Tenía ganas de volver a casa para retomar el libro que estaba leyendo.
Contó que se había quedado cuando el autor decía que podemos cambiar nuestro presente y nuestro futuro.
Y nuestro pasado
-añadió, con una expresión de sorpresa.
Lo de cambiar el presente y el futuro lo entiendo, ¿pero el pasado?
Lo dejé ahí porque era hora de venir al grupo de estudio,
pero tengo ganas de volver al libro a ver cómo me explica eso de cambiar el pasado.
No veo misterio -dijo alguien.
Sólo hay que cambiar el relato.
Qué relato? El pasado es el pasado y está pasado, concluido.
Imposible cambiarlo.
El pasado es una historia que tú te cuentas.
Y sobre el mismo "pasado", lo que tú supones "hechos",
los otros personajes de la historia pueden tener interpretaciones diferentes,
y hasta situaciones y hechos diferentes que tú no consideras.
Otras narraciones, otro "pasado".
Pero mi pasado está concluido, cerrado, lo que pasó pasó.
Cómo voy a cambiarlo?, insistió.
Cambia el relato.
Cambiar el relato no significa inventarse otro.
No se trata de sustituir la vieja narración por una nueva, con palabras nuevas para nuevas escenas y situaciones.
Basta con ampliar la visión,
salir de las anteojeras del egocentrismo
para ver más cosas,
y más en profundidad.
Cuando salimos de las anteojeras del egocentrismo y ampliamos el gran angular,
nos permitimos ver a los otros personajes,
con sus cargas emocionales,
la dureza y grandeza de la vida también en sus actitudes y conductas.
Y cuando la película es más completa e integradora, cambia el relato.
Cambia el pasado que nos contamos.
Cambia el pasado.
Una vez acudió a hacer un reportaje sobre "el niño y la niña herida", para la sección "Lo hemos probado" de su publicación.
Así que se involucró de lleno en el taller, como una más.
En un momento dado, se trataba de "bajar a los infiernos" de la infancia y sacar fuera todo el dolor.
Las personas integrantes gritaban y lloraban, y proferían insultos e improperios (especialmente a las madres), llevadas por el dolor.
"Destrozaste mi vida! ¡Malnacida! ¡Ojalá te pudras en la vida y agonices en la tumba!"
y un largo etcétera.
Ella no pudo sumarse al tumulto y el maestro le reprochó que no estaba trabajando.
Yo también he bajado a los infiernos -le respondió-
y he visto a la niña herida.
Pero también he visto a la madre herida.
Y al padre herido.
Y al hijo herido. Y a la hija herida.
Y a la abuela, y a la amiga, y al hermano herido.
Heridas de muerte.
Y a veces era yo misma quien infligía esas heridas,
consciente o inconscientemente, sin saber,
porque no podía hacer otra cosa.
No puedo llorar solo por mí
ni poner la culpa en nadie.
Todo el mundo vamos haciendo lo que podemos con nuestro dolor.
De nuevo en el grupo de estudio, alguien comentó que ni el pasado ni el futuro importan en el aquí/ahora.
Pero en el aquí/ahora está todo, también el pasado y el futuro.
Cuando aparece un dolor, un resentimiento, un reproche,
un miedo, un pensamiento
es ahora.
Aunque lo ubiquemos en el "pasado" o en el "futuro".
Es ahora.
No existe el pasado ni el futuro fuera del presente.
El único pasado que existe está en el presente.
Y el único futuro que existe está en el presente, aquí y ahora.
Y por eso solo aquí y ahora se pueden disolver los nudos y dolores que creemos que pertenecen al pasado
o al futuro.
Y solo ahora podemos cambiar el presente y el futuro.
Y también el pasado.
Porque están aquí.
Y eso sólo puede tener lugar
desde la visión profunda.
Hola Marie, qué es para ti la visión profunda? Cómo la vives? Cómo has llegado a ella?
ResponderEliminarUn abrazo
Carolina
Carolina, la visión profunda tiene varios significados específicos en diferentes contextos pero en definitiva se refiere a la visión/compresión de las cosas por detrás de las apariencias. A la comprensión más profunda de las apariencias, es decir, su vacuidad.
EliminarExisten y tienen su función pero no de la forma real/material que creemos.
La visión profunda contempla lo que aparece como un sueño y comprende su significado.
Lo iré desarrollando más en futuros textos.
Un abrazo.
Excelente Marié. Siento que más allá que aceptar lo sucedido en el pasado y reconocer la herida, creo que me hace falta algo más y no doy....Help me. Abrazo
ResponderEliminarTú ya estás en tu camino, Diego. Y me encanta formar parte de él, de alguna manera. Ahí vamos.
EliminarUn abrazo.