El maestro dijo:
Las 4 Nobles Verdades funcionan aunque cambies el orden.
En este caso, el orden de los factores no altera el producto.
Sintió que una puerta se abría en su corazón.
Ella también estaba tentada muchas veces a cambiar el orden,
aunque solía verse como una transgresión inapropiada.
Por eso, porque sabía de lo que hablaba, consideró los matices.
Sí que lo altera, pensó.
El orden de los factores altera el resultado.
No es lo mismo partir de la 1ª Noble Verdad (la vida es sufrimiento)
que partir de la 3ª: la vida es Nirvana.
Plenitud.
La vida es perfecta tal como es.
Aunque a menudo no lo parezca.
En nuestra percepción/interpretación.
Esta vida misma ya es el Nirvana (3ª Noble Verdad)
y hay una manera de estabilizarlo (4ª Noble Verdad, el óctuple sendero).
Pero si lo olvidas y te dejas arrastrar por la ignorancia,
por la ilusión de separación, el egocentrismo
(los orígenes del sufrimiento, 2ª Noble Verdad),
en ese caso, la vida es sufrimiento (1ª Noble Verdad).
No es lo mismo partir de la 1ª Noble Verdad
(la vida es sufrimiento, pero podemos llegar al Nirvana al final del camino)
que hacerlo desde la 3ª Noble Verdad:
la vida es Nirvana.
Pero si lo olvidamos, lo obviamos, lo ignoramos
o prestamos atención inapropiada
(los orígenes del sufrimiento),
entonces, ese camino nos conduce al sufrimiento.
Como casi siempre, el grupo de estudio se centraba en los obstáculos,
las dificultades, la insatisfacción, la frustración;
la vida es sufrimiento
y el dharma nos ayuda a gestionarlo mejor,
hasta la eventual liberación.
Como cuando miramos atrás y nos obcecamos en ver a la niña herida, el niño herido,
la infancia traumática.
Aquella vez que la madre no estaba y te sentiste abandonada,
las exigencias imposibles del padre,
lo que sea.
Cada cual tiene su propia lista de reproches y facturas pendientes.
Qué fácil es ver ahora todas las veces que nos salvaron la vida,
los cuidados,
las comidas que nos prepararon, los trajes con los que nos vistieron
y todo lo demás.
Con suerte, aprendemos a cambiar el relato histórico
y cambiamos el pasado.
La historia que nos contábamos repetidamente, que llegó a parecer tan real,
ya no es válida.
Y dio paso a otra.
Y nos sentimos personas adultas porque lo hemos comprendido.
Pero quizás estamos haciendo lo mismo con el presente.
Thich Nath Hanh plantea:
Es normal que duela
el dolor de muelas,
pero qué pasa con todos los no-dolores de muelas?
¿Celebras cada instante de no-dolor de muelas?
Por supuesto que hay que afrontar los problemas que aparecen, gestionarlos,
comprenderlos, resolverlos.
Pero qué pasa con todos los instantes de no-problema?
Cuando todo es perfecto y paladeas la plenitud.
Cuando respiras y puedes respirar, sin problema.
Cuando comes tu almuerzo, porque tienes comida en la mesa,
y tienes mesa,
y aún puedes masticar y tragar,
y degustar el campo y las cosechas,
el agua, el sol, el viento y la lluvia,
ese interser
con las células, el agua y el espacio que te conforman.
Cuando caminas y puedes caminar.
Cuando lees un libro o escuchas música, o el canto de los pájaros
o el sonido del viento.
Cuando sientes el aire o la lluvia en tu piel.
Cuando respiras el aroma de la tierra mojada o el tomillo del camino.
Cada día de tu vida está lleno de más instantes de no-problemas que de problemas.
Instantes perfectos, de plenitud.
y ni los vemos.
Para concentrarnos en el conflicto. (La vida es sufrimiento).
Es una cuestión de práctica.
Con la práctica de percibir los instantes de no-problema,
los momentos perfectos, de plenitud,
podría ser que lleguemos a encontrar la misma perfección
en cada instante de las situaciones que aún consideramos conflictivas.
Como cuando cambiamos el relato de la infancia.
Puede ser que en la distancia lo veamos con claridad
(cuando tiene lugar la reconciliación con los ancestros).
Pero quizás seguimos haciendo lo mismo en el presente.
Hay muchos caminos y todos son personales e intransferibles
-dijo alguien, en el grupo de estudio.
Lo que es incuestionable es que todas las personas que estamos aquí sentimos ese anhelo por la Verdad,
somos buscadoras de la Verdad.
Quizás.
O quizás ya somos la Verdad (3ªNV),
y podemos instalarnos en ella (4ªNV).
Ser lo que somos.
Pero si lo olvidamos
(con la ilusión de separación y amenaza, el miedo y todo lo demás,
los orígenes del sufrimiento, la 2ªNV),
pasamos a convertirnos en simples
y sufrientes
buscadoras de la Verdad. (1ªNV)
Y es que el cambio de los factores
a veces
sí cambia el resultado.
Me ha encantado, Marié. Había leído ya que podemos hacer de la historia de nuestra vida una tragedia o cambiarla y verla como una bendición, pero siempre me había sonado a moda de "pensamiento positivo". Explicado de esta manera y proyectándolo en el presente, alcanza una hondura mucho mayor.
ResponderEliminarMe alegra mucho si te sirve de algo, Nyx.
ResponderEliminarUn abrazo y buen domingo!