Hoy se ha despertado meditando
en la muerte,
como cada día.
Abre los ojos
y observa:
aún estoy
aquí.
Aquí, en ese instante, significa en este cuarto sagrado
lleno de imágenes de budas y perfumes y ofrendas;
el armario empotrado detrás de una pared de espejos que multiplica el espacio y la luz que entra por el balcón, enfrente; la persiana bajada con los orificios de luz que avisan que el día ya se ha desplegado, con sus horas llenas de regalos. Aquí significa, aún,
las piernas fuertes para salir del futón sobre el tatami. Aquí aún significa salud física y energía. Así que abre los ojos y comprueba: aún estoy aquí, en este cuerpo joven y sano, en esta mente fuerte.
Sabe que algún día abrirá los ojos y encontrará otra cosa.
Entonces cierra los ojos de nuevo y anticipa el día en que encontrará el cuerpo de la madre, o uno parecido, las piernas débiles, las rodillas doloridas, un organismo lento y débil, un cuerpo torpe.
Cómo será esta mente entonces? ¿Será paciente como ahora, entregada y fuerte?
Y anticipa el instante en que la vida abandonará esta máquina, o más duro aún, cuando la vida permanece insistente, dolorosamente, en esta máquina que ya no puede funcionar más.
Cómo será esta mente entonces? ¿Paciente aún, entregada, feliz en esa tierra de nadie que tanto le ha gustado siempre, "nada que hacer, ningún sitio a donde ir", con permiso para la no-acción?
¿Será feliz, fuerte y feliz, en ese momento de su vida, cuando toca soltarlo todo?
Ella solía decir que sólo practicaba el culto al entrenamiento. Eres lo que practicas.
Lo que practicas se desarrolla, se estabiliza, se integra. La que sea tu experiencia
a lo largo de la vida será tu experiencia en la vejez y en la muerte, que al fin y al cabo
no dejan de ser otras experiencias en la vida.
Tal como afrontas los acontecimientos ahora te está reflejando cómo los afrontarás
en el ahora por llegar.
Así que abría los ojos cada mañana y daba la bienvenida a todos los sueños por llegar,
a todos los decorados, las situaciones, las realidades que iba a encontrarse cada vez que abriera los ojos en este sueño de vigilia.
A todas las realidades futuras que ya estaban aquí, les daba la bienvenida.
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