jueves, 5 de octubre de 2023

Los cinco entrenamientos de la plena conciencia.

 


La facilitadora de turno leyó los 5 entrenamientos de la plena consciencia de Thich Nhat Hanh.

1. Reverencia hacia la vida. No matar.
2. Verdadera felicidad. No robar o consumir en exceso.
3. Amor verdadero. No mantener relaciones o conductas sexuales inapropiadas.
4. Habla amorosa y escucha profunda. Uso apropiado de la palabra; no mentir o criticar.
5. Transformación y sanación. No consumir sustancias tóxicas o adictivas.

En el compartir, algunas personas del grupo expresaron sus dudas o dificultades
para comprender o hacer suyas algunas de estas propuestas de vida.

Alguien habló de su facilidad natural para integrar el segundo entrenamiento, sobre "no robar".
Tengo una tendencia tal a la austeridad que a veces raya la pobreza, se podría pensar.
Tal como yo lo vivo, me proporciona un sinfín de experiencias de abundancia.
No preciso robarle mucho al planeta, no más de lo que necesito
y en realidad se necesita tan poco para vivir una vida plena.
Hace un instante, en la meditación en silencio, disfrutaba de la contemplación,
la energía apacible del grupo, la luz de la tarde en el patio,
los sonidos del atardecer.
No saqueas los recursos del planeta cuando disfrutas de la luz de la tarde;
aunque tú la hagas tuya, sigue estando ahí, en toda su plenitud.
Y la experiencia de disfrute apacible que genera en ti se proyecta
y regresa al universo, enriqueciéndolo aún más.
Y más o menos lo mismo cuando el baño en el mar,
el paseo en la montaña,
la contemplación en el terrado,
la inspiración en la escucha profunda
de los seres que activan mi amor.
Digamos que soy una inquilina poco depredadora, en este hogar de paso.



El entrenamiento más importante para mí en estos momentos es el quinto,
sobre evitar las sustancias intoxicantes -dijo otra persona de la sangha.
Y no me refiero precisamente a una copa de vino, eventualmente -sonrió.
Me refiero más bien a las conversaciones tóxicas,
la "cultura" que consumo, los pensamientos...
Intento fijarme en dónde pongo la atención
y qué experiencia genera,
qué mundo crea en mi mente, qué "yo" activa.
Donde pongo la atención, ¿es una sustancia intoxicante
que genera crítica, victimismo, preocupación, miedos, yo separado?
¿O bien nutre mis semillas de apreciación, gratitud, contentamiento,
plenitud, libertad, amor, no-miedo?
Pongo la atención en dónde pongo la atención,
y el mundo que construye
y el yo que genera.
Esa es mi principal práctica en esta etapa de mi vida.


Otra persona reflexionó ligeramente sobre los cinco entrenamientos
como "mandamientos" o propuestas éticas de vida.
¿No se podrían resumir en uno solo? -dijo.
"Ama y haz lo que quieras", tal como dijo San Agustín.
Yo me quedo con eso -dijo.
Ama y todas las reglas éticas estarán incluidas.
Y desde el amor, haz lo que quieras.


Sin embargo, no siempre es tan fácil -apostilló alguien.
A veces, tu fuente de amor es como un grifo seco.
Simplemente no aparece en tu vivencia, aunque sea un instante,
aunque sea durante una etapa breve de tu vida.
Entonces, para esas ocasiones, contar con una guía de conducta basada en el amor
supone una gran ayuda.
Y de eso tratan los cinco entrenamientos.

Hubo un silencio de acuerdo.
El silencio se mantuvo durante unos minutos como una dulce contemplación.
Sonó la campana
y se dio por acabado
el compartir.




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