jueves, 3 de febrero de 2011

No existe amor sin disfrute; no existe disfrute sin amor.



Anoche estuve preparando con mi hija el examen de Filosofía de esta mañana: Platón.
Cada vez que me encuentro con Platón hago una lectura diferente, un poco más allá.
Es esperanzador que en la escuela puedan aprender que hay personas que sienten una profunda añoranza de otro estado de existencia y que, en esta vida, sólo el amor les conecta con esa esencia -pero aunque todos los seres humanos tienen esa potencialidad, no todos tienen la oportunidad, si están atrapados y limitados por las concepciones materialistas, etc. etc.
Que el cuerpo es la prisión del alma (en lo que luego coincidieron otras escuelas religiosas para hablar de "la suciedad del cuerpo")
y que, al mismo tiempo, "la via de l' eros, és a dir, de l'amor autèntic, és alhora el camí de la veritat i de la bondat". I d' el coneixement.
Y de la liberación.

Mi hija me lo leía y yo dejaba de cenar, arrebatada, para escuchar con toda mi atención.
"Esto es precioso, M., esto es profundo; degusta las palabras,
sumérgete en su significado".
Era como una meditación.


Explora el disfruteamor, el amordisfrute.

El otro día, mientras corría con mi ex por la montaña del Montjuic, con Barcelona iluminada a nuestros pies, en esos atardeceres mágicos de los domingos, pensaba, y compartía con él:
ya hemos atravesado un trayecto de unos 50 años en esta existencia humana, tan densos, tan llenos que a veces me parecen 200 (aunque a menudo también podrían ser 17); si miro atrás encuentro tantas vidas, tantos mundos, tantos "yoes" diferentes -el mismo continuo,
ya sé. Y aún nos quedan por delante... Mi hijo había dicho en alguna ocasión "otros 60" (sí, sí, ríete); yo digo otros 50. Vale, quizás 40,
o 30. O un día. En cualquier caso, qué vamos a hacer con ellos?
Cómo otorgarles, al menos, la misma intensidad que a la primera parte?
La gente que ya ha pasado por aquí dice que eso no es posible, que con el paso del tiempo la vida se hace más rápida y repetida
-comentó él.
Yo hice un gesto de escepticismo. Ésa es la visión de quien no cree que sea posible nada más, quien no cree que exista nada más,
una visión apoyada por este sistema, esta cultura materialista que
no nos estimula a seguir explorando en nuevas experiencias y conquistas.
Como si una vez acabados los estudios, conseguido un trabajo y, opcionalmente, formada una familia, ya estuviera la vida cumplida.
Como si no hubiera nada más.
Prácticamente nos encontramos con un terreno inexplorado por delante, no cartografiado -excepto por Budas y todos esos seres despiertos, si nos lo creemos.
Yo me hacía preguntas: cómo explorar, por dónde.
Y las preguntas me conducían a ese fragmento de la sadhana:
Los placeres del samsara son ilusorios,
no producen felicidad sino tormentos,

por eso, bendecidme para que sólo me esfuerce

en lograr el gozo sublime de la iluminación.

O, si quieres, en una versión más personal:

Los placeres del samsara son ilusorios;
bendíceme, inspírame
para que sólo los use para lograr
el gozo sublime

de la iluminación.





















Y todo eso volvió a brotar, sin que lo buscara, en mi última clase del lunes;
estaba clara la "práctica subsiguiente":
disfruta, practica el gozo todas las horas del día y de la noche,
si es posible, aún en las peores adversidades
(acabamos de entrar en el loyong, el adiestramiento de la mente para transformar las condiciones tóxicas en los nutrientes adecuados para el crecimiento espiritual).
Practica el gozo hasta que sea posible experimentarlo aún en los peores dolores.




Y ahí, entonces, es cuando te das cuenta de que sólo el gozo te conecta con el amor
(porque no es posible sentir alegría profunda y disfrute si no hay amor)
y, viceversa, que sólo el amor produce disfrute.
Como un perfecto círculo vicioso.














Que el resto de tu vida sea una vida con significado.

No hay otro camino. Ése es el camino para recorrer los 50 años
(o 60, o 30, o 3) que tenemos por delante.
Y serán intensos, sin duda.
Y promete conducirnos a hermosas ciudades y paisajes embriagadores (externos e internos),
mucho más mágicos que todos los que hemos recorrido anteriormente
por la geografía planetaria.

Yo cada vez lo tengo más claro,
que el camino es el disfrute
(exento de las dependencias o "preocupaciones mundanas").
Digamos el disfrute/amor,
el amordisfrute.
A dónde me llevará no lo sé, pero el camino en sí es apasionante.
Y los destinos (al menos los pequeños destinos que ya vamos conociendo)
prometen ser regalos cada vez más
y más
valiosos.

11 comentarios:

  1. Uff!! Como me gusta leer tu blog, de verdad, es como si dieras en el clabo.
    Si tenia alguna duda, de si estoy en el camino, ahora ya no tengo ninguna.

    Muchas gracias,

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  2. Disfruta.
    Y sigue compartiendo
    por aquí.

    Un fuerte abrazo.

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  3. No dejaré de leer estas reflexiones tan ricas en nutrientes espirituales...! Ummm... qué rico!

    "si, es posible, aún en las peores adversidades... aún en los peores dolores... practicar el gozo"

    Díficil..., "duro", y... posible!

    Nos (me) falta concentración porque quiero creer en los milagros desde el corazón..
    Tú lo has dicho Marié alguna vez.
    Creo en los milagros.

    Quiero creer desde el corazón.
    Besos
    Santi

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  4. La explicación es que tengo una buena amiga que está "emigrando" en el Clínic de Barcelona.
    Naturalmente sus amigos no podemos dejar de verlo como una gran lástima.
    Santi

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  5. Es una gran lástima
    y una gran práctica para ti, Santi.
    ¿Te apetece acompañarla?
    ¿Crees que puedes ayudarla?
    Si lo sientes así, será un gran gozo
    y una ayuda inestimable.
    Ánimo.
    Y, ya sabes,
    quítate de enmedio
    -piensa sólo en lo que ella necesita.

    Un abrazo.

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  6. eso me gusta, sí
    así lo haré y así lo intentaré
    gracias Marié
    Beso,
    Santi

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  7. Eso de "con el paso del tiempo la vida se hace más rápida y repetida" que decía tu ex, creo, tampoco estoy muy de acuerdo. Más bien diría que hay días rápidos y días lentos. Supongo que deberíamos intentar saborear cada día, aprender algo, disfrutarlo y compartir con los demás, hay días en que si se puede hacer pero hay otros que pasan rápidos y repetidos. Por suerte son pocos. Y los que realmente quedan en tu memoria son los disfrutados y compartidos. Los otros son un mero paréntesis.

    la filosofía nunca se me dio bien. La profe que teníamos en bachiller era muy cerrada, si no le ponías lo que ella pensaba en los comentarios de texto te suspendía. Yo siempre sacaba un 4 pelado.

    Besos!

    Por cierto, al final voy con mis amig@s el 22 y el 9 a la caldera. Si vas un día de estos dos podemos tomarnos un te antes. :)

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  8. me gusta la simplicidad y la forma en que lo explicas, siempre leeo tu blog y me ayuda para tener algo en que pensar durante el dia, como un proposito

    hermoso el sitio gracias !!

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  9. Marié, me pasa lo que a León Velasco. Un beso, cielo.

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  10. Yo creo que hay que hacer un esfuerzo por reducir cada vez más los días-paréntesis, no, Marina? Que cada uno tenga un significado; que cada vez sean más las cosas con significado que llenan nuestros días y menos los paréntesis.
    Y, además, es que a lo mejor todo, todo, está lleno de significado y la pena es que pasa por nuestras vidas como si no, sin visibilizarlo, sin consciencia. Sin "presencia", sin que estemos presentes en nuestra propia vida. Qué desperdicio, no?

    Seguro que nos vemos en el teatro. Tomo nota de los días que vas y te aviso para quedar antes.

    Un beso.

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  11. Gracias a ti también, LV, por tu presencia y por compartir.

    Y gracias, Emi, a los dos, por encontrar (por darle) un sentido a lo que hacemos aquí.

    Un abrazo.

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