domingo, 8 de mayo de 2011

Traer el resultado al camino.













Yo ya tenía programado mi verano, y era bonito.
Lleno de actividades varias, viajes, apoyos familiares diversos.
Esa interconexión amorosa, como un puzle perfecto.
Entonces recibí esa llamada de Kunsang:
alguien no podía ir al Festival en Manjusri y había un billete de avión disponible;
me lo regalaba, si yo deseaba asistir.
Dije que me lo pensaría.
Un cambio mío implicaría a mucha gente; por otra parte,
yo era una recien llegada
(inconstante y exageradamente irreverente)
a esta escuela de meditación.
¿Y si una vez allí me sentía en una encerrona, dos semanas
en un lugar apartado del mundo?
Como siempre, pudo más la curiosidad que todos mis miedos
y accedí.


Déjame disfrutar del camino...

Entonces, sin yo saberlo, apareció la pregunta clave.
Kunsang tomaba nota para mi inscripción en las listas de los cursos del Festival y dijo:
¿Sutra o tantra?
Yo pregunté: ¿Qué es eso del tantra?
Kunsang dijo: El camino rápido.
Y yo respondí, sin pensármelo dos veces: entonces, nada de eso; a mí déjame disfrutar del camino.
Kunsang me miró un instante con esa mirada de madre que sabe, volvió sus ojos y su bolígrafo al papel (hace 15 años no nos relacionábamos tanto con el teclado del ordenador)
y dijo:
Tantra.









Morir, vivir, nacer...


Dos días más tarde, una vez iniciado el Festival,
tuve una especie de sacudida en medio de la sesión.
¿Me estaba muriendo?
¡Me estaba muriendo!

Dado mi historial previo, yo tenía una gran conexión con la muerte
(varias muertes tempranas e impactantes en mi familia cercana),
una relación muy especial con la muerte y un deseo de entenderla mejor
y de hacerla mi compañera de viaje en la vida.

Y ahora... ¿me estaba muriendo?
Soltando armaduras y disfraces, apegos, gustos, preferencias y aversiones,
molestias físicas y emocionales,
soltando equipaje,
soltando lastre.
cuerpo y mente,
todo.

Soltar,
qué liberación el camino intermedio
desde ese soltar
apacible.
Qué experiencia de paz que lo abraza todo,
sin miedo.
Abierta,
flotando
con confianza
amorosa.
Esa paz
de gozo
grande.

Y ahí, viajando
de una mano invisible
vuelves a renacer
otra.
Pero ya no eres aquélla que has dejado atrás.
Ahora renaces
tu yídam.

El Ser que estás destinad@ a ser.

Le llaman el yoga de la autogeneración.






El disfrute
sagrado.


Y a partir de ahora, tu vida,
tu mirada,
tu oído, tu gusto, tu tacto,
tu cuerpo, palabra y mente
son
las del buda que estás destinad@ a ser.

Y cuando comes realizas el yoga de experimentar néctar,
y cuando te vas a la cama
el yoga del dormir
y el yoga del despertar,
y cuando te mueves por el mundo
el yoga
de la purificación
de los seres migratorios.

Purificada tu mirada
y tu mente,
la vida es más fácil;
las personas que te rodean, como libros abiertos,
seres vulnerables que despiertan tu ternura
profunda.
Qué pasó con todos tus juicios y críticas y pataletas?
Se disolvieron
junto a esa otra
que ya no eres.

Purificada tu mirada, no es que te aísles del mundo
(no te escapas, no huyes de los problemas humanos)
sino todo lo contrario.
Los contemplas en su máxima extensión
desde una mirada lúcida,
no egocéntrica.

Porque el egocentrismo tiene una mirada miope, distorsionada,
el cuadro deformado tras la lente de "mis propios intereses".

Cuando ya no eres és@
(imagina que eres el Ser que estás destinado a ser,
tu potencial máximo),
tu entendimiento es más equilibrado.

Ves los problemas
y los afrontas desde una mirada apacible
y amorosa.
Y, algún día,
desde los ojos de la sabiduría.


O el culto al sufrimento
conocido.

Pero quizás a ti no te atrae este viaje.
Puede que tú prefieras quedarte en esta ciudad que habitas,
en esta experiencia
donde Dios aprieta pero no ahoga
y cuando no ahoga,
ese respiro,
qué felicidad.
Puede que salir de esta ciudad te despierte dudas,
miedos,
¿y si me aburro?
Esa vida tan plana...
Cómo ser feliz sin sufrir?...











Puede que prefieras quedarte en esta experiencia,
regodeándote en el niño herido,
en los traumas de la infancia,
tantas carencias, tanta falta de amor
-no importa que te lo dieran todo.

En tus dificultades para amar, para disfrutar;
orgulloso de tu capacidad de sufrir, como una proeza.
Puede que prefieras quedarte
en tu odio,
en tus resentimientos,
en tu dureza
de corazón,
torturándote y torturando a quienes te rodean.
Duro (tú dices que fuerte)
espoleando a quienes más amas
para que aprendan a sufrir
porque la vida es dura.

Quizás prefieras quedarte donde estás.
Y renacer el mismo.












O tal vez te decidas a abandonar esta ciudad
conocida
y explorar nuevos espacios en la costa,
en las montañas nunca vistas,
en los desiertos,
en lagos apacibles
nunca antes
visitados.




Jugar a ser Dios.

No digo que vayas a convertirte en un buda de un día para el otro,
pero por qué no jugar
a interpertar
de vez en cuando
el personaje?

Has jugado/interpretado tantos papeles en tu vida, a lo largo de tu vida
(niña, hijo, amiga, estudiante, periodista o carpintero,
arquitecto o psicoterapeuta,
pareja, padre o madre, marido o esposa,
ex, y novio de nuevo...),
por qué no jugar a ser
el ser sagrado, perfecto, amoroso, confiado, poderoso
que, tal vez,
estás destinad@ a ser.

Que, tal vez, está esperando
ser.

Y ves cómo se vive la vida desde ahí.


El camino rápido.

Dicen que el tantra es el camino del Gran Gozo,
el camino rápido.

El método que transforma todas las experiencias humanas en oportunidades para el disfrute
y los disfrutes
en el camino espiritual.
Como la leña que acaba siendo consumida por el fuego que produce.


Yo creo que, a veces, conviene hacer el esfuerzo de morir
para renacer otro
más crecido.
Más grande.
Más completo.























Este año,
en el Festival de Verano de Manjusri (del viernes 22 de julio al sábado 6 de agosto), el tema vuelve a ser el Alto Yoga Tantra,
con la iniciación de Vajrayoguini y Heruka.

Toda una aventura.

.

4 comentarios:

  1. Hola Marié,

    Pues hay reflexiones que me encantan por lo luminosas e irreverentes, pero sin saber bien bien lo del tantra ... sobre tema de la metodología de cómo llegar a esa forma de fer las cosas... me queda un poco la duda... Cómo se llego ahí? con una iniciación de fin de semana solamente o con un montón de práctica y estudio, experiencia de años...?

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  2. Yo creo que a mucha gente nos pasa esto, Regina: que nos bloqueamos en algunos puntos (como éste) que, no es que pongamos en duda, pero simplemente no entendemos cómo se llega hasta ahí.

    Sobre el tantra, en realidad, parece más mágico y esotérico de lo que en verdad es.
    De hecho, lo hacemos continuamente, en la vida cotidiana.
    Cuando empiezas a estudiar y a formarte para ser... lo que sea: psicóloga, periodista, actriz, médico... Qué haces?
    Estudiar, informarte, buscar referentes, leer entrevistas y biografías de personas que son lo que tú quieres llegar a ser, buscar esas personas a tu alrededor y preguntarles (profesor@s, profesionales), incluso empezar a comportarte como si ya lo fueras.

    El tantra (y en concreto el yoga de la autogeneración) consiste en dejar de identificarte por un momento, en meditación, con tu ego (con las construcción mental que has elaborado de tu yo), soltar todos esas ideas y conceptos durante unos instantes, para sentir (interpretar si quieres, internamente, no hay que hacer nada raro externo) que eres el ser completo que algún día quieres llegar a ser.
    De la misma manera que juegas/interpretas que eres la profesional que eres, la pareja, la hija, la amiga, etc.

    Cómo se llega ahí? ¿En un curso de fin de semana, en una meditación, con la práctica de años de estudio?...
    Depende de cada persona. De su convencimiento, de su entusiasmo, de sus ganas de "jugar", de su capacidad de concentración en meditación, de su deseo de llegar a ser ésa.
    Más o menos como ocurre con cualquier otro rol en la vida. Hay personas que se lo toman en serio y enseguida cogen la esencia de lo que quieren ser y se comportan como tales, y otras a las que les cuesta más.

    El hecho es que si lo pruebas, tus percepciones de las cosas cambian, tus interrelaciones. Tomar un café, comer, pasear, lo que sea que hagas se convierte en un ritual, en una celebración, si lo haces con otra intención latente -no sólo la puramente mundana o, más frecuentemente, autómata, como solemos hacer las cosas.

    En la práctica, todo lo haces aparentemente como siempre. Lo único que cambia es tu experiencia interna, una vez que has convertido en celebraciones las pequeñas o grandes rutinas de tu vida cotidiana.

    En realidad, el tantra suele ser un tema poco accesible, por eso durante mucho tiempo se ha considerado como un "mantra secreto".
    Pero a mí me parece un error ver tanta magia y esoterismo en algo que, de hecho, estamos haciendo contuinuamenmte en la vida cotidiana. Pero para objetivos mundanos -empezar a formarte y a comportarte como quien quieres llegar a ser.

    Y sin embargo, en qué consiste un "objetivo espiritual"?
    Llegar a tener más control mental, más paz interior de la que actualmente tienes. En eso meramente consiste la espiritualidad.
    Por qué no imaginarnos durante un rato, a ratos, que ya eres esa persona con más paz interior, con mayor control mental, con más amor y compasión y sabiduría...?
    Imagínalo por un instante.

    En esto consiste "traer el resultado al camino".
    Y se le llama "el camino rápido" porque funciona. A fuerza de actuar como si lo fueras, evolucionas más rápidamente.

    Porque al final, como en todo, eres lo que practicas.

    Seguimos hablando de esto luego, en clase, si quieres.

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  3. Yo creo que, a veces, conviene hacer el esfuerzo de morir
    para renacer otro
    más crecido.
    Más grande.
    Más completo.

    Tus palabras siempre son sabias, además siento que están para mí, pese a la distancia, pese a no conocernos. Estoy en duelo, en transición y estas lecturas me dan la fuerza para comprender que puedo alcanzar paz.
    Gracias Marié.

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  4. Duelo, dolor. Son experiencias que preferimos mantener lejos
    A mí me gusta la palabra catarsis. (Purificación) Abrirse al dolor, llegar al fondo, no dejar nada para luego. Y seguir adelante (no hay otra). Nuevo.
    También me gusta la simbología del ave Fénix. Debe doler consumirse en el fuego. (Cada 500 años, con lo cual la memoria debe ser débil, y la familiaridad con ese dolor) Pero es la única manera de renacer de las cenizas.

    Te felicito por estar en transición. Y por estar abierto a la paz.

    Dije que a veces, conviene hacer el esfuerzo de morir para renacer otro más crecido. Más grande. Más completo.
    Pero también más sabio
    y más feliz.

    A veces, si podemos transformar el dolor (el duelo) en una experiencia espiritual, se convierte en una experiencia de liberación, de gozo.
    Es lo mismo.

    (Ya se que cuesta, pero merece la pena intentarlo...)

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