos uno de esos viajes iniciáticos
que parece que le dan sentido a la vida.
Y se te olvida que ya estás transitándolo,
que la vida que vives en sí misma es ya un viaje iniciático.
Me miras con escepticismo:
¿Esta vida tan aburrida, tan mediocre,
sin emoción ni aventura?
Y sí, eso mismo
es la prueba que te toca afrontar.

El dolor de las pérdidas pequeñas es más o menos el mismo dolor
de las pérdidas grandes.
Es dolor.
Y toca atravesar el dolor.
La tormenta, la calma,
la tempestad, el mar como un espejo,
el viento huracanado y la brisa suave.
Todo forma parte de la travesía.
Los días quietos y silenciosos,
la lluvia de obstáculos.
Cuando estás a punto del ahogo, de la última respiración,
incluso
cuando el ahogo.
Parte de la travesía.

No hace falta añorar algo más emocionante
o con más sentido.

Porque ya tiene el sentido
que tiene.



sábado, 4 de septiembre de 2021

Guerra y paz.

 



De dónde nutrirse?
Si la vida es un libro de dharma, dónde sabrá ver
el próximo capítulo, la inspiración,
ese hilo por donde seguir la pista,
recorrer el camino?

Se quedó sin música inspiradora, sin libros,
sin gurus.
Secas las fuentes.
Cuando toca volver la mirada hacia dentro,
a la experiencia transitada.
A la oración, humildemente entregada.

Hay un tiempo para la guerra, para la conquista,
la búsqueda incansable
y un tiempo para la entrega,
la rendición.

Sin atisbos de culpa.

La libertad definitiva.

Dure lo que dure.




miércoles, 1 de septiembre de 2021

El miedo.

 




Lo que te da fuerzas es no tener nada que perder.
Una casa, el sueldo, la pareja, la reputación.
Aquello por lo que sufres te ha pillado, se ha apoderado de ti.
Aquello que está a tu servicio, tus herramientas, han cobrado vida
y se han apoderado de ti.
El siervo se ha convertido en tu amo.
Sufres porque te has convertido en esclava de lo que creías poseer
y en realidad te posee.

Cuando era una niña perdió algo muy valioso.
Sin ello, era como si el suelo se resquebrajara a sus pies.
Se sentía flotar en tierra de nadie, sin apoyos
ni referentes.
Pero no recuerda el vértigo,
sólo la incertidumbre.
Entonces escuchó aquella canción de Bob Dylan:
"Quien nada tiene nada puede perder".
Y lo escribió en letras grandes en la pared de su cuarto.

Puedes usar las cosas, apreciarlas, disfrutarlas,
cuidarlas, servirles incluso.
Pero si consideras que son tuyas 
ya se han apropiado de ti,
ya eres su sierva, a su servicio.

Si no sientes que te pertenecen
te ahorrarás mucho sufrimiento.
Y es mucho más realista.
Porque ningún sueño de humo te puede pertenecer,
dado que ni siquiera existe.

Pasar por la vida con libertad es una buena forma
de pasar por la vida.