martes, 19 de agosto de 2014
Fluir.
El tao no puede ser estorbado.
Gastas menos energías y todo sale mejor, fluido, si vas a favor del tao -sea lo que sea que quiera decir.
A favor de la corriente.
Puedes oponerte a la fuerza del viento para ir a donde tú quieras pero no sale a cuenta tanto esfuerzo;
el viento te lleva mejor.
Allá donde te lleve el viento, está bien.
Y hasta podría ser que el viento sepa mejor que nadie a dónde tiene que llevarte,
o traerte -eso que llaman karma.
Para qué oponer resistencia?
Cuando el maestro zen Takuan moría, sus discípulos le pidieron el tradicional "poema de muerte"
y él escribió: "Sueño".
Soñó que vivía y soñó que moría.
Quién sabe si siga soñando y dónde y cómo, en qué circunstancias.
Cuando el taoísta Lai se iba, otro sabio colega rezaba junto a él para que su próximo nacimiento fuera como un ser humano. Entonces Lai dijo que era una falta de respeto decirle al Hacedor lo que tenía que hacer. El Hacedor ya sabe.
Como si la espada que está construyendo el herrero le dijera al herrero cómo tiene que hacerla para ser la mejor espada.
Es de mal agüero, dijo; tanta presión podría hacer que el trabajo se tuerza.
Deja al maestro herrero tranquilo para que natural y espontáneamente haga las cosas bien, como sabe hacerlas. Sin presión.
Allá donde me lleve el Hacedor, está bien.
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