El camino nunca es "seguro".
Cómo podría serlo?
Esa expectativa imposible,
ese objetivo quimérico.
La seguridad mundana es inviable,
un contrasentido en sí misma.
El viaje, la aventura
siempre es una cadena de sorpresas
y a veces una caja de Pandora.
Hacer la mochila y salir de casa es una apertura a lo desconocido,
una entrega.
Da igual lo que aparezca, tu única misión es vivirlo.
Y en la vivencia
(del conflicto, de la paz,
de la resolución, la contemplación, la respiración
agitada o profunda,
en el disfrute o en el dolor),
en la vivencia,
ahí estás,
consciente de quién eres.
El aliento del Yo.
El Dharmakaya
en el Nirmanakaya.
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