"Todo tiene su tiempo
y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora...
Tiempo de guerra y tiempo de paz".
Al grupo de estudio llegaban muchos textos y citas de lucha y superación.
La fuerza, la fortaleza.
El espíritu samurai, reconocía ella,
evocando su aventura de exploración del zen en las artes marciales,
algunas vidas atrás.
Sin embargo, ahora no lo hacía tan suyo.
El espíritu de lucha, la búsqueda de retos
para ponerse a prueba.
Viviendo en este mundo, el viaje ya se encarga
de crear sus propias tempestades.
No necesitaba más.
Y aun en su apuesta por la paz y la quietud,
a veces escuchaba frases como:
"No puedes evitar ser una guerrera",
o algo así.
Pero en su antigua vida de samurai había descubierto que la mayor victoria
consistía en diluir la guerra,
antes de que empezara.
Escribió:
"La lucha (el éxito o el fracaso)
sólo le interesa al ego, al yo separado.
El ego se nutre del conflicto.
El conflicto, la superación o la derrota
alimentan al ego.
Pero si meditas en la paz interior
ves que se enciende la llama del amor
y el ego se disuelve.
Entre la paz y la guerra, elijo la paz.
La paz no es la muerte sino la auténtica vida
que elijo vivir".
Pero no le dio al botón de "enviar".
Vislumbró la polémica
que no le interesaba mantener.
El arte de la esgrima verbal
que ya no la divertía.
La lucha de egos
espirituales.
Que no fuera su momento no significaba que no fuera el momento
en la vida de otras personas.
"Todo tiene su tiempo
y todo lo que se quiere debajo del cielo
tiene su hora..."
(Eclesiastés)
No quería ya más guerras,en la guerra nadie sale victorioso, solo hay pérdidas.
ResponderEliminarY ella se retiró antes de luchar, lo que significaba también perder de antemano, pero la amistad ya estaba perdida. Como en la guerra, antes de luchar, ya está todo perdido.
No quería alimentar el odio,para que el ego ganara lo ya perdido. No era una huida,aunque a veces se lo planteara.
Estaba muy triste porque sus heridas profundas se habían encontrado, y ya no había espacio para el habla, la escucha, el amor.Sólo la defensa. Pero ya teníamos suficiente sufrimiento, quizás demasiado.
No había que generar más.
Te amo amiga.
/\
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