sábado, 2 de enero de 2016
No puede haber un nuevo año sin un nuevo yo.
El cielo se ha nublado y amenaza tormenta, cuando ya tiene dos lavadoras tendidas.
Pide al cielo que hoy no derrame sus lágrimas, que espere a la noche, cuando le escucha mejor.
Que deje cantar y planear a las gaviotas sobre los tejados.
Al llegar la tarde, la lluvia limpiará las deposiciones blancas
sobre el suelo y la baranda del terrado.
El orden de las cosas.
Hoy será un día tan bueno como otro cualquiera. Con lluvia o sin lluvia.
Dos de enero.
Hoy es un día tan bueno como otro cualquiera.
Thich Nhat Hanh dice que no es posible un nuevo año sin un nuevo yo.
Al empezar el último retiro de silencio (con Thay Doji), ella se sentía embarazada de algo que no acababa de nacer.
Quizás la alegría explosiva que suele sentir en cada retiro, como entrar en nuevos espacios de la Tierra Pura; la experiencia profunda de estar donde tienes que estar.
Sintió que quizás se sentía embarazada de esa experiencia que no acababa de nacer.
Como en una especie de sala de espera apacible, acogedora.
Le gustan los retiros de silencio.
Para oír mejor.
Para comprender mejor.
Sentía su embarazo, sin saber de qué.
Hasta que el maestro quiso jugar al juego del diálogo de voces (Big Mind) y llamó al bebé, y ella sintió una fuerza que le empujaba adelante.
Ella era el bebé mismo. Que había de nacer.
Cuando alguien le hablaba al bebé vulnerable, ella dijo: Vulnerable no.
Se sentía un bebé seguro y confiado, fascinado ante el nuevo mundo.
Sentía tanta fuerza dentro, tanto poder, que se sentía un nuevo ser recién nacido pero no vulnerable.
Vulnerable no.
Entonces se torció un tobillo y mientras caía al suelo (se dejó caer al estilo de su aikido, para no golpear el tobillo torcido y dañarlo más), mientras caía, pensaba: Vulnerable sí.
Aquí toca todo o nada, el pack completo.
Y así nació el bebé vulnerable.
Y aquí está, en contacto con el nuevo ser de mirada fascinada y absoluta vulnerabilidad.
Y de la vulnerabilidad nace la humildad y la compasión.
Nuevo ser, nuevo mundo por descubrir.
Elige el mundo en el que quieres vivir.
Y ella se pregunta a cada instante: Por qué he creado esto?
Cada instante, creando el mundo en el que le toca vivir.
Thay dice: No puede existir un nuevo año sin un nuevo yo.
Ella abraza al bebé vulnerable que acaba de nacer.
El pack completo: nuevo y vulnerable.
Abraza al bebé vulnerable que acaba de nacer
en un mundo nuevo.
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Feliz año nuevo Marié y saludos para tu nuevo YO.
ResponderEliminarDiego
Igualmente Diego.
ResponderEliminarFeliz nuevo yo. :)
Bellísimo Marié. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Sonia.
ResponderEliminarUn abrazo desde Almería. :)