sábado, 1 de junio de 2013

Lazos de amor.










Dijo que era su hermana grande y aún lo cree.

Ella cree que hay lazos que ya nunca pueden romperse.
Se lo contó Olga Menéndez,
que venimos a esta vida a sanar las heridas, los viejos lazos enfermos, deteriorados,
por eso buscamos a las personas con quienes tenemos cuentas pendientes,
o las resolvemos con otras, da igual.
Venimos a sanar las heridas (o las perturbaciones mentales, llámalo como quieras)
y las relaciones enfermas (el karma);
los lazos de odio, resentimiento, celos, etc.
Y qué pasa con los lazos de amor?, le preguntó ella.
Esos son irrompibles, respondió Olga. Los lazos de amor duran toda la vida, todas las vidas.
Lo reconoces cuando te encuentras a alguien (con quien estableciste lazos de amor).
Aunque no lo comprendas, está en tu experiencia.

Ella también lo cree.

Se lo dijo a su amigo, incrédulo él:
Qué pasa cuando sanas una experiencia de odio, victimismo, resentimiento, envidia, etc.?
Que llegas al final, asignatura aprobada -dijo él.
Y qué queda, al final? Qué te encuentras cuando has sanado cualquier dolor (de enfado, decepción, etc.)?
Él lo pensó unos segundos, pocos: el amor -dijo.
Sí, coincidió ella: el final del camino siempre es el amor.
Siempre lo encuentras, como un telón de fondo,
cuando se han disuelto todas las nubes.
Y entonces comprendes que siempre había estado ahí.

Todo lo demás es impermanente, en transición (como nubes), hasta que lo resuelves.
El amor, no; el amor es estable.
Hablamos del amor-amor, no de cualquier cosa que llamemos amor
-aclaró, para no dar lugar a malentendidos.
Cuando llegas al amor ya no hay marcha atrás.

Así que, en otra vida, eones atrás, dijo de ella que era su hermana grande y aún lo es.
Y ya nunca puede dejar de serlo.
En esta vida o en cualquier vida.
La verá y la reconocerá.
Aunque no lo comprenda.
Y su corazón sonreirá como en una fiesta, igual que ahora.
Sólo porque existe.
Porque sabe que existe, en algún lugar, da igual cómo.
Da igual que esté a su lado o a mil años luz.
Existe -da igual de qué manera.
Y eso es motivo suficiente para la fiesta.
Porque el amor siempre es una fiesta.




2 comentarios:

  1. Alguien dijo " El verdadero corazón sabio no es el que comprende todo sino el que tolera navegar en el no saber"
    Lo que si se porque lo he experimentado es que cuando se sanan esos lazos, la paz interior es tremenda y cuando encuentras "hermanas mayores" son verdaderos oasis de descanso.

    Buen domingo Marié!

    ResponderEliminar
  2. Ayer le daba las gracias a un amigo por el incienso que me había regalado, que había sobrado el fin de semana de retiro de meditación. Tengo otra cosa para ti, me dijo, y me dio una copia en CD de unas enseñanzas de su maestro.
    Tú vas sobrado, le dije. Al principio no me entendió. Tanto dar, tanta generosidad, eres mi inspiración. Se rió como un niño tímido.

    Cada vez que alguien hace o dice algo que me resulta inspirador (que me da fuerzas para imitarle), se me aparece como un hermano o una hermana mayor. Y grande. Muy grande.

    Y hay que tener los ojos bien abiertos para verles. Es un desperdicio que se nos pasen desapercibid@s.
    Porque son los modelos (de grandeza) que nos animan.
    Si sabemos verles.

    Buen domingo, Sonia!

    ResponderEliminar