Da igual si eres budista, católica, musulmana o laica,
si puedes proyectar la fortaleza del amor transformador. Sin discriminación.
Sin embargo, me dirás, la mayoría de la gente no opta por recluirse
en una cueva o una ermita, o emparedada, como Juliana de Norwich.
Da igual.
Para eso sirve la denominada "meditación formal", en el budismo
(en el catolicismo o el islam pueden ser las oraciones y la contemplación).
El momento de sentarse a meditar, en quietud y silencio, es el retiro.
Es una práctica/vivencia para la contemplación y la comprensión de la mente.
Y de la vida, tal como es.
Dependiendo del objeto de meditación, en este tiempo de práctica,
de quietud, silencio y contemplación,
puedes generar desapego (soltar miedos y preocupaciones), compasión /empatía,
libertad, amor...
En última instancia, una disolución personal que te permite vivir todo lo que aparece como yo-mismo,
como olas del mismo mar.
Una experiencia de visión clara que experimentas en la meditación.
La prueba del algodón la vivirás luego en la vida cotidiana,
también denominada "meditación informal",
cuando, con atención, contemplas si las experiencias profundas (o realizaciones)
vividas en la meditación formal
se manifiestan más tarde en la vida diaria
(en tu actitud ante las situaciones, en las reacciones, relaciones, etc.)
En las situaciones e interrelaciones de la vida diaria
comprendes el nivel en que esta experiencia generada en la meditación formal
ha sido integrada para ser ya parte de ti.
Y ahí contemplas una vez más la transformación, si se ha dado.
Primero en ti misma y, seguidamente,
cómo el cambio de este elemento, de esta condición
afecta al entorno que te envuelve.
Si, una vez que se da la transformación en ti
se manifiesta en la transformación del mundo del que formas parte.
Así que, desde este punto de vista, ¿tú qué crees?
¿Te parece egoísta o poco útil la meditación
y la forma de vida budista?
No es cuestión de creencias o de fe.
Pero siempre puedes probar
y a ver qué pasa.
Totalmente de acuerdo. Y la gran prueba de fuego, o del algodón como dices (sin Míster Proper) es cuando integras armónicamente la práctica con la vida cotidiana, el día a día... y de hecho todas las actividades, el minuto a minuto. Si ves que ese cultivo de la ecuanimidad y la paz arroja sus frutos y notas resultados palpables.
ResponderEliminarNo se trata de hacerse monje, ni de recluirse en una cueva o monasterio, ni de solo meditar cuando estamos sentados en un cojín o en recogimiento en casa.
Mira lo que acabo de publicar...
https://despertardelbuda.wordpress.com/2024/05/17/tienes-tiempo-para-entonces/
Namaste.
Gracias, What.
ResponderEliminarMe lo miro.