Después de la meditación caminando, en el tiempo para compartir, alguien expresó su gratitud por tener dos piernas.
La vida es maravillosa, dijo; este cuerpo es maravilloso.
Entonces, otra persona manifestó su tristeza porque venía de visitar a una amiga que padece esclerosis múltiple y está perdiendo movilidad.
Ahora se desplaza por la casa apoyándose en las paredes o en los muebles -explicó-
y en silla de ruedas cuando sale a la calle.
Y recordó a una prima joven a la que habían tenido que cortarle el pie, tiempo atrás.
Y esta vez, en esta meditación caminando, ella se había sentido estable como nunca, conectada a la tierra, agradecida a esos dos pies y piernas en su cuerpo.
Una maestra habló de los dos niños nuevos en su clase, sordos. Hoy había recibido la visita de unas especialistas de apoyo que le habían contado cómo funciona el sentido del oído, esa asombrosa maquinaria de precisión capaz de detectar una gama enorme de sonidos. Se emocionó al expresar su gratitud por este cuerpo "maravilloso", esta vida "maravillosa", insistía.
Ya llegaba a su fin el tiempo para compartir cuando otra persona explicó que hoy había bajado a la playa, que hasta ahora había tenido muy apartada de su vida cotidiana, a pesar de vivir en una ciudad costera.
Era un día gris y frío. Caminó por el paseo marítimo y contempló la arena, ¡y estaba plagada de personas en traje de baño, o sin traje de baño! (En esta playa urbana existe una convivencia pacífica entre nudistas y textiles). E incluso mucha gente se bañaba. Personas de 60, 70, 80 años se bañaban y disfrutaban, y reían al esquivar las medusas. Al fondo había nadador@s que recorrían el trayecto de un espigón a otro, siguiendo la línea de las boyas. Y allí estaba ella, con su chaqueta sobre el jersey y su pañuelo al cuello. Y decidió que así quería ser ella de mayor, disfrutar de la vida, apreciar y agradecer la vida, y para eso tenía que empezar a ejercitarse, ya mismo. Se quitó los zapatos y, al caminar sobre la arena, a veces pisaba algún pincho, se deshacía de él y seguía caminando. Tampoco dolía tanto. Así quiero vivir la vida, dijo; siempre encontraré algún pincho y luego otro, pero voy a seguir disfrutando de la experiencia de caminar descalza (con el corazón abierto).
Y esto es lo que sentía hoy en mi meditación caminando, concluyó.
Caminar descalza sobre la tierra, con pinchos o sin pinchos.
El tiempo se había acabado y ella no compartió nada. Siempre prefería dejar espacio para escuchar las crónicas a corazón abierto de sus compañer@s de meditación.
Pero guardó un epílogo en el suyo -en su corazón abierto.
Si la vida es maravillosa con dos piernas, es igual de maravillosa con una, o sin piernas, o si no puedes escuchar los sonidos, o si no ves la gama de luces o no percibes los aromas que te envuelven. Las minusvalías no dependen tanto de las capacidades o discapacidades de tu cuerpo sino de tu mente. Y de con quién te compares.
Cuando ella, en la playa, miraba a la gaviotas volar no se sentía minusválida por no tener alas. Y cuando deseaba permanecer en el vientre cálido de la piscina y se veía impulsada a emerger a la superficie, no se sentía minusválida por no tener branquias.
Conocía a alguien que gracias a perder una pierna había aprendido la lentitud y la contemplación y se había liberado del estrés y de todas sus consecuencia. Pierdes una capacidad y ganas otras, solía decir.
Conocía personas sordas o ciegas con una extraordinaria capacidad de intuición y percepción, inalcanzable para ella misma. Y no por eso se sentía minusválida.
Si la vida es maravillosa, lo es tal como es.
Con dos piernas, con una o con ruedas.
Así que celebremos sin apego, porque antes o después este cuerpo nos va a abandonar.
Es cuestión de tiempo.
Que lind@ post. Felicidad por vivir.
ResponderEliminarSuper Marie, una persona completa. Que disfrutes :) :D
No me gusto el final. Salud es belleza. Construyendo un mundo mejor.
Sera el reino de la tierra, lo que contiene la union con el todo.
;) :) :D
Heronan Tapia.
ResponderEliminar:)
Hola Marié,
ResponderEliminarHoy solo vengo a presentarme oficialmente para invitarte a mi blog. Apenas estoy comenzando y busco amigos para compartir un poco de lo que hago. Si te gusta y me acompañas también tendrás un nuevo amigo, si así lo deseas.
Saludos
Jacob K
Gracias Jacob.
ResponderEliminarNo soy muy bloguera yo -aunque parezca un contrasentido. Pero me pasaré.
Mucha suerte y abrazo fuerte.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola. Buen día. gracias por hermosa reflexión. Me pregunto si me permites compartir un fragmento de esta entrada remitiendo a tu dirección. Saludos.
EliminarPor supuesto, Yusmeris, Puedes compartir siempre.
ResponderEliminarAbrazo.
(Y disculpa por responder tan tarde. Acabo de ver el comentario).