miércoles, 25 de febrero de 2015

Elige tu sueño.






Soñó que su cuerpo había dejado de funcionar.

Venía de una celebración religiosa. Meditación, cánticos, mantras, rituales que ella no comprendía pero que resultaban bellos de contemplar, en especial por la concentración y la devoción de quienes los llevaban a cabo.
De vuelta a casa, el paisaje era el mismo que ya conocía pero la percepción diferente.
Ella era consciente de que su percepción era diferente a aquélla con la que estaba familiarizada.
Como siempre, sentía que aquello que percibía era sólo una proyección de su mente, pero ahora las dimensiones y proporciones eran cambiantes, y diferentes de aquéllas a las que estaba acostumbrada, así que el convencimiento, la constatación (las cosas no son como las percibo) era aún más profunda.




Cuando se durmió, soñó que su cuerpo había dejado de funcionar.
Abrió los ojos y todo era oscuro excepto una tenue luz.
Silencio y quietud.
No podía mover el cuerpo.
Prestó atención, pero tampoco escuchaba nada a su alrededor.
Pensó: estoy en coma.
Cómo he llegado hasta aquí?
Pensó: Probablemente un accidente, atropellada mientras venía en bicicleta, dada mi percepción tan poco precisa.
Han cambiado las condiciones, pensó. Sólo te queda familiarizarte con esta nueva situación.

Pasadas las horas reconoció que aún estaba aquí, en estas condiciones conocidas.
Sin alivio ni tristeza.
Al final, la vida es un continuo proceso de adaptación.





Cuando se lo contó a su amigo, éste parecía sufrir conforme escuchaba la narración.
Qué experiencia tan negativa, dijo.
Negativa por qué?, preguntó ella.
Bueno, no soñabas que volabas o te expandías de gozo, respondió él; soñabas que te morías.
Que cambiaban las condiciones, sí -reconoció ella.

Y tomó nota.
Ciertamente, su amigo tenía su razón.



Recordó el libro que acababa de leer de un tirón. El monje, de Thich Nhat Hanh.
Inspirador.
La historia de una mujer vietnamita que se hizo pasar por hombre para entrar en un monasterio.
Una vez convertida en un monje, fue acusado de ser el padre de una criatura, que abandonaron en el monasterio dejándola a su cuidado. Y se hizo cargo de ella a pesar de que eso daba pie a más habladurías, al ser interpretado como un reconocimiento de su culpa.
Murió a los 28 años.
Dada su vida, su práctica, sus realizaciones, su ejemplo, después de ella (al descubrirse su identidad femenina al morir), se creó el primer monasterio para mujeres en el país de Giao Chau (antigua región china en el norte de Vietnam).

Qué le resultó tan inspirador?
Que siempre la protegió el amor.
Pasara lo que pasara, comprendía las flaquezas y el sufrimiento de las otras personas.
Vivió feliz, aun cuando su marido la acusó de intento de asesinato; cuando se vio obligada a abandonar el hogar; cuando fue señalada por Mau como el padre de su hijo; cuando la castigaron a latigazos por haber mantenido relaciones sexuales siendo monje y podía ser expulsada del monasterio.
En todo momento la protegía su conciencia libre de culpa (que no culpaba a nadie, ni a l@s demás ni a sí misma) y murió feliz, meditando en el amor universal, ecuánime.

Que a mí también me proteja ese tipo de amor, pensó cuando cerraba el libro, acabada la lectura.
Que me proteja ese tipo de amor, en la vida y en la muerte.




"Tras acabar de escribir las cartas, Kinh Tam se sintió completamente agotada.
Soltó el pincel de tinta, apagó la lámpara de queroseno y, enderezando su postura, empezó a alimentar su cuerpo con los ejercicios de meditación centrados en la respiración.
Una vez que cuerpo y mente se hubieron calmado, Kinh Tam entró inmediatamente en la Concentración de la Bondad Inconmensurable.
Tras alcanzar un gran nivel de concentración en este estadio, el novicio avanzó hacia la Concentración de la Compasión Inconmensurable.
Una vez lograda la plena realización de esta concentración, ingresó en la Concentración de la Alegría Inconmensurable.
Una sonrisa dichosa se abría en el sereno rostro del novicio.
Con toda la fuerza de la Concentración de la Alegría Inconmensurable inundando su ser, Kinh Tam entró en la Concentración de la Ecuanimidad Inconmensurable.
En esta concentración, la bondad, la compasión y la alegría abrazaron al novicio y a todos los seres del mundo; no había discriminación entre seres amados y enemigos.
El novicio abrió plenamente su corazón a todos los seres.
Concentró toda su atención plena en su madre, su padre, su hermano, su maestro, su marido, Mau, en su hijo, en sus hermanos en el Dharma y en todos los seres con los que se había cruzado en sus 28 años de vida, y en todos los demás.
Entonces, con una sonrisa, dejó marchar el cuerpo y la vida.
Firmemente sentada en posición de loto, Kinh Tam murió".





Ella pensó en las palabras de su amigo; realmente, en su sueño no "volaba", simplemente contemplaba el cambio de condiciones.
Por qué, cuando creía que moría, no aprovechó ese momento para transcender las apariencias, para amar, para "volar", como decía el amigo?
Por qué aún se mantenía presa de las apariencias?
Cierto es que se sentía desprendida del cuerpo y sin dolor, pero aún creía las apariencias. Se adaptaba a ellas.
Pensaba: Éstas son las nuevas condiciones, familiarízate.
Por qué no las transcendía, ya que las condiciones que aparecían en sí mismas no eran las "transcendentes"?
Por qué tengo que esperar a que aparezcan (la bondad, la alegría, la ecuanimidad inconmensurables de Kinh Tam), por qué no las creo ya, ya mismo?

Por qué no elijo ya mismo mi forma de morir
y mi forma
de vivir?



4 comentarios:

  1. Tremenda pregunta Marié, Por qué no elijo ya mismo mi forma de morir
    y mi forma de vivir? como me gustaría dejar "la pensadera" y de una vez por todas poner a la mente en su lugar..pero cuando ya creo que me perfilo por el camino adecuado, me ganan las sombras. A propósito, genial el escrito y las imágenes..Saludos desde Colombia
    Diego
    @echemosvaina

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  2. Gracias otra vez, Diego.
    Y buen fin de semana.

    http://reflexionesdeunaestudiantebudista.blogspot.com.es/2015/02/es-ahora-o-nunca.html

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  3. Marie: Quisiera saber con respecto al perdón por parte de la víctima al victimario, como desde tu perspectiva se puede llegar a ese estado de liberación que es el perdón.Cuál es el proceso luego de que alguien ha sido víctima de atrocidades puede de manera genuina decir que ha perdonado lo imperdonable.

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  4. Disculpa el retraso, Carlos. Acabo de ver tu comentario.

    Yo creo que el perdón de corazón sólo puede surgir cuando comprendes a la otra persona (su experiencia, sus condiciones, limitaciones, etc.). Su karma.
    Desde mi experiencia, comprender es amar, automáticamente.
    Y, entre otras cosas, comprendes que no hay nada que perdonar.

    Pero esto puede ser muy duro de escuchar desde la experiencia de casos particulares muy dolorosos.
    Ante un dolor muy profundo (de víctima), no sirven de nada las palabras.
    Lo único que se puede hacer es acompañar, y esperar atenta el momento en que pueda madurar la comprensión, el amor (el perdón).

    Mantén el deseo de perdonar y comprender y antes o después llegará.

    Porque no hacerlo (vivir con odios y resentimientos) es vivir una vida envenenada. Y nadie quiere eso.

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