viernes, 19 de enero de 2024

El guru yoga son las raíces.



Había vuelto a la ciudad donde nació.
Donde transcurrió su infancia.
Y su adolescencia.
Y sus sueños de futuro.
Sus sueños.
Allí estaba, con las amigas de la tribu original.
Una comida en una terraza de Cabo de Gata.
Y entonces apareció aquel dolor como una espada cortante en el abdomen.
El vómito, el desmayo.
Vamos a urgencias. 
Vamos.
Entonces, en el camino, sin abandonar el paseo de mar,
ella vio aquel despliegue de luces y colores en el cielo. Envolvente
Sin fuerzas, se estiró en un banco del paseo, con vistas al cielo.
Qué haces?, dijeron las amigas, urgentes en la urgencia, camino del coche.
Qué haces ahí tumbada? No te estás muriendo?
Y dónde mejor que aquí?, pensó ella, sin energía para el resuello.
Dónde mejor que aquí?, el cielo en un despliegue mágico de colores, las gaviotas al vuelo.
Aquí estoy bien, si me tengo que marchar.


En la práctica del guru yoga aprendió que para ese último viaje lo mejor es soltar el cuerpo, ese yo, y designar "yo" en el guru, tu yídam personal, el yo-Buda.
Allí se dio cuenta de que su mejor guru yoga eran las raíces.
El origen.
Ese mar, esa música que acunó su infancia y adolescencia,
esas luces y colores, esa puesta de sol interminable y envolvente,
ese acento en el habla.
Ese humor gris que tanto la hacía reír, ese ingenio tan poco blandengue. Esa forma de amor.
Su guru yoga eran las raíces.
Pensó que podría irse de este mundo feliz
si escuchaba a Lole y Manuel, o Triana.
O "Pasa la vida" en la versión original de Romero Sanjuán.
O bien aquello que la despedía en los conciertos nocturnos de la Alcazaba,
la noche de la despedida antes de coger el avión de vuelta a la universidad.
Esa guitarra: "Algo se muere en el alma cuando una amiga se va".
Y a ella se le saltaban las lágrimas.

Será tan bonito, irse de este mundo con una sonrisa en los labios y lágrimas de amor en los ojos.
Algo se muere en el alma
cuando una amiga se va.





2 comentarios:

  1. Que suerte tenemos los practicantes tántricos, aún siendo unos principiantes y malos practicantes, cuando se acerca el gran viaje lo miramos de frente, para nosotros es la gran oportunidad. Aquí estamos Pitxin y yo acariciados por ella, día tras día, espero que se lleve antes a Pitxin para poder acompañarlo hasta su último aliento. Después lo que venga.

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  2. Pues sí, Juan, así lo veo yo también.
    Me ha encantado recibir tu llamada.
    Estamos en contacto.
    Un fuerte abrazo.

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