lunes, 1 de junio de 2015
Vacía tu taza.
La monja preguntó:
Qué es el silencio? Qué sentido tiene el silencio?
Por qué buscar el silencio?
En silencio, las visitantes esperaron su respuesta.
Para escuchar la voz de Dios, dijo la monja, finalmente.
No es para sumirse en la nada.
Es para escuchar más atentamente,
para comprender más profundamente.
Es como la soledad -continuó.
La soledad no es para aislarse del mundo, no es para estar a solas.
Es para estar más íntimamente
con Dios.
El silencio no es mera ausencia de sonido.
Es como escuchar.
Una no debería escuchar preparando la respuesta.
Ni mucho menos, esperando tu turno para soltar una respuesta previamente elaborada.
Escuchar con ruido mental no es escuchar.
Para escuchar hay que hacer silencio.
De la misma manera, no hay silencio con ruido mental.
Para que haya silencio no puede haber pensamientos,
sólo escucha
atenta.
Porque para comprender hay que permanecer en escucha atenta.
No se puede comprender algo nuevo cuando lo sabes casi todo.
Como no cabe más té en una taza llena.
Hay que vaciar la taza, como enseña el cuento zen.
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