lunes, 19 de enero de 2015

Apreciar la vida, en cualquier situación.





A veces, durante las clases, cuando preparaban la meditación de la compasión, cambiarse por los demás, la bondad de todos los seres, en la respiración, la presencia en el aquí/ahora o la vacuidad, a veces, aparecía alguien que le planteaba:
y todo eso de qué les sirve a las personas que están siendo torturadas o viven guerras o pasan hambre o están siendo desahuciadas de sus casas, a las mujeres violadas y lapidadas o maltratadas en sus hogares?
De qué les sirve?

Ella a veces preguntaba: Es ésa tu situación? Alguna de ellas?
Si es ésa tu situación, lo investigamos y vemos cómo te sirve.
Si no, vemos cómo te sirve esta meditación (cualquiera que sea) a ti, personalmente, en tu situación actual, en el momento presente.

Las instrucciones de Buda son un consejo personal y no sirve de nada pensar en cómo les serviría, o no, a otras personas en otras situaciones.
Esa posición, a veces, es una mera estrategia de la mente para evitar el momento presente (esa oportunidad que resulta aparentemente tan dura),
un escapismo más.




En cierta ocasión, mientras trabajaba en un reportaje sobre las mujeres en los campos de concentración nazis, conocí a muchas personas que habían sobrevivido, en gran parte, gracias a superar el miedo que sólo se preocupa por la propia seguridad.
En los diversos trabajos que realizaban en los campos, muchas de ellas construían piezas para máquinas, presuntamente electrodomésticos. Hasta que supieron que en realidad eran destinadas a la fabricación de armas que más tarde utilizarían contra sus propi@s compañer@s.
Obligadas a trabajar, siguieron haciéndolo, pero poniendo en marcha mecanismos que hacían que las piezas salieran defectuosas.
Llevaron a cabo un auténtico proceso de sabotaje, una y otra vez. Aun a riesgo de sus vidas.
Paradójicamente, el amor, la compasión (pensar en los demás), la solidaridad, era lo que les daba fuerzas para sobrevivir en las peores circunstancias.
Y muchas de ellas sobrevivieron para contarlo.




En uno de los encuentros de especialistas occidentales en psicología, filosofía, medicina y otras áreas científicas con el Dalai Lama, un psicoterapeuta explicaba su experiencia con víctimas de torturas, cárceles y guerras en las dictaduras americanas. El planteamiento occidental era ayudar a todas estas víctimas a convivir con sus traumas del pasado, el resto de sus vidas.
Por otra parte, ahora había conocido en Dharamsala a un gran número de monjas y monjes tibetanos que habían sufrido también las torturas, encarcelamiento y muy duras situaciones bajo la invasión china. Y, para su sorpresa, estas personas vivían una vida aparentemente tranquila y sin traumas. Físicamente sanas, mentalmente apacibles y con un funcionamiento normalizado en la sociedad.
Nunca habría pensado que esto fuera posible en personas que han vivido estos graves traumas en su vida.
Y sin embargo, así era.





Por otra parte, el hecho es que en nuestro entorno hay también miles, millones de personas que disponemos de mucho más de lo que necesitamos para vivir, sin afrontar intensos traumas de guerras, torturas y terror cotidiano. Y no siempre contemplamos la abundancia y la presencia. Y quizás pasamos más tiempo sumidas en la tristeza, la frustración, la crítica o el enfado, con el foco puesto en lo que creemos que nos falta más que en todo aquello que se despliega a nuestros pies.

Al mismo tiempo, he visto a algunas personas viviendo situaciones duras, de profundo sufrimiento, que han utilizado ese dolor para conectar con la experiencia de millones de seres en el mundo que afrontan su misma situación -de enfermedad, duelo, etc. Personas que padecen enfermedades dolorosas y devastadoras que reciben cada día como un regalo y aprecian simplemente la caricia del aire en el rostro cuando tienen la oportunidad de salir a la calle o de acercarse a una ventana.






Y a ti, qué te hace feliz?

7 comentarios:

  1. Personalmente no busco la felicidad y tampoco el sufrimiento claro, me parece un estado en cierta forma hueco, claro que uno puede disfrutar de momentos extraordinarios y bordear la felicidad, pero si abres los ojos y ves lo que nos rodea, ¿puedes ser feliz viendo tanto sufrimiento durante mucho tiempo?
    No quiere decir que no me alegren muchas cosas la vida, me alegraría muchísimo que todo los seres se iluminaran espontáneamente pero como esto va a necesitar un tiempo, me conformaría conque evolucionáramos un poco como personas, más cultos y sobre todo cultivados, ver que la desigualdad, precariedad laboral, el paro, la ruina, desahucios, guerras, etc desaparecieran, así como muchos políticos que lo han propiciado, no físicamente sino al menos del poder.....y las noticias.
    También me alegra reencontrarme con mis Maestros, con viejos amigos y seguro que me alegrará volver a verte.

    Un fuerte abrazo,

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  2. :)

    Que así sea. Todo ello.

    Abrazote.

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  3. A ti.
    Cuídate mucho.

    Nos vemos pronto. :)

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  4. Gracias Marié, de verdad verdad, gracias
    Luis

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  5. :)
    Y gracias a ti, Luis, por hacerme saber que te ha servido de algo.

    abrazo fuerte.

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  6. Y tanto que sirve, Marié. Es un texto para leer varias veces. Besos, maestra.

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