martes, 3 de mayo de 2011

Ah, pero eso es muy difícil...


























Lo recordamos
en las meditaciones guiadas, una y otra vez:
¿A qué has venido aquí?

Hay quien viene a relajarse; a desconectar; a parar los pensamientos
(es que tengo la mente de un ruidoso que no para, de una cosa a otra, una multitud, una locura);
a encontrar paz...
Y yo recuerdo siempre
lo importante que es tener clara la motivación,
porque los deseos, la intención,
nos marca el camino
y hacia allá nos dirigiremos.

Todo eso que buscas y más te puede ofrecer la meditación:
paz interior, concentración, autoconocimiento,
identificación de los pensamientos y emociones que nos dirigen,
reconocimiento de los que nos ayudan
y los que nos sabotean
y nos hacen
y hacen
sufrir,
control mental...
Todo un largo camino
hasta la liberación de todos los sufrimientos.
Y hasta la iluminación.


Deja que se te muestre.

No importa el motivo que te lleve a la meditación,
el camino espiritual en sí mismo es inteligente
y se te acabará mostrando.











Pronto nos damos cuenta de que lo que hacemos en cada meditación es construir un espacio de paz interior, un oasis de paz, una ciudad
de paz.

Cada vez que nos sentamos a meditar, en cada oportunidad de concentración,
la construimos un poco más, la hacemos un poco más grande,
la diseñamos un poco mejor, en los detalles,
cada vez más real,
más nítida,
más accesible,
y lo mismo en cuanto a los caminos que nos llevan a ella.

¿Y todo esto para qué?
Para que, pase lo que pase, en cualquier momento del día (y, con la práctica, dicen que de la noche) puedas volver a tu ciudad de paz
y desde allí afrontar la situación, cualquiera que ésta sea.
El conflicto, el problema, el enfado, el apego...
Recorrer el camino (ya transitado a través de la meditación)
de vuelta a tu ciudad de paz,
desde donde afrontar lo que sea
que haya que afrontar.

Desde la paz,
desde la serenidad.

Ah, pero eso es muy difícil
(sueles escuchar, una y otra vez),
eso es tan difícil...

Empezar a crear un nuevo hábito, tan difícil...


A qué dedicas tu tiempo libre
y el otro?
















¿Sabes qué?
Más difícil te resultó hacer y acabar la carrera que elegiste.
Levantarte cada mañana temprano y gestionar ese trabajo tan competitivo.

Cuántas horas has dedicado a cuántos objetivos
que nunca garantizaron tu bienestar
personal
real,
tu paz interior,
tu felicidad.
Toda la vida dedicándote a cambiar las condiciones externas
sólo para cambiar
la clase de problemas
(de no tener pareja a tenerla; de un trabajo a otro; de tenerlo a no tenerlo, y viceversa;
de no tener hij@s a tenerlos, etc.
etc.
etc.)
¿Y cuánto tiempo hemos dedicado a cultivar la paz interior,
desde donde afrontar lo que sea
que tenga que llegar?

Poco.

Y, sin embargo, seguimos diciendo que
"es tan difícil!"...


Nos da tanta pereza
y resulta tan difícil
salir de las pautas de la vida autómata de siempre.

Le llaman "pereza activa":
Todas las horas del día ocupadas, estresadas,
apenas sin tiempo para el descanso y la alimentación
y la vida consciente,
sin tiempo
para lo importante:
cultivar tu paz interior.

Y lo mismo con el disfrute,
con la práctica del gozo,
de la apreciación
de esta preciosa existencia humana.

Tan ocupad@s en los traumas
de la infancia,
en los trámites de la "vida",
en seguirle la pista al niño y a la niña herid@s,
en pasar factura a la madre
y al padre,
en llorar
y lloriquear,
en "buscar"...


Cuidado con el "buscador" que te entretiene y te pierde
una vez tras otra.


Ese "buscador" que llevamos dentro, incansable,
que no nos deja descansar
en el Ser
que llevamos dentro.

Esa búsqueda frenética
que sólo te lleva a perderte
una y otra vez.

Porque el final del camino está dentro
y algún día
hay que parar
y abrirse,
dejar que se disuelvan todas las nubes que no dejan ver la claridad del espacio infinito,
que se disuelvan todos los maras, las apariencias
que desaparecen
cuando las buscas
y no las encuentras.
Y ver que el destino final ya está dentro.

Buscar y buscar y seguir buscando
a veces
es una manifestación más del consumo compulsivo
(en el mercado espiritual, pero al fin consumo compulsivo),
de la insatisfacción,
de la frustración,
de la pereza activa
que te tiene ocupad@ en distracciones para mantenerte lejos de lo importante.

"Es que es tan difícil", repites una y otra vez, como un mantra gastado.

No más difícil que cualquier otra cosa que hayas conseguido en la vida
y a la que has dedicado tanta
y tanta
energía.





Pero hay que dedicarse a ello, con confianza,
con entusiasmo.
Elegir un camino y mantenerse en él
y dejarle entrar en tu vida
y que la transforme.


Hacer ese viaje.








Asegúrate de que estás en el camino
correcto.

Cuántos viajes geográficos, externos, has hecho?
Yo muchos, muchísimos.
He visitado muchos países y a veces me he quedado a vivir en ellos.
He explorado mucho algunas calles y mercados y desiertos y montañas y playas de este planeta.
Pero, sabes?, el viaje interior te conduce a paisajes que nunca antes habías contemplado (no importa todo lo viajad@ que seas),
a experiencias que nunca antes has experimentado.

Si, en este viaje, el mundo en el que vives se transforma
(más intenso, más radiante, más lleno de significado)
y las personas
(más generosas, más expuestas y sinceras)
y tú
(con la mirada más clara, más empática y compasiva,
el corazón más lleno de amor
que lo comprende todo,
que ya no tiene nada que perdonar).
Si tu viaje te está conducienco a unas ciudades más llenas de significado,
donde todo tiene un sentido
(como en un sueño donde ninguna apariencia es casual),
donde no existe el miedo, porque ya no existe un "ellos" que te amenacen
o un "futuro" preocupante
porque todo está aquí,
conectado,
la misma natualeza,
lo mismo.
Si has empezado a vivir tu viaje desde el amor
y a menudo se te saltan las lágrimas, de compasión, al contemplar tanto sufrimiento innecesario
(porque al igual que yo, todos los maternales seres están hundidos en el océano
del samsara),
ante tantas pesadillas que devoran a sus propios creadores,
un llanto dulce y sereno,
desde el amor;
si siempre gana el amor ante cualquier contienda
(el odio, el resentimiento, la impaciencia, la "injusticia"...)
es que estás en el camino
correcto.
Si no te sale la dureza
desde la dureza de corazón,
espoleando a l@s que te rodean para que "espabilen"
sino el abrazo cálido, firme y, siempre, sincero, que acompaña,
es que estás en el camino
correcto.
Si cuidas cada vez más a quienes te rodean,
es que estás en el camino correcto.
Si sufres cada vez menos
y cada vez le tienes menos
miedo
a la muerte,
a los duelos,
a perder,
es que estás en el camino correcto.

Dices: es que es muy difícil...

Deja ya ese mantra gastado
y ponte en camino.

Pero vigila,
presta atención,
chequea
una y otra vez,
periódicamente,
y comprueba que estás,
que sigues
en el camino correcto

Y si no es así, recupéralo.
Pero no caigas en la tentación de volver a buscar
y buscar
fuera
-no te pierdas dejándote llevar de la maquiavélica mano de la pereza activa.




Busca dentro.
Sigue buscando dentro
un poco más...

9 comentarios:

  1. Que suerte tenemos de poder leer el blog, la imagen del elefante lo vi una vez y me dijeron que tenia un significado pero no me acuerdo.
    Pero todo el mensaje es de recordar y recordar para ponernos manos a la obra.

    Muchas gracias,

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  2. Cuánta razón tienes.
    Creo que lo voy a imprimir para tenerlo cerquita. Un besote

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  3. Yo no conozco mucho los detalles del dibujo, yuki, pero sé que representa el camino (el viaje) al nirvana.
    El elefante y el mono loco (la mente de samsara) se van apaciguando, haciéndose cada vez más blancos de luz hasta que el monje puede montar la mente de nirvana.

    Qué suerte, que estéis ahí, leyendo, integrando
    y compartiendo vuestra experiencia en esta casa
    común.

    Un beso, yuki.

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  4. Imprímelo, Regina.
    Pero sobre todo, no faltes a la próxima clase del lunes.
    Te necesitamos para que compartas tu experiencia sobre los preparativos de la meditación.
    Tú nos hablas sobre tu altar (y cómo se siente), que es la parte más difícil, y yo aporto un poco más de sal y pimienta (bendiciones, compartir el viaje con la sangha...).
    Garantizado.
    Lo de la sal y pimienta.
    Disfrutarás.

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  5. Es un placer. Cuenta conmigo el lunes, por supuesto. Por cierto, ayer empecé con Aikido ;-) jejeje besos!

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  6. Te estoy leyendo de vez en cuando desde hace un par de meses que descubrí tu blog y dices cosas Preciosas.

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  7. Gracias, anónimo.
    Más preciosas aún si te resultan útiles.

    ¿Nos conocemos?

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  8. Marié: sabes que tu blog realmente me toca. Me identifico tanto, trabajo como loca y siempre digo que voy a meditar o a hacer una búsqueda espiritual que me llene y para eso no tengo tiempo. Pero he estado en la búsqueda y hace menos de dos meses asistí a unas charlas de un monje en mi ciudad y me cautivó. Muchas ideas que rondaban mi mente las encontré ahí reflejadas, esa necesidad de buscar la paz dentro de uno mismo, nada estrambótico, aparentemente sencillo, pero tremendamente complejo. Y ahora te encuentro a tí, he tenido un mes devastador lleno de duelos y transiciones que no terminan, pero te leo y me das calma. Creo que llegue a la enseñanza que me va a ayudar a encontrar mi paz. Sin estas lecturas no sé donde estaría. ¿Qué me sugieres leer? ¿Cómo estudio más?

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  9. No sé dónde vives.
    Yo estoy convencida de que ayuda asistir a unas meditaciones en grupo, a unas clases que ayuden a comprender e integrar mejor estas instrucciones.
    No basta con que todo esto, tan lógico, tan coherente, quede a un nivel puramente mental, intelectual.
    Hay que bajarlo al corazón, integrarlo, ponerlo en práctica en la vida diaria.
    Y para todo esto ayuda mucho la meditación.

    Mientras tanto (y durante toda tu práctica, si quieres), no dejes de pasar por este blog y plantear todas tus dudas y las dificultades con las que te encuentes en tu práctica.

    Pero dime dónde vives y miramos si cuentas con algún grupo de meditación al que puedas acudir de manera presencial.

    La sangha (l@s amig@s espirituales) ayuda mucho.
    Como en cualquier afición o profesión, contar con colegas que te inspiren, referentes, modelos, ayuda mucho.
    Y en el camino espiritual (hacia la paz interior) es exactamente lo mismo. Hay que contar con apoyos, con referentes, con modelos, con ejemplos a seguir.

    Un abrazo muy fuerte.

    Estoy feliz de poder servirte para algo. En este camino.

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