lunes, 28 de abril de 2014
El cielo en la tierra.
Querida madre
Tierra:
Hay quienes caminan sobre ti buscando la tierra prometida,
sin darse cuenta de que tú eres ese prodigioso lugar
que hemos estado buscando toda nuestra vida.
Tú ya eres un extraordinario y maravilloso Reino de los Cielos.
Tú ya eres la Tierra Pura en la que incontables budas y bodisatvas del pasado se manifestaron, alcanzaron la iluminación y enseñaron el dharma.
No necesitamos imaginar una Tierra Pura de Buda en Occidente ni un Reino de Dios en lo alto, al que iremos cuando muramos. El reino de los Cielos está aquí, en la Tierra. El Reino de Dios está aquí y ahora.
No necesitamos morir para entrar en el Reino de Dios.
De hecho,
muy al contrario, necesitamos estar muy vivos.
En cada paso podemos tocar el Reino de Dios.
Cuando conecto profundamente, ahora mismo, en la dimensión histórica, con ese reino, estoy en contacto con la Tierra Pura, con lo último y con la eternidad.
En profundo contacto con la Tierra y los milagros de la vida, conecto con mi verdadera naturaleza.
¿No pertenecen acaso la exquisita flor de la orquídea, el rayo de sol y hasta mi milagroso cuerpo, al reino de Dios?
Si miro profundamente la Tierra,
ya sea una nube suspendida en el cielo o la caída de una simple hoja, puedo ver la naturaleza de no nacimiento y no muerte de la realidad.
Tú, querida madre, nos trasladas a
la eternidad.
Nunca hemos nacido y nunca moriremos.
Cuando entendamos esto, podremos valorar y disfrutar plenamente de la vida, sin miedo a la vejez ni a la muerte, sin quedarnos atrapados en complejos sobre nosotros y querer que las cosas sean diferentes a como son.
Ya somos -y siempre hemos sido- lo que estamos buscando.
El Reino de los Cielos no existe fuera de nosotros, sino dentro de nuestros corazones. Que seamos o no capaces de conectar con el Reino de Dios en cada paso, depende de nuestra manera de mirar, de nuestra manera de escuchar y de nuestra manera de caminar.
Cuando nuestra mente está tranquila y el paz, el mismo suelo que hollamos se convierte en un paraíso.
Hay quienes dicen que en su cielo no hay sufrimiento, pero... cómo podría, en ausencia de sufrimiento, haber felicidad? Necesitamos abono para que las flores crezcan y lodo para que florezca el nenúfar. Y necesitamos también dificultades para poder superarlas.
La iluminación es siempre iluminación de algo.
Me comprometo, querida madre, a cultivar esta forma de mirar.
Me comprometo a ejercitar la mirada atenta, aquí y ahora, hasta poder tocar día y noche la Tierra Pura, el Reino de Dios.
Hago el voto de tocar, en cada paso, la eternidad.
Hago el voto de tocar, en cada paso, el cielo en la tierra.
(Un canto de amor a la Tierra.
Thich Nhat Hanh)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Precioso
ResponderEliminarSí, Eugenia, profundamente inspirador.
ResponderEliminarUna mirada para la práctica. Para la experiencia.
Tengo que decir que no he leído a Thich Nhat Hanh salvo precisamente en varias entradas de este blog y leyendo lo que he leído y sin ánimo de ser un aguafiestas, encuentro mucha literatura bienintencionada, pero llena de generalidades y cocteles filósoficos que me recuerdan a ciertos gurus (Osho por ejemplo) que conectan con sus discípulos y lectores desde la adulación indirecta y la aproximación a las realizaciones vía cómodos éxtasis místicos contemplativos. Es mejor que nada, no lo voy a negar, pero ni el camino es tan sencillo, ni fácil, ni uno se ilumina ni alcanza ninguna realización por el simple hecho de pensar "estoy iluminado" "soy un buda", etc. enseñanzas como estas inducen al estudiante o practicante a la superficialidad de la práctica y al abandono de un esfuerzo apropiado.
ResponderEliminarQue Thich Nhat Hanh y todos sus seguidores se apiaden de mi alma, amen.
Juan
Jajajjajaja! Es un punto de vista, Juan.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
PD: Tan "picante" no veo la entrada
y lo de "sor marié" también me ha hecho reír lo suyo.
(Aludiendo al otro mensaje personal)
Me alegra que no hayas perdido el sentido del humor y al mismo tiempo comprendido el mío.
ResponderEliminarPaz y amor.;))
:)
ResponderEliminarPerder el sentido del humor? No sabes cómo nos partimos el pecho Shariputra y yo!
Con quién te crees que Shariputra comentaba aquello de "Samsara me hace reír"?
:D
Buda era un gordo feliz.
ResponderEliminarBuda quiere esto.
Buda es un idioma imperfecto. Como Castilla, casi.
Heronan Tapia.
PD: Yo compito con Jesus a ver quien es mas barbudo, nube, y quien defiende mas el arbol. Me parece que...la pared, es un decorado, no.
:D
ResponderEliminarCreo que sí, HT, que la pared forma parte del decorado.
Y Jesús también, y tú, y yo.
Pd: Desde el móvil me sale otra foto, no es cosa mía. Yo no compito con Vajrayogini.
Para qué, si las dos somos mero decorado?
Y mero nombre. :)
Qué hermoso!!! Comparto y coincido con tu pensamiento y sentir. Gracias por poner en palabras
ResponderEliminar