domingo, 25 de septiembre de 2022

Los hábitos también crean el personaje.

 


Los designios de Dios son inescrutables.
A veces te cae encima un acontecimiento como una losa pesada,
una pérdida importante, un duelo.
Lo padeces
(con confianza, si tienes confianza en la Vida).
Y seguidamente ves cómo esa supuesta pérdida se convierte en una nueva vía,
una puerta a un escenario nuevo
que enriquece tu vida.
Así que ante las pérdidas, las presuntas carencias,
lo mejor que puedes hacer es ver la puerta abierta,
el abanico de posibilidades nuevas.
Quizás haya que hacer un esfuerzo creativo en la mirada:
apertura, nuevos enfoques...
Porque la inercia de los viejos hábitos pueden ser como las anteojeras de los burros,
que sólo les permiten ver en una sola dirección,
o como los cauces profundos de los riachuelos,
que no hacen fácil surcar nuevos caminos.

Y en cuanto a los mensajes de la vida, más de lo mismo.
Dicen que Milarepa solía decir:
"Yo no leo libros de dharma porque para mí la vida es un libro de dharma".
El escenario de este mundo te habla,
desde que abres los ojos por la mañana hasta la noche,
noche incluida.
En lo que crees ver (oír, oler, tocar) fuera
y en lo que sientes dentro.
Como en una buena película, nada está ahí aleatoriamente, por casualidad.
Todo está lleno de pistas para la comprensión,
para la realización, para el despertar.

En esta ocasión le llegó por fb, esa ventana,
este texto:
"Hacer lo que haces crea hábito.
El hábito crea la personalidad. Y las relaciones.
Lo que no haces crea sensación de imposibilidad.
Vigila lo que haces. Y lo que no haces.
Porque construye quien eres.
Y las relaciones que estableces."

Y de repente vio su vida como un rompecabezas
de infinitas posibilidades.




sábado, 10 de septiembre de 2022

El sentido de la vida.

 



Querido amigo:

Hoy la explosión de colores al salir el sol en el mar no sólo era visible desde la galería de casa sino que invadía el cielo de este a oeste, de norte a sur, envolvente.
Accesible también desde la cama o cualquier ventana de casa.
Una explosión de tonos rosas, violetas, grises, azules y blancos, con una red de estelas anaranjadas de aviones.
Ha durado un buen rato, la maravilla.
Ha sido impactante.
Magníficas situaciones de asombro y fascinación
que dan sentido a la vida,
nada más abrir los ojos por la mañana.

Me acordé de tu comentario anoche, sobre despertarse cada mañana
con o sin sentido de la vida.
Y me hizo pensar
que perdemos el sentido de la vida solo cuando perdemos el centro.
Y eso es lo único que deberíamos buscar, el centro, en el centro.
Y quizás cualquier objetivo o meta externa es sólo una engañifa,
como decía la abuelita del cuento de Rabjor.*

Que no nos pase como a aquel hombre que busca la llave bajo la farola, y no la encuentra.
¿Estás seguro de que se te ha caído por aquí?, le pregunta alguien de paso, que intenta ayudarle.
No, aquí no ha sido -responde él-,
pero es que aquí es donde hay luz.

*
La anciana que en el momento próximo a la muerte dice:
"Ya pasó.
Tanto que me lo creí
y era todo una engañifa."