lunes, 26 de enero de 2015

La vida es un verbo.





Ha salido el sol.
Contempla el sol mientras degusta el café amargo y el pan de semillas, dulce al transformarse en la boca. Contempla el viento en las plantas y en la ropa tendida en los terrados de enfrente.
Una máquina taladradora aparece en el silencio de la voz del viento y el tictac del reloj.
Hace tiempo, en el sonido de las obras en las calles buscaba un ritmo, y el ruido acababa convirtiéndose en una entretenida melodía musical.
Más tarde, en cualquier sonido aparentemente molesto escuchaba el mantra de Vajrayoguini, la voz de su yídam.
Ahora escucha la voz del taladro, el tictac del reloj y el viaje del viento.
(Tan sagrados como cualquier otra cosa).
Se calla el taladro y hablan los obreros, sobre la mejor manera de realizar su faena.

El cartero se va acercando calle arriba anunciándose en los interfonos.
Hola, M, te dejo un paquete con libros en el ascensor.
Gracias Miguel, que tengas un buen día.




Camina el pasillo a la cocina, con la bandeja del desayuno en la mano, e inspira el olor a tierra mojada (que dejó en los techos, muebles y paredes el escape de agua del piso de arriba).
Lo inspira y es tierra mojada.
Cómo lo vivirá cuando llegue el momento de rascar paredes, reconstruir el techo del viejo laboratorio fotográfico y pintar, cuando haya que trasladar estanterías de libros y muebles, el polvo flotando en el aire de la casa, cómo lo vivirá, eso ya se verá cuando llegue el momento.




Vuelve a la mesa y revisa los whatsapps de la noche como una ventana abierta al mundo. O una puerta abierta a uno de tantos cuartos, mundos, salas de proyección.

Un compañero de kárate rompe la tendencia de bromas ingeniosas y plantea un tema para debate:
Por qué la gente se interesa más por Messi que por Madame Curie?
Puestos a ponerse serios, dice R, en una conversación con una amiga me di cuenta ayer de la vida tan superficial que llevo; tanto como me ha dado el kárate (más disciplina, más seguridad y autoconfianza, me ha hecho más humilde y sincero, honesto y calmado, más, más y más), ya va siendo hora de que yo devuelva algo a los demás, y he conectado con un amigo que colabora en una ONG para gente sin hogar, y en ello estoy.
Todo eso está muy bien, responde E, pero no dice nada del tema de debate.  :)
C les responde a los dos (dos buenos temas de debate, dice) y se regocija de que surjan referentes femeninos (Mme. Curie, la amiga de R) en un entorno tan androcéntrico que cuando una mujer está de parto se le aplaude al padre cuando aparece por clase, y a la madre que vuelve se la recibe como si nada, algo natural.
Y, por cierto, que la Curie tenía un nombre y se llamaba Marie.
Risas y debate.




Ella echa a un lado el móvil y acerca su cuaderno.
Y se felicita por la nueva pluma que se desliza sobre el papel.
Y se convierte en tinta mágica (trazos llenos de significado) sobre el papel.
Se convierte en el verbo deslizarse.
En deslizarse.

Alguien dijo que la vida es un verbo,
no un sustantivo.





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