jueves, 30 de abril de 2009

Sobre el amor y el ego.







Rabjor dice que el apego y la estimación propia (el egocentrismo) son como aferrarse a un hierro ardiente, o cubierto de espinos.
Te quejas de lo que te duele. No paras de sufrir y de quejarte.
Y Buda te dice: Suelta…
Y tú dices: No puedo!! Me duele mucho!!!
(A veces lo llamamos “amor”).

Sólo tienes que soltar, pero te duele tanto que no puedes (¿!). Por si acaso te duele más (¿!)

Y, a veces, en un momento de lucidez (o de meditación), lo comprendes: que tu dolor procede de tu agarre. Y entonces sueltas un poco, quizás un dedo, el dedo pequeño, tímidamente, por si acaso...
Qué alivio!... dices.
Pero luego se te olvida o vuelve el miedo, o el dolor (de los otros dedos, aún sujetos con fuerza) y vuelves a agarrarte aún con más fuerza al hierro ardiendo:
Cómo duele! No lo puedo soportar!
Y Buda dice:
Sólo tienes que soltarte, pero nadie lo puede hacer por ti.
Y tú repites: sí, pero es que no puedo, me duele demasiado!

A mí me resulta muy familiar. No sé a ti…

.

17 comentarios:

  1. Pues yo creo que sí se de que va ésto, por desgracia hay muchas personas sufriendo lo que refleja tú fotografia y no ser capaces de soltar la mano, curarse las heridas y volver a ver su mano sana y vivir libres, sin ser esclavos de nada ni de nadie, pero debe resultar muy dificil y como tu muy bien dices sueltan un dedo, pero vuelven a engancharse y a veces no se dejan ni ayudar y otras la ayuda les llega demasiado tarde. Deberíamos poder ayudarles todos.

    A mí me produce tristeza, mucha tristeza, pero real muy real.

    Espero no estar equivocada, sí así me lo dices vale?

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  2. Pues no creo que estés equivocada, maripili. A veces cuesta mucho soltar el dolor conocido por miedo a lo desconocido -y nunca llegamos a saber cómo sería el éxtasis de la liberación, porque a lo mejor lo desconocido era eso...

    Ni siquiera el dolor nos hace soltar.
    Cuando te familiarizas con ese dolor parece que ya no duele tanto.

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  3. Buda dice que sueltes, pero no explica cómo ¿verdad? Es broma.

    Sí, se a qué te refieres. Los apegos crean obsesión malsana, a esos no se les puede llamar amor. Pero el dolor que produce el amor intenso no puede ser dañino.

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  4. Sí explica cómo, Emi; se llama renuncia. Y la renuncia es simplemente una actitud interior, de desapego y liberación, de amor sin necesidad de control; no es necesario irse a una cueva ni hacer grandes cambios externos.
    (Sin proponértelo, casi siempre me planteas temas para nuevas entradas, como la renuncia).

    Si no es dañino, si no hace daño es que no es dolor, no?
    Dolor y dañino tienen la misma raíz, el mismo origen.
    Tal como yo lo veo, el amor no puede hacer daño, ni fuera (a la otra persona) ni dentro. Porque el amor sólo desea la felicidad de la otra persona. Es incompatible con los celos (en los celos sólo tengo en cuenta lo que quiero para mí) o con enfadarme y sufrir porque la otra persona no es como quiero que sea y hace lo que quiero que haga (en cuyo caso vuelvo a tenerme en cuenta a mí, prioritariamente).
    Eso es lo que hace sufrir realmente: el disgusto porque el otro no hace lo que quiero que haga ni siente lo que yo quiero que sienta.
    El amor intenso no hace sufrir.
    Lo que hace sufrir es el egoísmo, priorizar los propios deseos sobre el amor que respeta los deseos, la libertad y la felicidad de la otra persona.

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  6. Se sufre cuando la persona amada lo pasa mal, cuando sientes miedo de que algo malo le haya ocurrido, de que algo malo le vaya a ocurrir. Duele amar cuando lo miras y temes, no por perderlo o porque no sea como tu esperas, sino porque es tan maravilloso y perfecto que te parece que no lo mereces, etc.

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  7. Gracias Emi.
    Después de poner el comentario (tuve que salir disparada) me di cuenta de que en realidad no te había preguntado lo que en realidad me interesaba saber, y era a qué te referías con ese dolor.
    Yo también sufro por amor y por compasión, por el sufrimiento de otras personas -incluso que ni conozco.
    Entonces me dicen: cuando te importe tan poco tu dolor propio que ni siquiera lo percibas, cuando de verdad te importe ayudar a los demás hasta el punto de que hagas todos los cambios personales que tengas que hacer para poder ayudarles de verdad, entonces habras dado el salto.
    Entonces le dije a Rabjor: Qué zoquete soy, pero no te entiendo, con tantas otras cosas que dices que entiendo tan rápido y tan bien.
    Y pensé: cómo que no quiero cambiar, Vive Dios que no es cierto!
    Pero de momento, me quedé con la primera parte:
    cuando te importe tan poco tu dolor propio que ni siquiera lo percibas.
    Y luego con la segunda:
    cuando de verdad te importe ayudar a los demás hasta el punto de que hagas todos los cambios personales que tengas que hacer para poder ayudarles de verdad, entonces habras dado el salto.

    No sé tú, pero yo siento que todavía tengo mucho que aprender hasta llegar a no sentir el dolor en el cuello en el ahorcamiento de Marta; o en la cara, en los innumerable trasplantes tras los disparos a bocajarro en la cara de esa británica; o en la mirada de esos niños y niñas refugiadas, huyendo de Gaza, que a su corta edad ya han presenciado y experimentado tanto horror.
    Yo también sufro.
    Pero vislumbro algo de verdad en que mi sufrimiento no importa -de hecho, bienvenido sea si duele tanto y tan insoportable que me lleva a cambiar, para ser capaz de ayudar mejor.

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  8. ¡Qué difícil me resulta! He leído tu comentario varias veces, pero ... es tan hecha a mirarme el ombligo, vivo tan en mi yo... que el cambio se me hace un mundo.

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  9. Ya sé, ya, me suena familiar, Emi.
    Eso quizás es porque una no sabe muy bien qué cambios tiene que hacer para ayudar mejor -a veces la sensación de impotencia es tan aplastante.

    Rabjor dice que eso es porque el ego se protege con uñas y dientes para no cambiar (en realidad es lo mismo que tú dices).

    Yo creo que también hay mucho de falta de confianza en que una, este minúsculo granito de arena,
    pueda hacer algo para mejorar algo.
    Pero por lo visto sí.

    De hecho, una lo sabe siempre que entra en un camino de crecimiento personal, o espiritual, o psicoterapias de algún tipo.
    Por qué se mete alguien en esto? Casi siempre, para sufrir menos, y para ayudar mejor: para ser mejor madre, o mejor pareja, o mejor amiga, o mejor persona.
    Cuando alguien quiere cambiar algo dentro
    es porque quiere tener más recursos para relacionarse mejor y hacer las cosas mejor, sufrir menos, ser más eficaz.
    Todo el mundo tenemos esa semilla dentro.
    Lo único que tenemos que hacer es dejarla respirar, dejarla crecer.

    Y a lo mejor nos sorprende hasta dónde pueden llegar los cambios.
    Y qué libres y eficaces nos podemos llegar a sentir.

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  10. Eso, eso, Marié: "...tener más recursos para relacionarse mejor y hacer las cosas mejor, sufrir menos, ser más eficaz." Me apunto a todo eso. Pero me siento como cuando voy a la tienda a por una crema hidratante y la dependienta me pregunta ¿Cómo tienes la piel? ¿Qué quieres mejorar? Y no sé por dónde empezar. Le digo, "Bueeeenooo, quiero hidratación, nutrición, combatir las arrugas, eliminar las manchas, tener la piel más firme y luminosa, deshacerme de las ojeras y las patas de gallo y la palidez." Claro, en ese momento, la dependienta sonríe y me manda a Lourdes.

    Fuera de bromas, Marié, cambiar es toda una aventura. Procuro pasármelo bien en el intento. Gracias a tí, se me hace más fácil. Me inspiras un montón.

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  11. El sentido del humor es un extraordinario recurso contra el desánimo.
    Es un placer (y estímulo) tenerte por aquí, Emi.
    No sólo para mí.

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  12. Muy buen post! Y muy buenos los comentarios también.
    Pasé de casualidad y creo que me quedaré leyendo un rato.
    Gracias por compartir tus pensamientos.
    PD: "Pido prestada" la imagen de la mano agarrando el alambre de púas...

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  13. Google - Ego y amor... y he llegado a tu entrada, gracias por compartir tus pensamientos...y todos los comentarios que leí también me hicieron mucho bien en este momento.... SOLTAR....es un desafió....pero hay que hacerlo sin miedo... BENDICIONES y te sigo!!! :)

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  14. Esta es tu casa, Damián. Puedes quedarte todo el tiempo que quieras y coger lo que desees.

    un abrazo.

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  15. En esta casa, los comentarios y las entradas forman parte de lo mismo. Es lo mismo.
    Tod@s compartimos.

    un abrazo.

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  16. Muy buen post, Lo leí antes de dormir y me ha hecho reflexiónar un montón.

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  17. :)

    Una alegría haberte servido. :)

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