domingo, 11 de octubre de 2015

Sufrir sin aprender o aprender sin sufrir.





Querida amiga,

intentaré explicarme otra vez.

Cuando ayer decías que para aprender y cambiar algo, hay que sufrir, no te lo cuestiono.
Es una forma, una oportunidad.
Pero sospecho que no la única.
Y es más, sospecho que en esa creencia a veces se encierra el riesgo de adicción al sufrimiento.

Que las situaciones difíciles ofrecen una oportunidad de aprendizaje y cambio, no te lo discuto.
Pero yo creo que, en realidad, cualquier situación ofrece una oportunidad de aprendizaje y cambio. Lo que pasa es que, es cierto, a veces, si no duele no la descubrimos, no la rentabilizamos.




El sufrimiento te da la oportunidad de cambiar, pero no siempre usamos esa oportunidad.
Parece ser más fácil cuando ese dolor es intenso o demasiado continuado, si llega un momento en que te cansas (de sufrir), "basta ya", o si te lleva a la desesperación, "no lo aguanto más".
Y en cualquiera de estas situaciones puede darse la catarsis.
En estos casos, el sufrimiento es una gran oportunidad de aprendizaje, tienes razón.

Pero no siempre es así, y también hay el peligro de que simplemente te adaptes a la situación de sufrimiento y la conviertas en una zona de confort. Cualquier cosa para no cambiar.




Así, el sufrimiento en sí mismo no significa nada.
Puede ser utilizado para aprender y cambiar
o puede servir meramente para estabilizar una adicción al sufrimiento.

Por consiguiente, vemos que se puede sufrir y aprender, y se puede sufrir sin aprender.




Pero también se puede aprender sin sufrir.

Por qué esperar a que las situaciones dolorosas aparezcan en nuestra vida para empezar a cambiar algo (que nos hace sufrir)?
Cuando sentimos la compasión y la conexión con los demás seres, ¿no podemos sentir sus experiencias como si fueran propias?
Quién te dice que no lo son? Que no aparecen en tu vida precisamente para que las contemples y aprendas?

Definitivamente, se puede aprender (y cambiar) sin esperar a que aparezcan grandes dramas personales en tu vida, porque ya están apareciendo; ya está apareciendo todo lo que tiene que aparecer para que tú y yo aprendamos. Y la compasión te ayuda a comprenderlo, la conexión.

Porque la vida es un libro de dharma.




2 comentarios:

  1. Gracias Marie, es increíble, te sigo hace tiempo ya y tus palabras siempre llegan en los momentos justos. Tu blog es muy inspirador, muchas gracias.😊😊

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  2. Tu receptividad lo hace posible, Andrea.
    Me alegra mucho serte de utilidad.

    Un abrazo y buena semana.

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