De repente la caricia fresca del aire en la piel;
la luz nueva, que ya no es de estío.
Los aromas, los sonidos nuevos.
El mismo silencio es nuevo también.
Y comprende la alucinación del paso del tiempo,
la hipnosis del vértigo.
Sigue siendo ahora;
como antes, en el verano, era ahora.
Cuando alguien se quejaba del calor y expresaba las ganas de que llegara el otoño,
ella decía: No empujes el tiempo, ya corre por su cuenta.
Le gusta disfrutar incluso de las "molestias" del presente,
en tanto sigan siendo presente.
No anticipar tiempos "mejores".
Para qué acelerar el paso del tiempo,
ya tan rápido en sí mismo
que produce vértigo.
Y sin embargo, es una mera alucinación
producida por el relato histórico.
Igual de presente, el aire fresco en la piel,
el agua fría en su baño de mar
y los colores del otoño.
Aquí y ahora, tanto como hace un instante el aire cálido
y el agua templada en el mar.
No existe "paso del tiempo".
Solo cambian las experiencias
pero el tiempo sigue siendo presente, aquí y ahora.
Y siempre es así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario