martes, 20 de marzo de 2012

Y de qué te sirve esto?

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Querido amigo:

Dices, ya sabes lo que no me mola,
la religión.
Meditar, adiestrar la mente, el amor universal, lo veo bastante necesario,
pero ¿qué necesidad hay de creer en historias inventadas, como las vidas pasadas y futuras, el karma, etc?

Amigo mío, he visto pasar por aquí a tantas personas de buen corazón, solidarias, luchadoras
por la justicia, por la igualdad, por el reparto equitativo de derechos
y deberes.
Las reconozco enseguida porque ellas soy yo.
Vienen a meditar (porque hemos oído que relaja
mentalmente
y sana físicamente)
y (mala suerte) se encuentran con la meditación en los infiernos
o en las vidas futuras y pasadas,
el karma,
el refugio! (Con la iglesia hemos topado).
Y ya no queremos oír más, porque ya nos han contado demasiados cuentos.


Por qué todo esto no lo enseñan
en la escuela?




















Hay otras personas que tienen más suerte.

Llegan durante las meditaciones en el amor;
los ocho pasos, la manera budista de amar
(y descubren que nunca antes habían amado y que " esto deberían enseñarlo en la escuela");
o en la bondad de la madre
(y ponen fin en pocos minutos a años de psicoterapia por los traumas de la infancia);
o dónde buscas la felicidad
(entienden por qué no ha funcionado nunca, ni funcionará
si sigues dependiendo de lo que pase fuera);
o qué ha movido tu vida
(el "yo primero" que es la causa de todos tus padeceres
porque nunca tienes bastante
y creas causas para que todo vaya a peor);
o hasta la vacuidad,
y descubren que decir "la vida es sueño"
no es un mero recurso poético.

Tienen suerte,
y se asombran.
Y lo que más nos asombra es no haberlo descubierto antes,
tan obvio.
Por qué creemos más lo que nos cuentan que nuestra propia experiencia
personal?
Y
por qué todo esto no lo enseñan en la escuela?

Llegan (llegamos) aquí
y todo es tan claro,
y sientes que has encontrado
la mejor ciencia de comprensión de la mente
que has conocido nunca,
después de tanto deambular por todas las escuelas psicológicas
y filosóficas.


De vuelta a la infelicidad conocida.

Y entonces llegan las meditaciones
en los infiernos
o las vidas futuras,
o el karma
o el refugio...
y hasta la vacuidad.
Cómo me dicen que no existe lo que veo,
si lo veo?
¿qué necesidad hay de creer en historias inventadas?...

Y por mucho que te funcione lo que te funciona,
inexplicablemente, te fijas (esa fijación obsesiva)
a lo que no crees, a lo que no coincide con tu punto de vista,
con lo que has creído siempre
(como si lo que has creído siempre hubiera funcionado),
y vuelves a ese viejo impulso, tan nuestro, de cuestionar,
polemizar,
intelectualizar,
conceptualizar,
con las viejas herramientas limitadas
de esta vieja mente limitada
que no ha funcionado nunca
-para ser feliz ni para hacer felices a los demás,
ni para comprender la mente ni para adiestrarla,
ni siquiera para comprender el mundo en el que vivimos.
Te agarras a tus viejas creencias, las que no han funcionado nunca, y te bloqueas
en un atolladero
de difícil salida.
Y abandonas
y vuelves a lo de siempre.
A lo "normal".
A la infelicidad
conocida.


















Sé pragmátic@.

Y hay un tercer grupo de personas que,
después de descubrir lo que funciona,
cuando llegan a lo que les rechina
lo sueltan,
lo dejan a un lado, en stand by,
y ponen su atención en las herramientas que sí entienden
y saben utilizar
y siguen usándolas, para sacarles partido,
para adiestrarse mejor.
Y no pierden ni un minuto de su tiempo en cuestionar o polemizar
sobre lo que no entienden.
Lo inaccesible no sirve para mucho
(mientras sea inaccesible),
y perder el tiempo, tan valioso, cuando hay tanto que hacer con lo que ya tenemos,
no tendría mucho sentido.


Es el grupo de las personan más pragmáticas
(como tú y yo hemos presumido siempre),
las más positivas, las más creativas, quizás,
las más abiertas
al pensamiento lateral,
a otros enfoques
nuevos;
las que van "per feina".

Las que sólo quieren tirar p' alante y,
como en un concurso de obstáculos,
usan las herramientas que tienen al alcance de la mano en cada tramo,
tantean las que desconocen y las sueltan si no les son de utilidad
(mientras no les sean de utilidad,
mientras no sepan cómo usarlas).
Pero no se sientan a perder el tiempo haciendo disquisiciones sobre ellas,
divagando sobre los "inventos"
que no sirven para nada.

Porque hay mucho que hacer.


Cuando la pereza se disfraza de sofista.

De hecho, a menudo, perder el tiempo en discutir sin utilidad práctica,
no es más que otra forma en la que se disfraza la pereza
para no hacer nada útil,
para no ponerse en acción;
para no cambiar.

A veces, en las clases, cuando surgen preguntas que nos van a llevar a divagar,
intelectualizar, encallarnos,
Rabjor pregunta: ¿y de qué te sirve esto?

De qué te sirve
ahora,
de qué manera te va a ayudar a comprender y a integrar y a crecer?
Si, de alguna manera, no es así, suéltala (suelta todas esas preguntas saboteadoras)
y céntrate en buscar respuestas útiles
para tu vida diaria.

Utiliza lo que te funciona
y no pierdas el tiempo discutiendo
sobre lo que aún no sabes utilizar.
Céntrate en las herramientas
que están al alcance de tu mano.

Y cada vez serán más
y funcionarán mejor.














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2 comentarios:

  1. Hola Marié, estoy en un momento de mi vida en el que quiero abandonar, porque pienso que la teoría es muy bonita, pero que mi mente sigue igual de mal, yo llena de odio, triste y deprimida. Y hoy me preguntaba por qué una vez mas, y la respuesta por supuesto es que no utilizo las herramientas, por qué no las utilizo, porque sigo intentando luchar y vivir de la misma forma que antes. Por qué hago esto? Porque siento que tengo que conseguir lo que otros han conseguido y yo no, una carrera profesional de éxito, dinero, y una pareja feliz. Y aunque me sé la teoría, sigo luchando porque pienso que el camino espiritual no me va a dar lo que YO quiero y dudo de ser capaz de alcanzar esa felicidad que a mi me parece inalcanzable porque YO la sigo poniendo fuera y no dentro. Pero como dice Guen Chokga, el sufrimiento es el mejor guía espiritual y a lo mejor es que todavía no he tocado fondo!
    Un abrazo, Carolina

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  2. Ya hemos tocado fondo, Carolina,
    para qué esperar más?

    http://reflexionesdeunaestudiantebudista.blogspot.com.es/2012/03/que-poco-me-da-la-vida.html


    Un abrazo y ánimo!

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