jueves, 17 de febrero de 2011

Aprender sin sufrir o sufrir sin aprender.












Llegó a casa y encontró a su hijo muy preocupado.
La esperaba a ella para sacar fuera su preocupación.
Había llegado tarde a la entrega del Treball de Recerca, 15 minutos fuera del plazo de entrega (de 8 a 5 de la tarde), y no se lo habían aceptado; tanto trabajo de meses de investigación para nada.
Estaba destrozado.
La madre quiso poner calma: Veamos...

"No pasa nada, no pasa nada... Para ti nunca pasa nada! Pero sí pasa!!
Ahora tengo que ir a recuperación, y el trabajo sólo se puntuará sobre un 60%, y no podré entrar en la facultad que quiero, y es posible que ni siquiera vaya a la universidad...
Y estoy tan quemado que no quiero esperar más y estoy pensando en tirar la toalla ya y abandonar el bachillerato..."

Era como el cuento de la lechera
en una versión descendente.
Una caída en picado.
De vértigo.


Aprender de las adversidades
sin añadir sufrimiento.

No se trata de que "no pase nada". Siempre pasa
algo.





Lo que importa,
estés donde estés,
es ver las opciones con que cuentas,
analizar los errores,
aprender
y tirar p'alante.

Aprender
y tirar p'alante.

Añadirle sufrimiento no ayuda en nada,
todo lo contrario.

Y sin embargo, lo que solemos hacer es justo lo contrario:
pasarlo mal, sufrir, coger rabietas...
y aprender más bien poco.
Y así, seguimos repitiendo pautas.

Da igual la edad, suele ser más fácil enfadarse, echarle la culpa a alguien o tirar la toalla,
y perder la oportunidad de aprender la lección del momento.



Y, así, añadimos más karma negativo
al karma negativo.
Y seguimos creando causas
para futuros efectos no deseados.
Nuevas consecuencias no deseadas.









Proteger la paz.


Al final, casi nunca se acaba el mundo,
por mucho que el contratiempo nos haga pensar que se nos echa encima un tsunami.
Casi nunca es un tsunami, y la vida continúa,
sólo hay que cambiar unas cuantas piezas para adaptarse a la nueva situación
-y el sufrimiento y las rabietas ayudan más bien poco y son innecesarias.
Y si de verdad es un tsunami y te va la vida en ello
y no hay nada que puedas hacer,
tampoco hay razón para preocuparse, porque no está en tu mano.
En cualquier caso, el primer objetivo es siempre conservar la calma,
adaptarse,
aprender
y tirar p'alante.

Pero ya eres otro, otra persona,
tras el aprendizaje.
Porque cada contratiempo es (o debería ser)
un rito de paso.


Cada contratiempo, un rito de paso
.

Pero lo que solemos hacer es junto lo contrario (da igual la edad):
lloriquear, enfadarnos, echar la culpa fuera, victimizarnos, sufrir...
y no ver los errores cometidos.

O verlos, admitirlos
y, sin embargo, no hacer el esfuerzo de empezar a funcionar de otra manera.
Y seguir repitiendo pautas.

No cambiar las causas
para que cambien los efectos.



No establecer las prioridades
que marquen el paso de nuestra vida,
como un faro,
como un referente siempre presente.





Y así,
nos perdemos tanto
y tan a menudo.
Perdiendo la oportunidad, una vez tras otra,
de aprender
y cambiar.

Porque es más fácil seguir lamentándose, seguir sufriendo,
que poner esfuerzo en cambiar.


El pequeño sufrimiento del cambio, ahora,
o aferrarse al gran sufrimiento conocido, a perpetuidad.

Rabjor nos lo recuerda a menudo (porque a menudo se nos olvida),
que la cuestión está en elegir entre
el pequeño sufrimiento del cambio, ahora,
o seguir con el gran sufrimiento establecido, pegado a tu vida,
a perpetuidad.
Tú eliges.

Y casa segundo nace una nueva oportunidad
para elegir.

Seguir sufriendo ante los contratiempos
sin aprender
o aprender de la situación
sin sufrimiento
añadido.









Parece difícil, ya sé.
Pero lo que resulta fácil no es tanto porque sea "lo natural"
como porque es lo que practicamos habitualmente.




9 comentarios:

  1. Preciosa entrada.
    El título en sí mismo lo dice todo.
    Llegar al convecimiento profundo de lo que expresa no es una labor difícil si se practica con consciencia desde un lugar al que se llega cuando razón y emoción se ponen de acuerdo. Que es cuando perdonamos al enemigo que tenemos dentro.

    Psicología de la personalidad:

    "Damos por supuesto un fuerte sentimiento del yo, pero si no lo tenemos, la vida puede ser una tortura". R.D. Laing.

    "Las crisis de identidad, aunque dolorosas, son procesos necesarios para molder un yo maduro, más fuerte y sólido". Erik Erikson.

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  2. Ay, PazzaP, tú y yo tan cerca
    y tan lejos -pero sólo en lo que a creencias se refiere.
    Y yo, que creo
    que es el fuerte sentimiento del yo
    lo que hace de la vida una tortura.
    Esa solidez
    en las creencias (de lo que soy,YO), esa separación.
    Que esa "protección" del yo (esa separación de intereses) es lo que hace de la vida una tortura.
    Y yo, que no veo un yo maduro en su solidez, sino en su flexibilidad, como el aire-espacio que está en todas partes. Y de ahí su fortaleza.

    En mi experiencia, la separación y la segregación nos ayudan en muy poco y nos hacen sufrir mucho,
    y la madurez del yo está en volver a la Unidad
    raíz.

    Pero las tuyas y las mías, y las de cualquiera, sólo son experiencias personales, resultado de nuestras creencias personales.

    Lo importante es observar (abierta y sinceramente) cómo se plasman estas creencias-experiencias en nuestra vida, si la hacen cada vez más apacible no importa la situación, nuestras relaciones más fáciles y fluidas, etc.
    Ahí está la prueba del algodón.
    Y cada segundo nace una nueva oportunidad para corregir la dirección, si el camino nos desvía del objetivo.

    Yo lo hago cada día -tanto y tantas veces me equivoco.
    Ya sabes, la vieja inercia...

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  3. Me gusta mucho la entrada. Es para leerla, a modo de terapia, cuando si te pasa algo.

    Yo en caliente me siento como el niño pero cuando pasa un rato ya lo veo de otra forma. Es como lo que salia el otro día en la serie esa de TV3, de los niños pelones, que le daban al niño los resultados de unos análisis y la enfermera le decía "leetelo dentro de 30 minutos, porque la ansia que tienes ahora por saber que te pasa, no te dejara pensar con claridad. En cambio si esperas media hora tu preocupación habrá bajado y te lo tomaras de otra forma." las palabras exactas no las se pero era algo así.

    Besos!

    M.

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  4. Besos, Marina.
    Nos vemos pronto.
    Me alegra mucho que la entrada pueda serte útil en alguna ocasión.
    Aunque ya he sido testigo de que tú sabes ingeniártelas bien en situaciones de "pesadilla".

    Hasta pronto.

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  5. No tan lejos, Marié, al fin y al cabo sólo son palabras, y lo que al fin y al cabo cuenta es la verdadera intención que las alimenta.

    El sentimiento fuerte del yo puede estar hecho con diversos materiales, pero ante todo debe haberlo como premisa, precisamente para que sea posible trascenderlo, y es la flexibilidad lo que a la postre lo hace posible.

    Para que la casa de uno sea la de todos, primero hay que tener casa, si no ¿bajo qué techo los amaremos?

    La cuestión es que esa fortaleza resulta tan atractiva que a menudo se pasa por alto que su fin no es quedársela para uno solo.

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  6. Holaaaa... Muchas gracias por el artículo...
    Precisamente, el Taller o el Curso más importante y "chungo" es la Vida... Son esos escenarios donde se ven nuestros "personajes", que son los que nos roban nuestra verdadera identidad...
    - Hacemos planes, nos aferramos a ellos,
    - creemos ciegamente que "debería" ser de esta manera, con solidez, (como si mi deseo fuera un derecho vital) y no veo más allá, no veo ni el karma ni las relaciones dependientes, ni nada... sólo veo mi dolor y que la vida es una "porra"...
    - creemos que lo "normal" es sufrir, enfadarnos, resistirnos cuando no salen las cosas como deseábamos... como si esos sentimientos fueran "válidos", "útiles" e incluso con poderes mágicos... y cuando vemos que no sirve, que nos estamos dando de cabeza contra la pared, ahí nos resignamos diciendo "es que la vida es así"...
    Es difícil romper con patrones y creencias erróneas "en caliente", con plena identificación!!... Y claro, si yo estoy identificada, creo en mis emociones dolidas y ese aparente "facaso", si viene alguien diciéndome que "no pasa nada" pues aún me enfurezco más!!! Porque siento que me está quitando validez A MÍ...

    Pero es que ésa es la trampa, que yo no soy mis ideas, yo no soy mis expectativas, ni mis planes...
    Mis ideas, planes, expectativas, son útiles, pero meros instrumentos, no me dan "validez" a mí misma... Es que parece que nos estamos jugando la vida contínuamente... Qué agotamiento!!!

    Creo que las situaciones nos enseñan precisamente lo que necesitamos aprender, darnos cuenta de quién no soy, de qué necesito soltar (el personajillo) y qué necesito proteger (MI PAZ); qué me hace feliz y qué me perjudica ...
    - que no hay que resignarse, sino tener un sentido práctico, con humildad ante la vida, fluir con la vida, pues soltando se es más feliz...
    - que lo útil es tener más flexibilidad mental, enfocarse en lo que nos hace sentir bien, no en lo que nos hace sentir mal...

    Pero claro, para eso hay que aprender-desaprender, porque lo normal es todo lo contrario...

    Menudo cuento de la lechera!!! ;-)

    En mi caso a mí tampoco me funcionaba la frase "no pasa nada".. En un momento de caos total, lo que me funciona es esto:
    - Espera, PARA, para un momento! Echa el frenoooo...
    - Respira hondo, más...
    - Ok, veamos, ¿qué es lo que puedo hacer ahora? ¿para dónde puedo ir? ¿qué es lo que deseo?
    - Ok, ahora mira las opciones,
    - sigue respirando hondo, tranquila, suelta, céntrate... poco a poco... adelante...

    En fin... que todos vamos aprendiendo... Pero poco a poco uno le saca juguillo al tema y empieza a divertise aprendiendo!!

    Un besote, Laura.

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  7. Ah, por cierto... conseguir ser más flexible, más humilde con la vida, tener más aceptación, no es resignación ni debilidad!!...
    Todo lo contrario!!! Te da gran FORTALEZA interna, protección mental, incluso más "vitalidad" porque no se derrochan las energías.. Qué estamos en crisis, así que hay que ahorrar emociones!!! jjejeje... Más "Economía Ecocional" jajajaj...
    "Confía sólo en una mente feliz" ;-))

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  8. Para que la casa de uno sea la de todos, primero hay que tener casa, si no ¿bajo qué techo los amaremos?

    Me haces soltar una sonrisa, PazzaP; qué bonita analogía.

    Sigue por aquí compartiendo tus reflexiones, porque nos ayudan a cuestionar y a reconsiderar las cosas.

    Un abrazo.

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  9. Es cierto que derrochamos demasiada energía emocional inútilmente, hadania.
    Y sin embargo, también es cierto que resulta difícil (por la falta de práctica, eso es lo que yo creo) salir de esta alucinación del yo, del cuerpo y la mente propios.
    Por eso nos duelen tanto, tantos miedos.
    Pero hay que perseverar.
    Yo creo que no hay que dejar de perseverar -para salir de estos corsés y vivir más libres.

    Esa es mi experiencia (que salir de los corsés del yo me hace más libre), hasta que me topo con una nueva, más profunda, y en un primer momento vuelve a doler. Y entonces sólo me queda poner en práctica lo único que conozco que de verdad (me) funciona, que es buscarlo hasta no encontrarlo y ver como se disuelve otro "corsé", otro espejismo del yo.
    Y tiro p'alante un poco más ligera.
    Hasta que me toque toparme con otra prueba nueva y dura -la dureza de la novedad.

    Pero más o menos es así en todos los cuentos (como Alicia en el país de las Maravillas o la búsqueda del santo grial, etc.): enfrentarse a una prueba tras otra, un enigma tras otro hasta el descubrimiento final -como que nunca has salido de casa o que el tesoro estaba escondido en tu propio corazón.

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