El sol con sus rayos casi hirientes, el abrazo de calor,
el abanico del aire del Montjuic,
el coro de pájaros desde sus nidos en las copas de los árboles de la montaña,
el aleteo de las gaviotas en el terrado, del techado a la barandilla,
el gorjeo de las palomas.
Anticipación de la primavera.
Todo está aquí.
El caminar en silencio el camino de las Aguas al ponerse el sol.
Los regalos en cualquier dirección
(hoy toca pasar a su hija el libro de partituras de los Beatles al piano
y Luna Roja).
No sólo te nutre (o envenena) lo que comes.
También lo que hueles,
cómo te mueves,
lo que piensas,
lo que imaginas, lo que interpretas o percibes,
lo que creas.
En el sueño que sueñas, cada apariencia no sólo tiene su función
sino también sus efectos añadidos, personales y colectivos
(también llamada ley del karma).
Ha hecho de su oasis de paz el centro de su vida.
A veces hace incursiones externas en la película, entra en las imágenes y situaciones,
interacciona,
escucha otras películas (tantos mundos en este mundo).
Y retorna.
Como Hestia, a su templo personal,
a sus jardines privados.
A contemplar el sueño en la pantalla, consciente de la pantalla,
y de la ilusión.
En el grupo de excursiones meditativas, en el punto de encuentro,
antes de comenzar el trayecto en silencio,
alguien le pidió que estableciera una pauta.
Pues eso: caminar en silencio,
la contemplación como una escucha profunda y atenta
(sólo puedes escuchar desde el silencio,
no existe escucha desde el parloteo interior).
¿Algo más?, preguntaron.
Meditación libre, cada cual sabe lo que tiene que explorar.
Personalmente -añadió-,
voy a vivir el sueño lúcido,
en el que "yo" soy el personaje que camina,
pero también el camino,
y el árbol y el romero y la piedra
y la persona que camina delante de mí
y el perro que se cruza,
y el cielo que nos cubre,
la luna creciente y las luces y colores del crepúsculo.
El Yo grande vestido con su traje de luces.
El Yo grande.
Esa contemplación.
Y salieron a caminar en silencio,
cada cual con su propia contemplación,
cada persona en su propia película.
Porque hay muchos mundos en este mundo.
Muchos sueños
en este sueño.
Hola...
ResponderEliminarEs que no me deja publicar un comentario larguísimno que he escrito (me he pasado). Estoy haciendo pruebas (perdona). Vuelvo a probar...
ResponderEliminarHola. Lo de la primavera que ya se percibe... es que no es normal el calor que hace para esta época del año. Para mí está muy claro el asunto: es el cambio climático, un tema muy serio que parece no tomarse nadie como es debido. Lo veo un problema gigantesco y que es claramente infravalorado. Sí, las masas protestan, la juventud, Greta... todo eso me parece bien, pero insuficiente. Hay que reaccionar, actuar. ¿Y los gobiernos? Buff, mejor lo dejo aquí, creo que se me entiende todo.
ResponderEliminarLa espiritualidad, la contemplación... ¿tan avanzada estás? ¿has trascendido ya el ego? Una cosa es no identificarse con él, cosa en apariencia "fácil" (y el inicio de la trascendencia), pero otra cosa es trascenderlo. Desde luego es una "mutación" de la identidad, un cambio mental que viene con la meditación, el silencio, la observación... nada que ya no sepas. Me gusta en parte definirlo como "somos un Todo, o la Realidad, que no tiene partes y es claramente impersonal". O transpersonal. Una definición o visión asequible para todos. ¿Ya estás instalada en la no-dualidad? Es posible, no lo sé. Todo llega con la meditación, el silencio, la profundización, la práctica... la mente va cambiando el paradigma, para dejar de "pensarnos a nosotros mismos" y evidentemente "ser antes que pensar", "ser antes que ver", "Solo-Ser" u "observar sin el observador", que es bastante equivalente a trascender el ego.
No te conozco, en absoluto. Probablemente lleves años meditando. No es mi caso; mi caso es otro, bastante abrupto. Hablan de iluminación repentina e iluminación gradual. Aunque todo eso es un proceso infinito, sin límites ni definiciones.
ResponderEliminarAhora no quiero pecar de nada... ni de bocazas, ni de sabueso inquisidor, ni de metomentodo, ni de exceso de confianza... etc. De todo peco un poquito, pero en el fondo es una natural curiosidad sin ninguna mala intención. En fin, no tienes por qué aclararme ninguna duda ni explicar nada. Uno de los "problemas" de la espiritualidad, por lo menos visto no por uno mismo sino por otras personas, es que se puede parecer prepotente, que se está presumiendo, siendo egocéntrico cuando eso es justamente lo que queremos evitar.
Lo digo también por...
"A veces hace incursiones externas en la película, entra en las imágenes y situaciones, interacciona".
Y por...
"A contemplar el sueño en la pantalla, consciente de la pantalla, y de la ilusión".
Eso suena mucho a haber interiorizado esa conciencia impersonal, el Sí Mismo. Yo siempre hablo del cine interior, porque lo de la mente es muy fuerte: un auténtico proyector de imágenes, y a la vez la propia pantalla. La mente es un auténtico aparato que funciona como una cámara de vídeo: hace fotos, graba, registra, rebobina, reproduce, repite, machaca, recuerda, borra, distorsiona, sueña, proyecta... no sé a ti, pero esto a mí me parece fortísimo. Darse cuenta de esto ya es un paso importantísimo. Empezar a salir de esto porque vemos que estamos literalmente hipnotizados, inmersos ahí, casi atrapados. El poder de la mente en este sentido es brutal. Lo que ocurre es que la mente es tan compleja y tiene tantas funcionalidades, que tiene otras que te pueden llevar al despertar: la atención, la observación, la quietud. Te pueden poner en el camino de descubrir quién y qué eres.
Bueno, toda esta parrafada es porque tu escrito suena a eso, a ser muy consciente de la ensoñación casi perpetua.
ResponderEliminarTambién hablas de "ella" en tercera persona. No me da el feeling de que no es un mero toque teatral en tu caso.
Te iba a contestar el otro día. No recuerdo cómo acababas, pero lo que te iba a decir es que sí, que el camino espiritual está lleno de enormes o aparentes paradojas. Hay varias. Una de ellas es que pese a que aspiramos a superar los deseos (los apegos y los rechazos, los likes/dislikes), el deseo de la iluminación está ahí y es importantísimo, diría que muy necesario, imprescindible. Si es sincero y auténtico conducirá a sus frutos. "Deseo" quizá es engañoso... aspiración, anhelo, llamada, búsqueda...
Otra de las enormes paradojas, la sabrás ya, es llegar a entender, descubrir o realizar que "no hay nada que alcanzar". Alcanzar el "no hay nada que alcanzar". ¿Cómo vamos a llegar a ser lo que en realidad ya somos? Da hasta risa. Pero todo esto es una cuestión de escisión de la mente, que no está integrada, sino dividida y fragmentada, y por supuesto una cuestión de la intromisión de la parte racional y conceptual, que lo "fastidia" todo. Justamente he publicado sobre una frase de Ramesh Balsekar:
«The stopping of all questioning is the most powerful understanding. Understanding means there is no need for understanding».
Lo dejo, que ya está bien por hoy. Una última cosa. Descubrí un texto maravilloso, en la web de no-dualidad info, de Thich Nhat Hanh. Me lo guardé, pensaba reproducirlo y comentarlo. Investigué un poco; es un señor del que sé poco. Descubro lo de la Orden del Interser y justo ayer me paseo por aquí y encuentro una entrada tuya sobre los 14 mandamientos de esa Orden. Vaya. Es muy posible que estemos conectados, o en sintonía. Las "casualidades" dudo que existan... todo parece caminos que convergen, cosas del karma...
Bueno, ahí está en tres partes. Perdona, es que se había atascado la cosa. Me marcaba un máximo de carácteres.
ResponderEliminarCiao.
Ah, por si tienes curiosidad... el total de este comentario es de 874 palabras. Al intentar publicarlo entero me salió que "tu HTML no es aceptado, el máximo es de 4096 carácteres".
ResponderEliminarBueno, parece que se lleva mal con los comentarios largos.
Vaya, whatgoesaround! Pues no sé qué decir.
ResponderEliminarEn primer lugar, muy agradecida por tu interés y que lo compartas en esta casa.
Sobre si hay una conexión, debe haberla porque si no no estaríamos aquí.
Por otra parte, el contenido de esta página no es proselitista, ni siquiera pedagógico. Nada que enseñar y mucho menos nada para convencer o justificar. Es un simple compartir. Vivencias.
Un amigo que a veces anda por aquí ya intentó una vez el debate y en seguida le oí decirme: ¡Pues contigo no se puede discutir!, o algo así. Pues será eso. Nos reímos y ya.
Si estoy más allá de la dualidad, pues a veces sí. Como cualquiera. Y a veces no. En cualquier caso, si estoy aquí o allá no le sirve de nada a nadie; solo importa donde está una misma, o eso en lo que designa "yo", con lo que se identifica en cada momento. Que como sabes, es muy cambiante.
Y aquí comparto instantes que se acercan a la serenidad de la entrega y a veces el dolor de la extrema dualidad.
Y todo está bien. Ya sabes: "Yo absoluto, yo limitado, mismo mismo".
Valga estas líneas como un acuse de recibo.
Volveré a leer tus comentarios más adelante y seguramente me inspirarán para nuevos textos.
Un abrazo y gracias, de nuevo.
Puedes lamarme "whaat", si quieres, como hacen algunas personas.
ResponderEliminarAlgunos puntos... mencionas a ese amigo. La puntualización importante es que yo no "intento el debate". ¿Debate? Para nada. Es un mero intercambio de ideas, sin ánimo de "discutirlas", pues tengo muy claro que todo en ese terreno, el de la conceptualidad, es relativo, discutible, parcial, limitado...
"Si estoy más allá de la dualidad, pues a veces sí. Como cualquiera. Y a veces no". Esta es una muy buena respuesta, en serio, ajustada a la realidad. Se nota sin duda que es un blog de vivencias. No lo veo proselitista ni didáctico, aunque de todo se aprenda. Respecto a mi batería de cuestiones, pues eran más que nada preguntas que surgen en esta cabeza, dudas, curiosidad como te he dicho.
El "yo" es un conjunto de voces, un coro, una orquesta. De hecho multitud de tendencias, variadas y muchas veces contradictorias. Es un conglomerado, compuesto, sin sustancia, sin ser ni esencia. Ya sabes, sunyata. Alguien lo define como "una configuración contingente" y me parece excelente definición. Desde mi punto de vista somos unidades funcionales cuerpo-mente, seres pero en el sentido coyuntural, contingente.
Muchas de nadas por tus agradecimientos. Solo he volcado cuestiones que me rondan la mente desde hace muchos años.
Seguimos charlando.
Era "what"...
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