lunes, 3 de noviembre de 2025

Los sufrimientos del nacimiento y la muerte son el nirvana. (2)

 


La felicidad relativa es un sentimiento asociado a la satisfacción de los deseos y de las necesidades personales. Pero los deseos no tienen límite; aunque momentáneamente una persona se sienta satisfecha, tarde o temprano esos deseos se extenderán a algo más.
En cambio, la felicidad absoluta es un estado en el cual el solo hecho de vivir es causa de gozo y de dicha, independientemente de las circunstancias.
Este tipo de felicidad es generada por el propio sujeto desde su interior; se la llama «absoluta» porque no está condicionada a los factores externos.
Lograr la budeidad significa 
revelar, manifestar y establecer de manera definitiva este estado de felicidad absoluta. 

Ya que vivimos en inmersión en la realidad compleja de este mundo, es inevitable tener dificultades y problemas. Pero, así como una persona fuerte y sana puede escalar una montaña con facilidad, aunque lleve una carga pesada, los individuos que han establecido un estado de felicidad absoluta pueden aprovechar todos los desafíos como impulso para fortalecer su vitalidad y superar las dificultades serenamente.
Para una montañista entrenada, cuanto más escarpado y difícil es el ascenso, más satisfacción le produce superar los obstáculos y llegar a la cumbre. Siguiendo esta analogía, para aquellas personas que, a través de la práctica, han adquirido vitalidad y sabiduría para superar dificultades, el mundo real es un escenario donde crear valor, rebosante de plenitud y de satisfacciones, a pesar de sus muchos aprietos.


Y aún tengo la vida (Miguel Hernández)


(De los principios de la Soka Gakkkai, de Daisaku Ikeda).




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