jueves, 8 de febrero de 2018

Atardece.






Atardece.
El sol cae frío sobre un paisaje limpio, dorado, que empieza a adormecerse.
Perdida la vitalidad, aparentemente; entregado, rendido. Qué otra cosa podría hacer?
Rendido a la noche. Qué otra cosa podría hacer?

El amigo le da las gracias por compartir con él su "noche oscura". Y acoge la caída en sus brazos.

Ella toma prestado un poco de su regalo, de su luz, para iluminar sus rituales cotidianos.
Los sonidos del silencio del desayuno, el desayuno,
el baño (casi catártico) en el mar,
la vuelta a casa pedaleando las luces del puerto al llegar la noche.
Los ilumina con su linterna mágina
y a veces funciona.
A veces el instante es sagrado, impregnado del gran gozo del despertar.
Y a veces el mismo instante es árido y mundano.
Pero no por ello menos sagrado, piensa.
Lo interpreta como despojado de la plenitud,
pero quizás cuando le parece pleno también es sólo una parte.
Como dos caras de la misma luna.
Pero la luna es siempre la luna, a veces oscura y a veces luminosa. En nuestra percepción.
La luna, tan ajena a mi percepción.
A mi relato personal.




Ella respira y descansa.
Y luego volverá a sus rituales cotidianos.
(Respirar y descansar también forman parte de sus ritos cotidianos).
Quizás aparecerá la plenitud explosiva en su pecho y en su vientre,
o quizás la dureza y el cansancio.
Y se dará cuenta de que en realidad no hay tanta diferencia.
Como apuntes anecdóticos, poco relevantes ni significativos.
Contemplará las emociones (de plenitud o indiferencia) y las verá pasar,
como los barcos y los árboles, las personas, los bancos del paseo y las nubes del paisaje,
mientras parece que ella se desplaza en el camino.

A dónde crees que vas?




2 comentarios:

  1. Descubrí tu blog hace poco; me tropecé con él buscando algo sobre el apego, lo fácil que es confundirlo con el amor y los sufrimientos que acarrea, y tu artículo lo expresaba con mucha claridad. Llevo un tiempo interesada en la meditación y la filosofía budista, y aunque me cuesta mucho, voy aprendiendo muy poco a poco. Espacios como el tuyo lo hacen más fácil y también más hermoso. Gracias por compartir tan generosamente y tan bien como lo haces, Marié.

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  2. :) Gracias por hacérmelo saber, Nyx.
    Le da algo de sentido a que este compartir siga funcionando.
    Un abrazo y mis mejores deseos.

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