viernes, 25 de septiembre de 2009

Por qué meditar?


Muchas personas se proponen empezar a meditar alguna vez con el objetivo de relajarse.
Y sí, ésa es una respuesta: meditar para relajarse.

Pero hay más.
Meditar para descansar, de verdad, para descansar la mente.
A lo largo del día casi siempre encontramos algún momento para descansar el cuerpo, sentarnos, incluso tumbarnos, darle de beber, darle de comer, etc. Pero generalmente la mente continúa en movimiento, con su cháchara imparable, aun cuando el cuerpo está quieto. Incluso cuando dormimos. El cuerpo descansa, sí, pero la mente no deja de trabajar, generando sueños, a veces pesadillas que agotan nuestra energía.
En la meditación, buscamos el silencio, parar, descansar la mente.

Pero aún hay más: meditar para aprender a concentrarse.
Una vez que sabemos que cada pensamiento es un camino, que hay pensamientos que producen paz y otros que generan perturbaciones, tormentas y hasta tsunamis en nuestro estado de ánimo, quién no desearía parar los fatídicos pensamientos obsesivos y rumiantes que producen estrés, preocupaciones, miedo, dolor…? Si aprendemos a concentrarnos en lo que queremos e ignorar (o dejar para su momento) lo que nos perturba o distrae, obtendremos el control de nuestra mente. Controlaremos la mente en lugar de dejar que los pensamientos negativos y caóticos controlen nuestra vida.

Y todavía hay más: meditar para instalarnos en la paz, dentro y fuera de la meditación, en nuestra vida diaria.
A través de la concentración, del control mental y de los pensamientos positivos (de amor, alegría, empatía), podremos crear una isla de paz en nuestro interior y aprenderemos a quedarnos en ella, durante la meditación formal. Y a volver a ella cada vez que queramos, a lo largo del día, cuando los acontecimientos tienden a arrastrarnos.

Y (siempre hay más –en la meditación siempre hay más) qué decir de las experiencias de expansión de la conciencia? La fusión, la unidad, la vacuidad, el gran gozo, un pasito más cerca del despertar –de este sueño de los engaños....

Hay muchos motivos para meditar: la relajación, el descanso, desarrollar la concentración, generar paz interior, expandir nuestra conciencia...
Elige el tuyo, para empezar.
Como dice Mariana Caplan, el camino espiritual en sí es inteligente; no importa lo que te lleve a empezar, el camino te llevará a donde te tenga que llevar.