jueves, 1 de marzo de 2012

No me dejes nunca más.

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Querido amigo:

Aquí también es verano.
En realidad,
la playa olía a primavera,
a mar de salitre y brisa de primavera
bajo el sol radiante y el aire fresco.
Calmado el mar, la arena de tierra y no de piedras, como una alfombra suave que acoge y acaricia las plantas de los pies.
Precioso, envolvente.
Abrazo de mar, transcendente -le llamo así porque te saca de este mundo y te lleva qué sé yo donde; te saca de samsara y te lleva al nirvana, dulce secuestro.
A las 4,30 en el salón de casa ya hace calor.
Y caigo en la cuenta de que ya debería estar en la bicicleta camino del trabajo.
Pero me ha entretenido recoger la ropa tendida al sol del terrado,
vestir la cama con sábanas limpias y sembrarla de cojines y perfume de granada.
Y volar sobre el zafu negro sobre el futón mientras escuchaba
la sombra de la luz
de Battiato.
http://www.youtube.com/watch?v=kW1qN7UXe-Y


Te quiero.


M.

Defiéndeme de las fuerzas contrarias,
en el sueño nocturno, cuando no soy consciente.

Cuando mi sendero se hace incierto.

Y no me dejes nunca más.

No me dejes nunca más.

Devuélveme a las zonas más altas,

a uno de los reinos de calma.

Es tiempo de escapar de este ciclo de vida.

Y no me dejes nunca más.

No me dejes nunca más.

Porque los gozos del más profundo afecto

o del anhelo más sutil de pulso

sólo son la sombra de la luz.

Recuérdame lo infeliz que me siento
lejos de todas tus leyes.
¿Cómo malgastar el tiempo que me queda?

Y no me dejes nunca más.

No me dejes nunca más.
Porque la paz de ciertos monasterios
o la armonía vibrante de todos mis sentidos

sólo son la sombra de la luz.



















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2 comentarios:

  1. Tus escritos también nos llevan a zonas más altas... Gracias

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  2. Gracias a ti por tu feedback.
    Y por tu receptividad.
    Ya sabes: a un@ sólo le resuena lo que ya tiene dentro.

    Un abrazo.

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