Quédate conmigo.
Esa ternura dentro,
la visión profunda, la comprensión,
la mirada que lo purifica todo.
El yoga de la purificación de los seres migratorios.
Me visitas en plena noche, sin previo aviso.
Y no necesito proteger el sueño reparador.
No hay nada más reparador que tu presencia.
Llegas y el mundo se ilumina.
Como una caricia interior que lo pone todo en orden.
Y de repente es día de fiesta, noche de fiesta.
Quédate conmigo.
Qué puedo hacer para que te quedes, para siempre?
Rezar no es una opción.
No hay un Dios ahí fuera a quien pueda pedirle la gracia.
Estás tan dentro de mí, tan dentro,
que a menudo te pierdo la pista.
Estoy tan dentro de ti que no siempre te encuentro.
Pero a veces puedo sentirte
y es mi día de fiesta.
Quédate conmigo.
Y no me dejes nunca más.
No me dejes nunca más.
Ya lo tienes Marié, cómo va a abandonarte si es lo que eres.;))
ResponderEliminarYa, pero no siempre lo realizas. Gran paradoja. 😏
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Si pero lo has vivido, aunque sea un instante, sabes que está ahi y si quieres cierras los ojos, lo recuerdas, recuerdas como vino y aunque sea una ínfima parte lo vuelves a sentir, dejas que vuelva y vuelve, con más o con menos intensidad, pero vuelve...💎🙏🙏🙏
ResponderEliminarPues sí. Puro tantra. 🙏
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