Reivindicas la fortaleza cuando aún no estás en la alegría y el amor.
Desde el amor no necesitas ser valiente, todo fluye de manera natural.
No existe amenaza de la que protegerse.
Desde el amor la ecuanimidad lo abraza todo
y la no-dualidad no es un terreno que explorar, es
como son las cosas.
Desde el amor (universal) no hay miedo, ni sufrimiento.
Escríbelo en un papel con letras muy claras y ponlo en la puerta de la nevera, decía Kunsang:
"Si amas, no sufres. Si sufres, no amas".
Quizás lo cuestiones, esto que digo.
No lo digo yo sola, lo dice Kunsang, el Dharma y muchas otras tradiciones,
espirituales, filosóficas, incluso psicológicas si me apuras.
Quizás lo cuestiones porque no se adecúa a la experiencia de amor que conoces,
imbuida de celos, control, miedos, preocupaciones,
sufrimiento en definitiva.
Quizás pienses que esto que digo puede ser válido para el denominado "amor espiritual",
pero no para el amor mundano.
Que le falta el apellido (espiritual, universal).
Pero el amor es amor, sin marca de familia.
O es amor o no lo es, y entonces es otra cosa:
miedo a la soledad, necesidad de control, exigencias narcisistas,
rechazo a que sufran los "tuyos", egocentrismo... Ponle nombre.
El amor, en cualquier situación y circunstancia (mundano, espiritual) es amor,
y te iguala (no eres más ni tienes más derechos que la otra persona),
te cambia (sus intereses son importantes, su felicidad y su libertad, no sólo las tuyas),
y eventualmente te fulmina como un rayo
y el yo ilusorio desaparece.
Te hace libre.
Llegada a este punto cerramos el círculo y estamos en el lugar donde empezábamos.
Quizás ahora necesitas la fortaleza para afrontar la vida; está bien, hazte fuerte.
Cómo?
El amor te ayudará a desarrollar fortaleza,
la compasión
te ayudará
(no es una cuestión individual, todos los seres mortales compartimos la misma realidad sufriente).
Y, para tu sorpresa, una vez que has llegado al amor,
la fortaleza es como una barca que te ha llevado a la otra orilla.
Una vez que estás en la otra orilla ya no necesitas cargar con la barca, que ya ha cumplido su función.
Desde el amor no necesitas ser valiente para afrontar las situaciones duras que no deseas
porque la ecuanimidad te permite fluir de una manera natural en la no-dualidad.
Ya sé que suena tópico pero parece ser así:
que el amor es el camino.
Y quizás no hay otro.
Escribo para integrar. Escribo para estabilizar.
Escribo para no olvidar.
"Escribo estos textos para condicionar y adiestrar mi mente".
Shantideva.