La despierta el canto de las tórtolas.
Abre los ojos y encuentra una explosión de rosas, naranjas y violetas
en las formas de las nubes, bajas, sobre el horizonte.
La luna llena aún brilla con toda su luminosidad
sobre un cielo que ya ha comenzado a aclarar.
Un escenario mágico se despliega ante sus ojos.
El cosmos también cuenta con sus propios rituales de celebración.
No ha tenido que coger el avión o el tren,
ni siquiera la bicicleta para ir a encontrarlo.
Basta con abrir los ojos desde el futón,
levantarse y mirar por la ventana, salir al balcón,
caminar por el pasillo
y acercarse a las vidrieras de la galería.
La envuelve una explosión de luces y colores
que invaden su espacio interior en un arco de 360 grados,
el de su casa de ladrillos y madera
y el de su cuerpo de huesos y músculos.
Un templo y el otro, insuflados de los colores cósmicos,
del templo más grande.
Las gaviotas cantan al vuelo.
Como un estallido de celebración de bienvenida
al nuevo mes que entra.
Un nuevo capítulo lleno de acontecimientos
nuevos.
Feliz continuación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario