domingo, 9 de agosto de 2015
Qué historia te estás contando?
En el tren, preciosos paisajes de mar tras la ventanilla.
Al otro lado, pueblos costeros llenos de vida.
L. y A. intercambiaban impresiones sobre el último taller de psicodrama donde habían coincidido, un híbrido entre constelaciones familiares y la sanación del niño interior.
Ahondaban en las profundidades de los conflictos aparecidos, interpretaciones, técnicas, juegos y anécdotas sobre las diferentes actitudes y reacciones que aparecieron en el escenario del taller de fin de semana.
De qué te ríes?, le preguntó L. a M., que escuchaba en silencio.
¿Me río?, dijo M. Bueno, creo que estaba recordando a mi maestro de kárate, ayer, tras la última clase antes de las vacaciones, aleccionándonos sobre la simplicidad.
Si vais a pasar las vacaciones en Haway, está bien. Y si os quedáis en casa, está bien también. Os preparáis un bocadillo y os pasáis el día en la playa, como cualquier turista que ha volado medio mundo para llegar hasta aquí. O en la montaña. O en el parque de la esquina. Simplificad y disfrutad de lo que tengáis. A veces tenemos la cabeza llena de tantas cosas, tantas preocupaciones, miedos, frustraciones, tantos líos, que nos nublan la vista y no nos dejan respirar. Simplificad.
Ella dijo: Ése es un camino, no?
Las técnicas de exploración interior, todo eso es otro camino Y está bien. No es incompatible. Muchas veces funciona. Pero en cualquier momento hay que soltar, no?
Cuidado con pasarse la vida deshaciendo nudos.
Se puede acabar convirtiendo en otra forma de vida.
Después de la última clase de kárate, en la cena de despedida, un compañero de mesa, recién separado de su pareja, le contaba que había conocido a una mujer que le gustaba mucho. Pero tendrías que ver su casa, decía, desorden por todas partes, en su habitación, en su coche. Como su cabeza. Está hecha un lío. Yo la ayudo en muchas cosas prácticas, porque le va bien recibir ayuda, pero no me implico sentimentalmente, o sexualmente. Ella dice que nunca ha conocido a un hombre como yo, tan caballero. Pero lo que ocurre es que no me quiero involucrar en una relación con alguien que tiene la cabeza llena de líos.
Pero a veces hay que afrontar los nudos emocionales y resolverlos, dijo A.
Claro, dijo M. No es contradictorio.
Sólo digo que cuidado con pasarse la vida deshaciendo nudos. Ya sabes eso de que las tareas mundanas no se acaban nunca. Y los nudos tampoco. Si nos dedicamos a buscar nudos.
O a liarlos.
A veces toca identificar nudos emocionales, deshacerlos y sanarlos, dijo ella.
Y a veces me resulta agotador y suelto y tomo el atajo, el camino más corto.
Y simplemente me pregunto:
Qué historias te estás contando?
Sobre mí, sobre mi vida, sobre lo que me ocurre y sobre lo que siento y por qué.
Qué historias te estás contando? Qué guión estás construyendo? Qué película?
Sobre mí.
O sobre los demás.
Y cuando veo todo lo que estoy creando a fuerza de contármelo, a veces se debilita, pierde fuerza y credibilidad.
Y es un respiro.
Hasta que vuelvo a contarme alguna otra historia.
Y me veo otra vez. Dando luz a nuevas, o viejas, películas.
Creando karma.
Manteniendo el proyector en movimiento.
Contándome historias.
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Marié Anoche navegando por la web, en busca de alimentos para mi alma, me encontré con tu Blogs. y no he parado de leer . Gracias, gracias, gracias.
ResponderEliminarY gracias a ti por hacérmelo saber.
ResponderEliminarDisfrútalo. Espero que te sea de inspiración y de utilidad.
Feliz verano!
Hola Marie!
ResponderEliminarYa te echaba de menos
Un fuerte abrazo
Carolina
Bueno, Carolina.
ResponderEliminarGracias por tener esta casa presente.
Abrazo fuertote! :)
Hola Marie
ResponderEliminarLlevo tiempo leyendo tus "reflexiones" y tengo que darte las gracias por ello. Me animan constantemente a auto reflexionar y a recorrer mi propio camino.
Gracias, Ibon.
Gracias a ti por hacérmelo saber, Ibon.
EliminarMis mejores deseos.
Este post, como tantos otros desde que te conozco, acaba de meter el dedo en la llaga y "deshacer un nudo" :) .
ResponderEliminarMuchos besitos
Sonia
Me alegra muchísimo tu receptividad para sacarle partido a las cosas.
EliminarMuchos besos, Sonia.
No entiendo la religion budista,el buda decia que el deseo es la fuente del dolor.
ResponderEliminar¿pero como podemos no desear?
¿si tenemos hambre no deseamos comer?
¿si tenemos sed no deseamos beber?
¿si nos duele la muela no deseamos que deje de dolernos?
¿no es natural el desear?
¿como entonces podemos dejar de desear?
Séneca hace la distinción entre deseos naturales, que son limitados y capaces de ser satisfechos, y aquellos que provienen de demandas falsas y se perciben como ilimitados, dada la manera distorsionada como la imaginación humana los trasciende. Éstos último, desvían el camino de la auto afirmación y ocupan gran parte del tiempo en busca de satisfacciones inalcanzables o anodinas. Se auto afirma lo qué no es, a costa de lo qué es.
EliminarSi tenemos hambre, comemos.
ResponderEliminarSi tenemos sed, bebemos.
Si tenemos sueño, dormimos.
Si hay que mover el cuerpo para activarlo, tonificarlo, mantenerlo en forma, se mueve; paseamos, cogemos la bici, nadamos...
Cuando el budismo habla del deseo como origen del sufrimiento se refiere al deseo de cambiar las cosas, a la no aceptación, a la incapacidad de apreciar lo que tenemos, de estar presentes en el aquí y ahora.
El deseo como sinónimo de insatisfacción.
Si somos presas de la insatisfacción (la adicción al deseo), nunca tenemos bastante. Difícilmente tendremos la capacidad de abrazar el presente con la abundancia que se nos presenta.
Ni de descubrir el significado y lo sagrado en todas las apariencias que se nos presentan, incluidas las que (desde nuestro punto de vista egocentrista dualista) no nos gustan.
Lleva tiempo comprenderlo.
Recibe un abrazo y mis mejores de deseos.
Hola Marié, aquí desatando nudos. Gracias por las explicaciones.
ResponderEliminarAbrazos, Diego
Y a ti por las tuyas, Diego.
EliminarBuen verano!