Era la primera vez que venía a una clase de meditación.
Mientras se inscribía en secretaría, yo había oído que era psicóloga.
El azar (o lo que sea) hizo que se sentara cerca de mí.
Al acabar la sesión, todo el mundo se levantó para salir y ella se quedaba sentada, esperando algo (mientras yo, en mi rincón daba por finalizada la grabación y apagaba el equipo de sonido y demás).
Entonces me dijo:
¿Puedo hacerte una pregunta?
Claro.
¿Tiene el budismo alguna respuesta para superar las creencias cronificadas, que nos hacen sufrir?
Le dije que yo no soy una experta, pero si la creencia que arrastramos a lo largo de nuestra vida
es un pensamiento que nos sabotea (objetivos, relaciones, etc.),
basta con cambiar el pensamiento-creencia por otro que funcione mejor.
Pero tiene que ser realmente sincero y convincente
(no una mera afirmación positiva reconfortante).
Y hay que creerlo de corazón.
Si es así, no necesitas años de terapia. Basta con un instante de lucidez.
Yo creo en los milagros -le dije en tono de broma.
Entonces dijo: Me muero por contártelo.
Él no me ama.
Mi marido es un gran hombre -dijo.
Excelente compañero, muy buen padre, trabajador...
Pero hay algo:
Yo soy como un osito de peluche, necesito que me abracen,
y él no es así, no necesita tanto del contacto físico.
Yo he sido siempre quien le he dicho "abrázame"
y él viene y me abraza.
Pero ya me he cansado
de pedírselo,
él debería saberlo...
de pedírselo,
él debería saberlo...
No había que ser adivina para ver que ella no se sentía querida
y sufría
y se estaba distanciando
y que aquella relación estaba haciendo aguas y ella se sentía muy sola y sufría mucho.
Llevamos casi 20 años así, a veces todo va bien, pero esta creencia mía de que debería ser más afectuoso y abrazarme
vuelve a aparecer una y otra vez y yo se lo pido y él lo hace y me siento mejor por unos días, pero ¿pedírselo una vez más? Ya no me sirve.
Él debería saberlo, debería conocerme...
(No dijo: debería amarme. Le daba miedo decir: No me ama, me duele mucho que no me ame).
Donde tú ves falta de amor yo veo mucho
mucho amor.
Como yo escuchaba y callaba, me preguntó: Qué piensas?
Es que
donde tú ves falta de amor, yo veo mucho amor
y eso me conmueve mucho.
(Casi me daban ganas de llorar de tanto amor de él, que ella no veía.
Nos ocurre tantas veces.
Esa obsesión por invisibilizar el amor de los demás).
Me miró sin entender nada:
¿Que no me abrace es una muestra de amor?
No: todos los abrazos que te ha dado, son una muestra de amor.
Sin que él los necesite, porque no forma parte de su personalidad.
Te los da por amor, porque tú se los pides.
Da igual todos los abrazos que te haya dado, todo ese amor, tú no lo ves,
porque sigues esperando el nuevo abrazo que piensas que no te dará,
que le tienes que pedir.
No estoy apreciando todo lo que me regala y me estoy quedando en una pequeña mota obsesiva, ignorando el cuadro completo -dijo ella, que era psicóloga.
Y además, estoy haciendo una lectura equivocada de su amor, interpretándolo como falta de amor.
Qué injusta estoy siendo con él, no?
Y conmigo misma.
Negar lo bueno del otro,
mutilarle,
convertirle en un monstruo.
mutilarle,
convertirle en un monstruo.
Ella había aparecido para enseñarme una lección.
Para recordarme,
ilustrándolo con su propia historia,
cuántas veces
hacemos esto
en nuestra vida.
hacemos esto
en nuestra vida.
Nos obsesionamos con la falta de amor de alguien (desde nuestra posición, desde nuestra propia mirada egocéntrica)
sin ver cuánto amor está dando desde la suya.
Lo peor no es lo que mis propias creencias egocéntricas me hacen sufrir;
lo peor es cuando niegan todo lo bueno que hay dentro del otro,
no lo reconocen,
lo invisibilizan.
Y mi espejo egocéntrico le devuelve una imagen mutilada de sí mismo,
como un ser negativo y defectuoso,
desprovisto de todo lo mejor.
Arregla tu espejo distorsionado.
Yo lo veo como una forma de matar al otro.
Y cuando observo que estoy haciendo esto, no pierdo más tiempo
sintiéndome culpable;
simplemente suelto
ya
la creencia miope y asesina
y pongo mi atención en todo lo demás,
en todos sus potenciales,
en todos sus gestos de generosidad
y amor.
Y me convierto en un espejo más amable
y real.
Yo creo que no necesitas años de terapia para superar las creencias crónicas
que sabotean tu vida,
tus relaciones,
tu paz y bienestar.
Basta con abrir el corazón a un instante de lucidez
(y para eso hay que salir de un@ misma@,
aunque sólo sea por un instante).
Y es que
-ya lo habrás leído otras veces por aquí-
yo creo en los milagros.
.
Muy buenas,
ResponderEliminar¿Puede ser que toda relación de pareja sea apego?
¿ O es que con el tiempo cuesta mas soltar, aunque sabes que la muerte te separara?
Muchas gracias.
PD: Lo pregunto por la relación de mis padres.
Ya, yuki, por la relación de tus padres...
ResponderEliminar(Es broma)
Yo creo que casi todas las relaciones de pareja tienen mucho de apego, pero no por la relación de pareja en sí sino por nuestras mentes, que aman como saben amar -poco que ver con el modo budista de amar. Que aman con apego. Lo cual ya sabemos que no es más que amor-propio.
Cuando yo leí por primera vez Ocho pasos (el modo budista de amar), me pareció el libro más revolucionario que había leído nunca -y eso que he leído muchos libros "revolucionarios".
Yo creo que con el tiempo cuesta más soltar si lo que hemos estado haciendo todo el tiempo es no-soltar.
Somos lo que practicamos, ya sabes.
Y normalmente lo que se practica es no-soltar, egocentrismo y la ignorancia del aferramiento.
Pero si lo que practicamos es la alegría de amar (cuidar, desear la felicidad de la otra persona y liberarla del sufrimiento), con el tiempo no hay más apego sino menos.
Pero hay que estar muy atenta y practicar todo el tiempo (lo cual es un disfrute constante, cuando descubres la alegría de practicar), porque ya sabemos que la inercia natural (o aprendida) de la mente es al egocentrismo (o sea, al anti-amor) que se apega a que las cosas (incluida la persona a la que "amamos") sean como queremos que sean.
Mi respuesta sobre el apego a la pareja de largo recorrido sería: depende de lo que practiques.
Si practicas amor, libertad, autonomía, fortaleza, la generosidad de dar, etc., con el tiempo hay más de eso.
Si practicas dependencia, sumisión o control, miedos (a perder lo que tienes)... con el tiempo habrá más de todo eso. Y mucho sufimiento.
¿Te convence?
¿O lo ves de otra manera?
Tienes toda la razón, la pregunta la hice por ambos.
ResponderEliminarHe empezado a leer Ocho pasos y estoy en este punto de poner en practica,la libertad, la generosidad, es por eso que me a surgido la pregunta, porque donde mas tengo que ponerlo en practica, en mi caso es en la pareja, porque es donde me surgen mas engaños y pienso lo conseguire?
Muchas gracias, me convence totalmente. Gracias!
Anoche, en la clase del PF, hicimos la meditación en la vacuidad del objeto de apego. Todo el mundo coincidía luego en que cuesta. Por un momento sí, contemplas su vacuidad de existencia "real", pero luego vuelve a su "peso", a su densidad de "realidad". Porque éste es el animalito al que tanto hemos dado de comer (tanta energía puesta en hacer real ese objeto) y se ha hecho grande.
ResponderEliminarAhora sólo hay que hacer lo contrario: poner la energía en desenmascararlo, en buscarlo y buscarlo (ver la pluralidad que encierra, por ejemplo, o contemplar su continuo cambio
http://reflexionesdeunaestudiantebudista.blogspot.com/2011/05/esto-es-un-tema-de-master.html) hasta comprender su naturaleza ilusoria, hasta convencernos de eso (de su naturaleza ilusoria) lo mismo que antes (ahora) nos convencimos de su naturaleza "real".
Al final de la clase (en las verdades convencionales y última), decidimos no pasar a un objeto nuevo de meditación sino repetir el mismo: contemplar la vacuidad del objeto de apego.
Todo el mundo deseaba volver a contemplar hasta familiarizarse con esto: debilitar el apego.
Por qué?
Porque duele -ya no hay quien se engañe.
Porque engaña (es un objeto falso), atrapa y hace sufrir.
Pero debilitar el apego no significa debilitar el amor. (Todo lo contrario) O debilitar el disfrute. Sólo debilitar el sufrimiento del egocentrismo.
Yo estoy convencida de que, tras superar (o en la medida que se debilita) el apego, la relación con nuestro objeto de apego (si hay algo de amor en él) se fortalece. Y se hace más profunda, más libre, mejor.
Marie yo también creo en los milagros, pero aunque no fuera así, hay algo muy sencillo y es hacernos la pregunta directa al corazón ¿qué me hace y qué no me hace sufrir? ¿quiero o no quiero sufrir?
ResponderEliminarSi un pensamiento o un comportamiento me hace sufrir, mi tarea prioritaria será soltarlo (temporal o permanentemente, lo que pueda), primero en la mente y después intentar solucionarlo con acciones.
Hay un juego que me gusta practicar y que a mí me es muy útil, me convierto en una directora de cine por unos instantes, visualizo, como si fuera una película con todos los protagonistas y ambientación, el argumento de mi inquietud. No sabes lo clarificador que es poder verse uno mismo y a los demás sin implicaciones emocionales, como un espectador. Te aseguro que es mucho más fácil “ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el mio"
En cuanto al apego al amor, creo que en un ejercicio de auténtica “sincerización” con nosotros mismos sabemos en qué momento el amor es apego y en qué momento no lo es, al igual que sabemos cuando el amor es sufrimiento y cuando no lo es.
Una abrazo
Cati
Pues sí, directora, entiendo que esta distancia de espectadora tiene que funcionar bien.
ResponderEliminarPor lo demás, veo que estás completamente de acuerdo con kunsang cuando decía:
si amas, no sufres;
si sufres, no amas.
O, dicho de otra manera:
el amor es el mayor antiapego;
el apego es el mayor antiamor.
Petons i fins demà.
Muy buenas,
ResponderEliminarAyer me decían, es normal tener nuestras debilidades, nuestros apegos, porque estas cosas son las que nos hacen ser personas humanas, sino lo tubieramos no seriamos personas, sino budas.
Se que los apegos me hacen sufrir y no quiero sufrir. Pero me dijo que no por tener apegos uno sufre, si lo sabes llevar.
Estoy confundida :(
Muchas gracias,
Como diría Rabjor: no te comas mucho el coco, yuki.
ResponderEliminarSi el apego no te hace sufrir
es que no es apego.
Disfrútalo.
Y si empieza a hacerte sufrir,
transfórmalo.
Pero no añadas más sufrimiento innecesario.
No te castigues.
Un beso.
Muchas gracias!!!
ResponderEliminar" Si sufres, no amas"
" Si amas, no sufres"