Primavera.
Se pregunta si será capaz de hacer infinito cada segundo.
Hallar la eternidad en cada instante, en cada milagro.
Con la amabilidad de la primavera resulta más fácil.
Más adelante, convertido en un hábito, en una actitud natural,
dará igual las condiciones.
Ya eres
la eternidad misma.
De manera natural.
Primavera, cuando es tan fácil hacer el instante eterno.
Llegado el invierno, ya se ha convertido en un hábito,
en un estado natural
(una vez que has hecho acopio de "instantes eternos"
cuando las condiciones lo ponían más fácil).
¿No era esto a lo que se refería el cuento de la hormiga y la cigarra?
Llegado el invierno,
cuando nuestra despensa está llena de instantes eternos,
ya somos lo que somos.
La eternidad misma.
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