jueves, 1 de mayo de 2014

De retiro.






Disparo de salida.
Se abre el plazo de las inscripciones para el próximo retiro internacional.
Problemas con la página web. Las mejores habitaciones ya están cogidas,
y además son caras de narices. El cámping también tiene sus problemas, especialmente si llueve, como suele ocurrir.
Intenta conseguir los vuelos más baratos, cada día que pasa suben los precios. Yo los compré por 40 ida y vuelta; pues a mí me ha salido por 280. Y cómo tienes lo del alojamiento? No lo tengo. Los hoteles de las proximidades están a tope, ¿y si buscamos en internet casas de alquiler por la zona, para compartir?
Las tareas mundanas no se acaban nunca.

Ella abre los ojos despacio, aún estoy aquí, aún aparece este escenario familiar. Despacio, prepara la mochila y coge la bicicleta en la primera estación del bicing. 
El día es apaciblemente gris y el mar como un lago detenido en el tiempo.






Suena el despertador a una hora intempestiva.
De prisa, las maletas y el taxi al aeropuerto. Quizás habría salido más barato (y descansado) coger el próximo vuelo, cuando ya el metro está funcionando. Trámites en el aeropuerto de salida y en el aeropuerto de llegada.
La espera. ¿No había organizado alguien un servicio de autocares para trasladar al grupo al Festival? Largas colas para completar las inscripciones. De aquí, a la mesa del voluntariado; hay mucho trabajo y todo el mundo tiene asignada su tarea para el servicio a la comunidad. ¿Es la primera vez que haces la iniciación de TV? Sí, tengo la iniciación de A. y la de YT, y cuatro veces la de V., ¿y tú? Ésta es la quinta vez que hago la iniciación de TV. Y qué, notas algo?, dicen que T. es muy rápida. Todavía no, debo arrastrar mucho karma negativo, pero con todo lo que estoy invirtiendo en esta vida, en la próxima pasa algo bueno, seguro.

Entrar en el espejo de agua, como fundirse, como agua vertida en agua...

Controles para entrar a la gompa, la sala a tope, vigilantes por los pasillos con la cinta cruzando el cuerpo, que les identifica como miembros de seguridad. Aparece la maestra seguida de sus asistentes, todo el mundo en pie, las postraciones sólo pueden realizarlas las personas (en su mayoría monjas y monjes) que han tenido la suerte de coger sitio en la primera fila, o en los lados de las sillas abarrotadas, junto a los pasillos. Suena la música de las oraciones en los altavoces y el público se une. Luego, las enseñanzas, los misteriosos rituales de iniciación, la meditación en silencio, las oraciones cantadas...

De vuelta a casa, su mandala particular la acoge, silencio, quietud...





Largas colas para la comida, controles en la puerta, éste no es tu turno, tendrás que volver más tarde porque aquí ya no cabe ni un alfiler, sí pero es que voy con mi amiga que es de este turno, cámbialo con alguien si puedes, pero tienes que pasar por la oficina del registro. ¿Y si nos quedamos fuera y comemos algo en los chiringuitos de pago? OK, bien, cada céntimo gastado en el Festival son eones de karma positivo en las vidas futuras.


Ella se prepara una comida frugal y quizás la acompañará con una copa de vino, o agua de mar diluida en agua, o quizás basta con el agua de la ensalada y la fruta cortada. Mira la luz del día, siente la temperatura en la piel; mira el plato en la mesa y contempla el campo y el sol y la lluvia y el trabajo humano, en él. Y degusta el manjar como el yoga de experimentar néctar.

¿Has pasado ya por la tienda? Sí, he comprado varias tarjetas de Budas y la sadhana del festival y la última edición del libro en el que se basan las enseñanzas. Yo he comprado una campana y un bolso y jabones. He visto un mala precioso, para contar mantras; me lo quiero comprar. Y estoy mirando varios regalos para llevar. Aún tengo que pagar la grabación de las enseñanzas. Yo suelo hacer las compras menos urgentes el último día, con el dinero que me haya sobrado. Además, al final las cosas suelen estar a mitad de precio.
En todo caso, no es cuestión de regatear, cada moneda gastada en Las Tres Joyas supone eones de karma positivo para las vidas futuras.




Le gusta meditar al atardecer, cuando la luz se suaviza antes del estallido de colores del crepúsculo que abre paso a la noche.

Esta vez también se perdió el retiro internacional.
El retiro oficial.
Pero a ella le parece que, de alguna manera,
ella también disfruta de su propio retiro personal.



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