sábado, 1 de mayo de 2021

La verdad es transversal.

 


A veces vivimos un resquicio de vislumbre.
Como un destello.
Y la comprensión se hace cuerpo.
Y mente.
Pasa a formar parte del yo.

Pero, extrañamente, a veces,
la dejamos en ese cuarto, aislado.
Entonces te das cuenta de que vives una vida compartimentada.

Aquí, mi experiencia espiritual, como un paquete de creencias.
En este otro cuarto, la salud. Cómo la veo, cómo la vivo.
Aquí la educación;
allá la economía;
más acá la maternidad
y así sucesivamente.
Compartimentos aislados para la vivencia de 
la amistad,
la pareja,
el sexo,
el consumo,
viajar...
Ponle nombre, a cualquier yo
compartimentado.

Y podría ser, por ejemplo,
que el yo espiritual defienda que "donde hay amor no hay miedo
y donde hay miedo no hay amor",
pero en la estancia de la salud decidas que el miedo te protege
y manifiesta el amor.
Que en la espiritualidad realices que "no mud, no lotus",
o que "la letra con sangre entra",
una sentencia sin ninguna validez en el terreno de la educación
y la pedagogía.
O que allí vislumbres que el amor es libertad
y en la pareja defiendas otra cosa
(exclusividad, control, expectativas, exigencias y demandas).

Pero la verdad es transversal.
Y cuando no lo es 
te está dando un toque de atención
para que lo cuestiones,
honesta
y valientemente.




6 comentarios:

  1. Buenísimo como siempre. Utilizar este término tan de moda en el ámbito empresarial para el mundo espiritual!
    Un abrazo
    Carolina

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  2. Un gusto verte por aquí, Carolina. /\

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  3. Marié, les teves reflexions són un oasi on aturar-se, sentir, pensar i arribar una mica més enllà del que solem tenir enganxat davant de la mirada.
    Un plaer seguir-te.😘🤩
    Judit

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  4. /\ Feliç d'aportar-te alguna cosa, si és així, Judit, germana.

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  5. La verdad no transversal es que escribes que da gusto leerte, siempre tienes alguna reflexión válida. Abrazote Marié.

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  6. Qué gusto, que te lo parezca y que lo disfrutes, Juan.
    Un abrazo fuertote! :)

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