domingo, 29 de enero de 2017

Cambia el orden de las 4 Nobles Verdades.






La hermana Annabel leía el sutra con el corazón, con atención profunda, desgranando cada palabra.
Por qué Buda, un ser iluminado, iba a enfatizar tanto en el sufrimiento, por qué va a considerar la impermanencia, el cuerpo, la vida misma, como fuente de sufrimiento?
Hay que recordar que las palabras de Buda han sido traducidas e interpretadas innumerables veces.
Probablemente, de lo que se cuenta que dijo o hizo Buda, más de un 90% es inexacto, interpretaciones que se van amplificando y estabilizando en una determinada dirección con el paso del tiempo.


En otro retiro, Thay Doji hablaba de las 4 Nobles Verdades.
Muy prácticas, muy útiles, muy reales.
Son verdades en sí mismas, aun cuando cambiéis el orden, dijo.
Prueba a cambiar el orden.
3ª NV: La vida feliz existe, sin sufrimiento. El nirvana.
4ªNV: Hay una forma de vida para estabilizar un estado feliz, el nirvana. Éste es el Noble Óctuple Sendero.
2ªNV: Pero si caes en la hipnosis de separación, la ignorancia, el egocentrismo que ve la amenaza en "el otro", entonces entras en contacto con las causas del sufrimiento.
1ªNV: Así, desde la ignorancia egocéntrica, el sufrimiento existe.

Prueba a vivir tu vida en este orden: 3ª, 4ª, 2ª y 1ªNV.
Prueba a partir del convencimiento de que la vida feliz, en libertad, sin miedo, el nirvana, existe (3ªNV).
Y a vivir de tal manera que estabilice el nirvana (4ªNV), y nos impida entrar en la ignorancia (2ªNV) que nos conduce a la prisión del sufrimiento (1ªNV), el samsara.

Prueba a vivir desde el ser despierto que ya eres.





En los encuentros organizados en ágapes (en torno a una mesa) o en el compartir de la sangha, ella aún observaba una incipiente alteración interior cada vez que alguien hablaba del "sistema", "la sociedad", "los otros", que no nos dejan ser felices.
El sistema social, la escuela, la familia, el programa que nos controla.
Tan víctimas, tan identificadas con el ser sufriente, con la 1ªNV.
Ésa es una forma de verlo, decía ella.
La sociedad culpable, la cultura culpable, la educación culpable llenándonos de miedos, para controlarnos mejor.
Otra forma de verlo es cuando crees que todo lo que aparece tiene un significado, que es una oportunidad para comprender.
Y si no lo entiendes da igual, porque la vida (el karma, el camino) es inteligente y paciente,
y te dará otra oportunidad. Y otra, y otra.
A veces en una forma que te guste, y consideres positiva (karma positivo) y otras en una forma que consideres dolorosa (karma negativo).




Puedes darle el poder a la sociedad, al otro, culpables, haciéndote la vida tan difícil.
O puedes asumir la responsabilidad de tu vida en un 100%.
Y ya no eres más una víctima.
Y también desaparecieron los culpables.

Sólo quedas tú, como una manifestación de la Vida, viviendo, aprendiendo,
disolviéndote
en lazos
de amor.





viernes, 27 de enero de 2017

Comunicación amorosa y veraz.







"Octavo entrenamiento de la atención plena:
Verdadera comunidad
y comunicación.

Consciente de que la falta de comunicación siempre conlleva separación y sufrimiento, me comprometo a entrenarme en la práctica de la escucha compasiva y el habla amorosa.

Como sé que una verdadera comunidad tiene sus raíces en la inclusividad y en la práctica concreta de ver, pensar y hablar con armonía, practicaré el compartir mi comprensión y experiencias con mi comunidad para alcanzar una visión profunda colectiva.

Estoy determinada a aprender a escuchar profundamente sin juzgar ni reaccionar.

Me abstendré de usar palabras que puedan crear discordia o sean causa de ruptura en la comunidad.

Siempre que aparezcan dificultades tomaré refugio en mi sangha y observaré profundamente, en mí y en los demás, para reconocer todas las causas y condiciones, incluida mi propia energía del hábito, que han originado dichas dificultades.

Me responsabilizaré de toda mi contribución en el desarrollo del conflicto y mantendré la comunicación abierta.

No me comportaré como víctima sino que activamente buscaré caminos para la reconciliación y resolución de todos los conflictos, incluidos los pequeños."




Tomar responsabilidad de lo que pasa en mi vida, desde lo más pequeño a lo más grande.
No soy una víctima sino co-creadora (o creadora) de todas las condiciones y resultados que aparecen en mi experiencia, exterior e interior.

Asumir la responsabilidad de la comunicación, sincera, honesta y valientemente. Sin autoengaños. Sin justificaciones (del ego) o escapismos.
La comunicación para la comprensión y el bienestar colectivo, no para proteger el ego como un niño malcriado.

Miraré siempre la intención que hay detrás de cada intento de comunicación.
Y, si percibo el enfado, el deseo de "ganar", control o manipulación, determinaré si es el momento adecuado para hablar o para guardar silencio.

Que la comunicación parta siempre del amor y el deseo del bienestar colectivo.






"Noveno entrenamiento: Habla amorosa y veraz.

Consciente de que las palabras pueden crear felicidad o sufrimiento, me comprometo a aprender a hablar con la verdad, con amor y de forma constructiva.
Usaré sólo palabras que inspiren alegría, confianza y esperanza, de modo que promuevan la reconciliación y la paz en mí misma y en los demás.
Hablaré y escucharé de modo que pueda ayudarme a mí misma y a los demás a transformar el sufrimiento y a encontrar salidas a las situaciones difíciles.

Estoy determinada a no mentir en interés propio o para impresionar a las demás personas, ni a pronunciar palabras que causen división o generen odio.

Protegeré la alegría y armonía de mi comunidad, absteniéndome de hablar acerca de las faltas de otra persona en su ausencia, y siempre me preguntaré a mí misma si mis percepciones son correctas.

Hablaré siempre con la intención de comprender y ayudar a transformar la situación.

No propagaré rumores ni criticaré ni condenaré cosas de las que no estoy segura.

Haré todo lo posible por denunciar situaciones de injusticia, incluso si al hacerlo mi seguridad se viera amenazada o me creara dificultades."




Proteger la alegría.
Proteger la alegría y la armonía.
Y la confianza.

Que mis palabras, o mis silencios, no saboteen mi bienestar ni el de los demás.

Que la escucha sea realmente escucha, y no espera (a que me llegue mi turno).
Que me ayude a comprender.

Que la escucha sea profunda y abierta.
Sin interferencias de mis intereses personales.

Que mi interés personal sea la verdad, el bienestar y la armonía colectiva.





miércoles, 25 de enero de 2017

El enfado es producto de una visión distorsionada de las cosas.






Estimado D.
Creo que me preguntas sobre cómo afrontar la ira.
Cómo identificar y manejar esa mirada parcial que se concentra en lo que no me gusta (de la situación o persona objeto de mi enfado) e ignora absolutamente todas sus posibilidades, los beneficios que le aporta a mi vida o a las de los demás.
Cómo manejar esa mirada egocéntrica que se centra en mi rabieta personal y no me da la oportunidad de comprender su punto de vista, sus condiciones y circunstancias.
Cómo manejar la experiencia de enfado.

Yo creo que para empezar es importante tener muy claros los beneficios o perjuicios que le aporta la experiencia de la ira a mi vida.
Y así decidir de qué parte estoy.

Si soy de esas personas que creen que la ira es un motor que me pone en acción y me da fuerzas para cambiar las cosas, y mejorarlas, no voy a frenar la experiencia del enfado en mi vida, por mucho que me lo repita a mí misma, porque en mi mente y en mi corazón creeré que es un sentimiento útil.

¿Realmente lo es?
Quizás en algunas ocasiones pueda resultar activador, pero yo no creo que eso sea gracias a la ira sino a otro motor más fuerte que también está presente, y que podría ser el amor, el compromiso social o lo que sea.

El enfado en sí mismo es energía, sí, y resulta explosiva, pero no necesariamente energía creativa, lúcida y acertada. En muchas ocasiones todo lo contrario.





En mi experiencia personal, si quiero hacer una lista de los beneficios de la ira, se me queda muy corta, y en muchos casos no son beneficios reales a medio y largo plazo sino que pueden tener consecuencias no deseadas.
Sin embargo, la lista de los perjuicios del enfado puede ser interminable.

Me saca de mi centro y de mi visión clara; me convierte en un ser irracional y parcial; me engaño creyendo que mi punto de vista es el único correcto; me altera y perjudica a mi salud; convierto a la otra persona (objeto de mi ira) en un monstruo, todo producto de mi mente; me hago daño a mí misma y también a los demás, incluidas las personas que amo; puedo decir o hacer cosas que rompan decisivamente conexiones importantes en nuestra relación...
La lista es interminable.





Anoche soñé que encontraba a una persona cercana haciendo algo que contradecía lo que me había dicho hace unos días. Así que le confronté como un espejo con su contradicción, haciéndole ver que hacía uso de argumentos interesados en cada momento según le convenía, en defensa de sus intereses, no de la verdad. La otra persona se defendía atacando (no con respuestas concretas sobre el tema) y yo me alteraba aún más, consciente de que esta confrontación podía acabar con nuestra relación. Pero no podía parar.
Cuando me desperté, di gracias a que todo había sido un sueño y aún tenía a esta persona en mi vida.
¿Que tiende a "protegerse" con argumentos interesados? No es la única persona que lo hace, y desde luego no es razón para acabar con todo lo que sí aporta a mi vida, y yo a la suya.
Y cuando no estoy bajo la influencia del enfado lo puedo ver claramente y no me cuesta respetarla.
Por el contrario, cuando estoy bajo la influencia del enfado, aun cuando también lo vea (que es una persona positiva en mi vida, que lo estoy perdiendo todo y nos estamos haciendo mucho daño), probablemente me resulte muy difícil parar.
No tengo control sobre mí misma.

Lo que me lleva a otro de los perjuicios del enfado que consiste en que me quita la libertad.
Me controla.
Soy su esclava.





Una vez que tengo claros los perjuicios del enfado, sé que no lo quiero en mi vida.
Pero hay otros motivos por los que no lo quiero en mi vida (no sólo porque causa muchos destrozos).
También y sobre todo, porque es una mirada distorsionada y no responde a la realidad.


Recuerdo cuando mi hija era pequeña y la recogía de la escuela y, a veces, me hablaba de alguna de sus amigas que había hecho algo muy mal. La dejaba que me contara sobre su amiga, lo mala que era, etc, etc. Cuando parecía que ya se había desahogado, le preguntaba: ¿hay algo bueno que te guste de ella? Pero si estaba enfadada, generalmente respondía que no, que no había nada bueno en la otra niña. Y entonces ella comprendía. Que eso no podía ser cierto.
Si no encuentras nada bueno en la otra persona (especialmente si se trata de una amiga o alguien cercano con quien compartes parte de tu vida) es porque tu visión está siendo distorsionada.
No te la creas.


No te creas la visión del enfado, es parcial y engañosa.
Es como mirar un cuadro completo, lleno de formas y matices y colores, o una película con un guión largo y profundo y complejo, y quedarte sólo con un par de trazos que te causan desagrado, obviando e ignorando todo lo demás, que podría ser fuente de disfrute e inspiración.
No sólo es un desperdicio, es un autoengaño.
La visión del enfado no es real. No te la creas.
No la justifiques.
No la defiendas.






Dicho esto, no estoy proponiendo que la alternativa sea la resignación, el resentimiento, el no hacer nada o no decir nada.
Todo lo expuesto más arriba tiene que ver con la emoción, la experiencia de la ira.
Lo que sienta que debo hacer, o no hacer, es otro tema
(que puede tener que ver con el octavo entrenamiento, "Verdadera comunidad y comunicación", y el noveno ("Habla amorosa y veraz", que veremos más adelante).
Y ésa es una decisión que corresponde a cada cual.

Para resumir, una vez más en palabras de San Agustín:
Ama y haz lo que quieras.

A ser posible desde el amor.
O al menos desde la cordura.
No desde la tiranía del enfado.





lunes, 23 de enero de 2017

Momento presente, momento maravilloso.






"Sexto entrenamiento: Afrontar la ira.

Consciente de que la ira bloquea la comunicación y crea sufrimiento, me comprometo a cuidar de mi energía de la ira cada vez que surja, para reconocer y transformar las semillas de rabia que yacen en lo más profundo de mi consciencia.

Cuando se manifieste el enfado, estoy decidida a no hacer ni decir nada, excepto practicar la respiración consciente o la meditación caminando, para reconocer, abrazar y mirar profundamente dentro de ella.

Sé que las raíces de mi ira no están fuera de mí sino que se encuentran en mis percepciones erróneas y en la falta de comprensión de mi propio sufrimiento y el de los demás.

Al contemplar la impermanencia, seré capaz de mirar con ojos de compasión tanto a mí misma como a aquellas personas que pienso que son la causa de mi enfado, y seré capaz de reconocer la riqueza y el valor de mis seres allegados.

Practicaré la diligencia correcta para nutrir mi capacidad de comprensión, amor, alegría e inclusividad, y así transformar gradualmente mi ira, violencia y miedo, y ayudar a los demás a hacer lo mismo."





Qué cansada estaba de la mirada parcial, interesada. ¿Interesada en qué? ¿En sabotear la propia vida y la de los demás?
Cansada de centrarse obsesivamente en esas cuatro líneas mal trazadas (en su opinión) del cuadro, ignorando el resto.
Por qué no ponía la misma atención obsesiva en la abundancia, tanto como lo hacía en las supuestas carencias (de la situación o la persona objeto de su enfado)?
Decidió salir de su mirada miope y ampliar su foco de atención, más integral, más inclusivo, más ecuánime.
Convertir las situaciones no deseadas en maestras para el desarrollo de la aceptación, la paciencia, la comprensión y el amor.






"Séptimo entrenamiento:
Vivir felices en el momento presente.

Consciente de que la vida sólo está disponible en el momento presente, me comprometo a entrenarme para vivir en profundidad cada momento de mi vida diaria.

Intentaré no perderme en la dispersión, y no dejarme arrastrar por recuerdos del pasado, preocupaciones del futuro, anhelos, odios y celos en el presente.

Practicaré la respiración consciente para estar atenta a lo que sucede en el aquí y ahora.

Estoy determinada a aprender el arte de la vida consciente, entrando en contacto con los elementos maravillosos, refrescantes y saludables que hay dentro y alrededor de mí en todas las situaciones.
De esta forma, seré capaz de cultivar las semillas de la alegría, paz, amor y comprensión, dentro de mí, y así facilitar el trabajo de transformación y sanación de mi consciencia.

Soy consciente de que la felicidad depende en primera instancia de mi actitud mental y no de condiciones externas y de que puedo vivir felizmente en el momento  presente recordando que ya tengo condiciones más que suficientes para ser feliz".






Aquí y ahora, sin dejarme arrastrar por los recuerdos del pasado o las preocupaciones del futuro.
Consciente de que ya están en mi vida todas las condiciones que necesito para ser feliz.


A veces se sorprendía corriendo de un lugar a otro y se detenía: A dónde crees que vas?
Persiguiendo zanahorias bajo los efectos de la hipnosis.

Por ejemplo, pedaleando con prisa de casa al gimnasio.
Detenía la proyección y contemplaba el fotograma: pedaleando.
Aquí y ahora, las piernas funcionando, los músculos, la respiración, el aire fresco en la cara, los barcos en el puerto.

Por qué la inercia de vivir cada instante como un mero trámite, de paso hacia algún otro lugar, cuando ya está todo aquí.

Ya he llegado, ya estoy en casa.





"No perderme en la dispersión
y no dejarme arrastrar por recuerdos del pasado,
preocupaciones del futuro,
deseos, odios y celos en el presente".

Tan difícil, cuando todo está aquí.
Pasado y futuro también, deseos y miedos, superponiéndose sobre las manifestaciones presentes.
Los sonidos de la mañana, el tictac del reloj;
el planear de las gaviotas;
el olor del café recién molido, del limón recién exprimido (tan presente);
el calor aromatizado de la tostadora, la cafetera, el calentador de agua;
los sabores en la boca, la disolución, la fusión,
este cuerpo en acto de amor con el planeta.
La respiración, otro acto de amor;
los ríos corriendo por las venas.

El agua caliente en las manos al fregar los platos,
la suciedad disolviéndose en el desagüe;
el suelo bajo los pies al caminar por el pasillo, los aromas de la casa.


Cada instante presente ya estoy en casa.
Respiro y siento la aire refrescando este organismo vivo.
La sangre como ríos cargados de nutrientes.

Todo está aquí.






viernes, 20 de enero de 2017

Conciencia del sufrimiento y de sus causas.







Cuarto día.
Y seguimos con
los 14 entrenamientos
de la Plena Consciencia
de la Orden del Interser,
de Thich Nhat Hanh.

"Cuarto entrenamiento:
Consciencia del sufrimiento.

Consciente de que mirar profundamente dentro de mi propio sufrimiento puede ayudarme a cultivar comprensión y compasión, tomo la determinación de volver la mirada a mi interior para reconocer, aceptar, abrazar y escuchar mi propio sufrimiento con la energía de la plena consciencia.

Haré lo posible para no huir de mi sufrimiento o taparlo con el consumismo sino que practicaré la respiración consciente y la meditación caminando para mirar profundamente dentro de sus raíces.
Una vez que haya comprendido mi propio sufrimiento, seré capaz de comprender el de los demás.

Me comprometo a encontrar vías, incluidas el contacto personal, el uso del teléfono, audiovisuales, redes sociales o cualquier otro medio para estar con los que sufren, de modo que pueda ayudarles a transformar su sufrimiento en compasión, paz y alegría".





No huir de mi propio sufrimiento, mi dolor, mi tristeza, mis heridas, mis perturbaciones mentales, mi egoísmo, aun cuando no me gusten.
Visibilizarlo, reconocerlo, aceptarlo e investigar en él hasta comprenderlo.
No recurrir a escapismos, justificaciones o negaciones.
Investigarlo y comprenderlo, pero sin instalarme en él.

Que mi sufrimiento me ayude a comprender  el sufrimiento de los demás.

Pero comprenderlo no significa justificarlo para instalarnos en él, sino identificar sus raíces.
Y trabajar en ellas.

Que el sufrimiento propio no me sirva para separarme aún más (sálvese quien pueda) sino para conectarme, comprender y amar a los demás seres sufrientes.

Y comprender las raíces, la única forma de liberación.





"Quinto entrenamiento: Vida saludable y compasiva.

Consciente de que la verdadera felicidad tiene sus raíces en la paz, solidez, libertad y compasión, estoy decidida a no acumular bienes mientras millones de seres pasan hambre y mueren, ni a considerar como el propósito de mi vida la fama, el beneficio, la riqueza o los placeres sensuales, los cuales implican más sufrimiento y desesperación.

Practicaré la mirada profunda en la forma cómo nutro mi cuerpo y mente con alimentos, impresiones sensoriales, volición y consciencia.

Me comprometo a no consumir drogas ni ninguna otra sustancia que introduzca toxinas tanto en mi propio cuerpo como en el cuerpo y la consciencia colectiva, tales como ciertos juegos electrónicos, apuestas, páginas web, programas de televisión, películas, revistas, libros y conversaciones.

Consumiré de forma que se preserve la compasión, la paz, la alegría y el bienestar tanto en mi cuerpo y consciencia como en el cuerpo y la consciencia de mi familia, sociedad y la tierra."






Cada pensamiento es un camino (a la alegría, el resentimiento, la libertad, el amor, la ira, el menosprecio, el victimismo...)
Con cada estímulo nutro una semilla, una experiencia quizás dormida.
Los alimentos que me alimentan nutren, o toxifican, mi cuerpo, y también el cuerpo exterior (esfuerzo ecológico y respetuoso, o bien maltrato de la tierra, maltrato animal, explotación, trabajo esclavista...)
Pero también la ropa que me cubre o cualquier otro consumo material.
Cada gesto mío apoya una industria, un modo de hacer y de vivir.
Cada gesto mío crea el mundo en el que vivo.

También la cultura que consumo, las conversaciones en las que me implico.
Cada objeto donde pongo mi atención está alimentando una experiencia interior, y exterior.

Decido poner más atención a los efectos de mis decisiones cotidianas, las rutinas que conforman mi vida.

¿Me conducen a la experiencia de amor, conexión, interser, paz y plenitud?

Tomo la determinación de intentar introducir en mi vida, cada vez más, la atención apropiada.
El consumo apropiado.
Los nutrientes correctos.



lunes, 16 de enero de 2017

Libertad de pensamiento, sin apego.





Al día siguiente, cuando leyó el segundo entrenamiento,
se dio cuenta de que, precipitadamente, ya lo había incluido en el primero.

"Segundo entrenamiento:
No apego
a los puntos de vista.

Consciente del sufrimiento causado por el apego a los puntos de vista y a las percepciones erróneas, estoy determinada a evitar tener una mente estrecha y aferrarme a los puntos de vista actuales.

Me comprometo a aprender y practicar el no-apego a los puntos de vista personales para estar abierta a los puntos de vista y experiencias de los demás, con el fin de beneficiarnos de la sabiduría colectiva.

La sabiduría se revela mediante la práctica de la escucha compasiva, del mirar en profundidad, del soltar nuestras nociones, y no tanto a través de la acumulación de conocimientos intelectuales.

Soy consciente de que el conocimiento que poseo ahora no es permanente, ni la verdad absoluta.

La verdad se encuentra en la vida, y por ello observaré la vida dentro y alrededor de mí misma en cada momento, dispuesta siempre a aprender de ella".






Abrirme a los puntos de vista de otras personas enriquece mi visión y comprensión de las cosas, al asumir también otros enfoques -repitió para sí.
Además, abrirme a otros puntos de vista significa una práctica de "cambiarme" por los demás, el amor afectivo que se pone en la piel de la otra persona.
Una práctica de amor.
De disolución del ego separador, al dejar de ser tú misma (tus opiniones personales) por unos instantes.

La escucha atenta es también una entrega relajante y reconfortante, al dejar de aferrarse a una misma por un tiempo, aunque sea corto.


"El conocimiento que poseo ahora no es permanente.
La verdad se encuentra en la vida, y por ello observaré la vida dentro y alrededor de mí misma en cada momento, dispuesta siempre a aprender de ella".

La vida, ese guión kármico tan lleno de sentido, tan cargado de señales.

Tomó una firme resolución:
Estaré atenta.





El tercer día también reconoció la conexión con los dos primeros entrenamientos.
Lo curioso es que en el primer momento de la lectura tendía a pensar que era más de lo mismo, pero conforme profundizaba advertía matices nuevos.

"Tercer entrenamiento: Libertad de pensamiento.

Consciente del sufrimiento originado cuando impongo mis puntos de vista sobre los otros, me comprometo a no forzar a los demás -incluidos mis hijos e hijas- a adoptar mis puntos de vista, ya sea con el uso de la autoridad, ya con las amenazas, el dinero, la propaganda o el adoctrinamiento.

Me comprometo a respetar el derecho de los demás a ser diferentes, a elegir sus propias creencias y a tomar sus propias decisiones.

Sin embargo, aprenderé a a ayudar a los otros a renunciar al fanatismo y a la estrechez mental mediante el diálogo compasivo y el habla amorosa".





Vive tu vida.
Que sea la tuya propia; no la mía ni la de las expectativas familiares, ni las que dictan los referentes culturales y celebridades de moda.
La vida que necesitas vivir.
A donde el corazón te lleve, como decía el título de aquella novela.

Pero vivir mi vida no me da derecho a intervenir en contra de las vidas de los demás.
Como en un organismo vivo, como un cuerpo único, que cada célula haga su función sin interferencias, para que las demás puedan realizar la suya.


Ayer tocaba escucha atenta, cambiarse, comprender las razones y las vivencias de los demás.
Hoy toca respetar su camino, apoyarlo, reconocerlo.

Tanto como el propio.

Estaría atenta.





sábado, 14 de enero de 2017

El budismo como guía, no como dogmatismo segregador.







Después de su ausencia de varias semanas, volver a la cita de meditación con la sangha resultaba familiar y reconfortante.
Silencio.
Conforme iban llegando, se sentaban en silencio, en círculo.
Y ella miraba hacia dentro, a ratos, y a ratos miraba las caras en silencio, instalada ella misma en el silencio.
Y al mismo tiempo, fundiéndose con cada una de las historias en proceso.

Después del saludo y la presentación inicial, la facilitadora anunció que leería los 14 entrenamientos de la Plena Consciencia de la Orden del Interser, dándoles espacio para la meditación tras la lectura de cada uno de ellos.
Al final de esta meditación guiada, ella, que no era de correr demasiado sino de instalarse en un punto (la entrega, la inmersión), decidió que en los días sucesivos iba a dedicarse a observar con atención cómo estaba presente cada una de estas prácticas en su vida cotidiana.
Cada día una sola.
Si estaba presente de una forma natural, integrada, o no; las dificultades, las resistencias, los efectos, la vivencia personal.




Al día siguiente se despertó temprano (despertar biológico, aún bajo los efectos del cambio de horario tras el viaje) y buscó la copia escrita de los 14 entrenamientos.

Leyó.
El primer entrenamiento: Apertura.

"Consciente del sufrimiento creado por el fanatismo y la intolerancia, tomo la determinación de no idolatrar ni aferrarme a ninguna doctrina, teoría o ideología, incluida la budista."

"Me comprometo a contemplar las enseñanzas budistas como una guía que me ayude a aprender a mirar profundamente y a desarrollar comprensión y compasión. No son doctrinas por las que luchar, matar o morir".

"Entiendo que el fanatismo, en sus diversas manifestaciones, es el resultado de una percepción discriminadora y dualista de la realidad".

"Me entrenaré para mirarlo todo con apertura y la visión del interser, de forma que se pueda transformar el dogmatismo y la violencia en mí misma y en el mundo".




Es una opinión, un punto de vista, nada personal -solía decir ella cuando, en medio de una conversación, se descubría en conflicto.
Es sólo un punto de vista y mañana puede cambiar. Seguramente ya está cambiando.
No es nada personal.

No quería aferrarse a ninguna opinión personal.
Por supuesto, tampoco la budista.

Y sin embargo, ahí estaba, como una guía en su vida.

Pero no podía permitir que ni ésta, ni ninguna otra creencia, la segregara de los demás, de lo demás.
Que la instalara en una visión dualista y separada.

No necesitaba ninguna otra excusa para la separación en su vida.
Ni la sangha, ni la familia, ni el país, ni la cultura.
Hoy le tocaba ver cómo funcionaba todo eso en su vida cotidiana.
Si la ayudaba a comprender y conectarse o, por el contrario, a generar prejuicios y separación.

Hoy le tocaba observar el nivel de apertura en su vida.


Se recordó a sí misma, una vez más:
Que tus creencias no te hagan menos libre.
Ni a los demás.